El Auditorio acoge el concierto ‘Requiem Amable’ de Gabriel Fauré
El Ayuntamiento de León, a través de la Escuela de Música, Danza y Artes Escénicas de la Concejalía de Educación que dirige Javier Reyero, ha organizado el concierto 'Requiem amable' de Gabriel Fauré en las voces del Coro de Niños 'Ciudad de León'. El concierto tendrá lugar el próximo viernes, 20 de marzo, a las 20:30 h., en el Auditorio 'Ciudad de León'. Las entradas, ya a la venta en la taquilla del Auditorio, tienen un precio de 5 euros.
La versión que se pondrá en atril de este Requiem de Fauré, será muy parecida a la que en su día pudiera haber sido escuchada en su estreno (1893) en la iglesia parisina de La Madeleine, con un coro de niños y hombres, y una pequeña orquesta de cámara. Este ensamble instrumental estará compuesto por David de la Varga (Violín), Iván Braña y Belén Puerto (Violas), Joaquín Ordóñez y Eva Mª Rodríguez (Cellos), Víctor Turcan (Contrabajo), Carlos Blanco (Timbales), Jairo del Río y Rebeca Sánchez (Trompas), Ana Reguera (Órgano), y Gloria Mª Martínez (Arpa). El elenco lo completarán, en el apartado vocal, Miguel Vicente Brozas como soprano, y el barítono alemán Jens Gerd Pokora, corriendo la dirección musical a cargo de David de la Calle.
El Requiem de Gabriel Fauré (1854-1924) es, además de la partitura más célebre de su autor, una de las misas de Requiem más populares, junto a las de Verdi, Berlioz o Mozart, y probablemente la más interpretada. Siempre se ha dicho que esta obra se diferencia de las demás por su carácter consolador, y por no expresar el horror del trance final, habiéndose llegado a definir como una canción de
cuna de la muerte. Y es que el compositor francés presenta otra visión de la muerte: “la muerte como una liberación del peso de la vida, una puerta de entrada a la felicidad del más allá, mucho más que como un tránsito doloroso”.
Así, este Réquiem de Fauré se aparta de la tradición decimonónica de la gran misa de difuntos, tal y como la concibieron Cherubini, Berlioz, o Verdi, en su rechazo de todo carácter operístico, y la ausencia de elementos dramáticos que evoquen los terrores del Juicio Final, y busca, por el contrario, una línea expresiva intimista, conciliadora, y luminosa.
