'Amelie' cumple diez años

Hace ya diez años que fue el estreno de una película que pasará a la historia como uno de los primeros clásicos del siglo XXI, una película que hizo nos valorar (para algunos algo, para otros aun más) las pequeñas cosas cotidianas y su poder, una película que nos enseñó el gran alcance de las coincidencias aparentemente sin importancia.

Hace diez años que podemos disfrutar de una de las mejores bandas sonoras de la historia del cine de las manos del gran Yann Tiersen y su acordeón, que una sonrisa tímida e inocente, pero a la vez atrevida, nos contagió su manera de ver las cosas o que el barrio de Montmartre nos evoca una bonita historia de amor.

Hace diez años que París se ve con otros ojos, que el distrito 18 de la capital francesa ha dejado de ser un distrito cualquiera para ser uno de sus barrios más visitados y perseguidos por los turistas o que el café Les Deux Moulins aparece en todas las guías de viaje que se precien.

Hace ya diez años de la inimitable Amelie, de la hipocondríaca Georgette, del genuino Hipólito, del frágil Raymond, del obseso Joseph o del escurridizo Nino, de todo aquel universo mágico creado por Jean-Pierre Jeunet y Guillaume Laurant.