Éxito de público en el reconocimiento a Antonio Viñayo en Madrid

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ileon.com

Este miércoles, y con gran asistencia de público entregado, la Casa de León en Madrid celebró un entrañable acto de homenaje en recuerdo de Antonio Viñayo. Todos los intervinientes lo hicieron con la emoción, la admiración y el respeto que este gran personaje de la historia leonesa concitaba y concita en quienes han tenido el privilegio de conocerle.

El acto comenzó con palabras del presidente, Alfredo Canal, que dio paso a varias intervenciones. Cándido Alonso, presidente del Consejo Superior,recordó el opúsculo nº 9 de la colección 'Legio' dedicado a don Antonio, que tuvo la virtud de presentarse en la Basílica-Colegiata de San Isidoro el 10 de junio de 2011 y que Viñayo lo viera y disfrutara; siguió diciendo que cualquier calificativo superlativo que le dedicáramos quedaría incluso pequeño “dados los muchos merecimientos de este venerable, respetado y querido personaje”.

Manuel Núñez pidió en voz alta, a quien corresponda, que León le dedique una calle o plaza en sitio digno

El periodista y amigo personal de Antonio Viñayo, Félix Pacho Reyero, se refirió a “la grandeza de espíritu y el espíritu de grandeza” de don Antonio, quien magnificaba todo aquello en lo que se posaran su talento, su dedicación y su hombría de bien, desde las cabezadas al gallo que vigila a la ciudad de León o el vino con ochocientos años de solera que se guarda en lugares recónditos y de misterio. “Se daba una perfecta simbiosis entre el abad a Viñayo y la colegiata-basílica de San Isidoro”, añadió Félix Pacho.

Manuel Núñez dijo, emocionado, que “si existiera la reencarnación Viñayo lo haría en san Isidoro por sabio y por santo” y que “San Isidoro estaría encantado por ello”; pidió en voz alta, a quien corresponda, que “León le dedique una calle o plaza en sitio digno”.

Otros intervinientes destacaron la contribución al conocimiento de nuestra historia común, en particular en sus raíces medievales y leonesas, por lo que merece el máximo respeto y reconocimiento. Se dijo, también: otro buen Antonio que nos deja el testimonio del esfuerzo, del rigor, de la prudencia, de la tolerancia y el empeño por la defensa del patrimonio cultural.

Para finalizar, se leyó el artículo emocionante que Pedro Trapiello le dedicó en marzo de 2011 cuando Viñayo ya padecía de su salud.

“En fin, don Antonio, usted que transmitía tanta serenidad, cercanía, dignidad y nobleza, ahora descanse en paz con la compañía de sus santos más queridos, de sus familiares y amigos que le precedieron y, puesto que nosotros no le olvidamos, usted tampoco debe olvidarse de nosotros. Es una orden, querido amigo, grande y buen abad”, afirmaron los asistentes.

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