Cine

'O corno': Novo Cinema Galego

Fotograma de la película 'O Corno' de Jaione Camborda.

Antonio Boñar

El concepto Novo Cinema Galego fue creado en 2010 para englobar a un heterodoxo grupo de cineastas gallegos capitaneados por Oliver Laxe, director de Todos vós sodes Capitáns (2010), cinta que iniciaba el movimiento, o de la premiada y deslumbrante O que arde (2019). Esta explosión de autores, apoyada por un potente y ambicioso sistema de creación audiovisual, ha conseguido inundar de títulos gallegos los mejores festivales internacionales. Son películas de ficción o documentales que estéticamente comparten un desnudo y delicado realismo, con el paisaje como elemento esencial de unas historias que se inspiran en lo cotidiano, comprometidas con la realidad social que retratan. Este crítico desconoce si Jaione Camborda, realizadora de la cinta que tenemos entre manos, estaría de acuerdo con que etiquetemos su obra dentro de esta corriente, pero resulta inevitable encontrar muchos puntos en común con todo ese cine gestado en Galicia en los últimos años.

O corno comienza con una poderosa secuencia que retrata bella y crudamente el parto de una mujer en la Illa de Arousa en 1971, cuando los bebes nacían en casa con la ayuda de una matrona. La cámara se detiene sobre el rostro de estas dos mujeres sin maniqueísmos, desnudando con primeros planos todo ese sufrimiento que antecede al milagro de la vida. Es una escena que ya sitúa al espectador ante lo que vendrá después, que le prepara para una historia llena de silencios y elocuentes miradas que transcurre en un tiempo tan perturbadamente reciente como reconocible. Esa misma matrona que ayuda a que la vida se abra paso también es requerida cuando el embarazo no es deseado, y tendrá que escapar de la isla al verse involucrada en un aborto de terribles consecuencias. Es entonces cuando la película se convierte en el relato de una huida, física y metafórica, a través de la noche y con destino a ese territorio clandestino de la frontera entre Galicia y Portugal.

No estamos ante una película fácil de ver, pero es precisamente en ese afán por llegar a la conciencia del espectador sin la utilización de recursos cinematográficos discursivos y simplistas donde encontramos las mayores virtudes de O corno. La intención de crear un relato personal y sutilmente agitador es tan hermosa, tan audaz, que siempre prevalece sobre algún que otro desacierto narrativo que pudiera alejarnos de la trama. Su oscuro lirismo se acaba imponiendo sobre cualquier desajuste formal, su vivo latido sobre la arquitectura sin alma de los cuentos más prosaicos.

Etiquetas
stats