Malta, un destino pintoresco e histórico para practicar inglés

Vistas de La Valletta

Nuria V. Martín

Un grupo de 41 leoneses - entre estudiantes, profesores, padres y acompañantes- han conocido el Carnaval de Malta gracias al ya tradicional viaje anual de la academia de inglés City Hall School of Languages. Nos cuentan su experiencia para dar ideas a aquellos que tengan la isla en la lista de viajes pendientes.

Después de una larga noche de viaje, entre autobús y avión, algunos cogieron un taxi desde el aeropuerto hasta el hotel en Sliema por sólo 20€, lo que les ayudó a conseguir habitación y poder recuperar horas de sueño. “Aunque el hotel era de cuatro estrellas la calidad no se asemeja a la de España” confiesan “así que es mejor guiarse por el precio que por el número de estrellas”.

Pastel chocolate Mdina

Acomodados todos en el hotel y con el estómago lleno de comida italiana, que es la más común como es lógico, los leoneses se disponen a hacer una visita guiada por Mdina. Fue la antigua capital, a la que quitaron la “e” del nombre para desvincularlo del significado de barrio y caos de las Medinas. Pasearon por las calles estrechas y sinuosas del centro histórico, un diseño estratégico para evitar las flechas de los enemigos. Recordemos que Malta ha sido invadida por muchos pueblos diferentes a lo largo de los siglos, de ahí la fusión de culturas con la que convive hoy en día. “Uno no se puede irse de Mdina sin catar su famoso pastel de chocolate” se relamen al recordarlo “es una bomba, que aconsejamos pedirla para llevar porque la velocidad del servicio es la propia de una isla, pero vale la pena.”

La mejor opción para desplazarse por la isla es en excursión organizada, al menos a lo que transporte se refiere, porque por poco dinero te mueves de punta a punta de la isla. City Hall negoció con el autobús para que les llevará a asomarse al Blue Grotto, una gruta natural en el mar que se puede rodear en barca pero desde arriba hay un mirador que te deja contemplar la majestuosidad de la naturaleza. Cerca de ahí hay unos Templos Megalíticos con una visita de una hora de duración, que puede ser interesante para los apasionados de la historia.

De camino hicieron una parada técnica en el parque de Playmobil, ya que hay una fábrica en Malta. “La entrada al recinto sólo cuesta 1.20€, pero está pensado más para los pequeños” nos cuentan “lo que si puede valer la pena es llevarse el recuerdo de un Playmobil único, que es con el traje típico maltés, por 5€”.

Los domingos hay mercado a lo largo de todo Marsaxlokk, un pueblecito de pescadores muy bucólico y pintoresco, allí provienen las famosas góndolas utilizadas para la pesca del lampuki, un pescado presente en varias comidas tradicionales. Pero no fue su arquitectura tradicional ni su rica gastronomía lo que más sorprendió a nuestros viajeros, sino el Carnaval. Los malteses se toman esta festividad muy enserio y decenas de escuelas de baile diferente recorren la isla ataviados con sus elaborados disfraces para dar rienda suelta a su coreografías perfectamente ensayadas.

Pero si de verdad se quiere vivir la esencia del Carnaval La Valletta, la capital, es el punto neurálgico principal. Unos pocos decidieron quedarse a pasar la tarde del domingo por allí, y pudieron ver parte del interminable desfile, donde las enormes carrozas recorren las calles al son de la música y rodeadas de bailarines. Pero no es hasta que llegan a un escenario, donde está el jurado, que las carrozas se empiezan a abrir y a mover cada figura. Una experiencia que nada tiene que envidiar al Carnaval de Río o Venecia.

Al día siguiente se volvieron a acercar a La Valletta con otra visita guiada para pasear por las fortificaciones de los caballeros, las fachadas de los palacios históricos junto con sus jardines y a conocer una de los monumentos donde en su día el Reino de León se instaló junto a Portugal y Castilla para controlar la isla. “Como remate curioso para esta visita una buena idea es acercarse a la cafetería más antigua de la isla, desde 1837, verla por dentro y degustar uno de sus cafés o cervezas locales”.

Góndola

Algunos decidieron adentrarse en el mar con una “góndola” que les cruzó por un módico precio hasta las Tres Ciudades, Senglea, Birgu y Kalkara. Pasearon por la riqueza flotante de los yates, degustaron la comida mediterránea y se perdieron por las callejuelas que desenfocaban en el mar y las vistas de La Valletta.

Aunque aseguran que ha sido una experiencia única e irrepetible reconocen que se les han quedado cosas en el tintero, como atravesar a Gozo, Como y Comino o ver el parque temático Popeye. El problema es que en una isla en la que sólo cae medio litro de agua al año, que necesitan desalar el mar para tener agua potable, justo han caído 100 ml alguno de estos días y meterse en el mar era una opción con riesgos. Esperemos en su próximo destino, Amsterdam, el clima acompañe algo más para hacer todo lo que ofrece el lugar.

Dirección: Paseo Salamanca 31, local bajo.

Horario atención al público: De lunes a viernes de 10:00 a 14:00 horas y de 17:00 a 20:00 horas.

Teléfono: 987 23 75 89

Web: http://english.cityhallschooloflanguages.com/

Facebook: https://www.facebook.com/CityHallSchoolOfLanguages/?fref=ts

Visita de las instalaciones.

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