Software para registrar la trazabilidad de productos alimentarios
En el marco de un comercio globalizado y de las últimas crisis alimentarias, las exigencias legales a nivel europeo dirigidas a las empresas del sector agroindustrial y de la alimentación se han incrementado notablemente. Así, es necesario que estas compañías tengan debidamente identificados sus lotes para que, en caso de que exista algún problema, sean localizados de forma rápida y eficaz. Una empresa vallisoletana ha desarrollado software que permite llevar a cabo este control de forma automatizada, con el fin último de evitar los errores que se pueden cometer cuando este trabajo se realiza manualmente.
Según han explicado a DiCYT Raúl Zapico y Daniel Díez, directores técnico y comercial de Inimax, ubicada en el polígono industrial El Carrascal, en la actualidad existe interés por parte de las empresas del sector para que el sistema de trazabilidad “se vaya transformando en una herramienta más automática y con menos posibilidades de error”. Incluso, añaden, existe normativa europea que exige el “blindaje” de la información recogida para que los datos sean “incorruptibles”, es decir, que no se puedan falsear, y en este marco se encuentra el interés por las soluciones informatizadas.
“Nuestro trabajo en esta línea surge a raíz de un proyecto de I+D+i denominado Initrax, un software orientado a llevar registros de trazabilidad para sectores de alimentación”, recuerdan los investigadores, quienes subrayan que a diferencia del software elaborado por empresas de informática su sistema se basa en la captura de la información automáticamente desde las máquinas de la planta. “Recogemos la información de las máquinas o de las líneas de producción y eso lo vamos incorporando a las bases de datos. De esta forma no es necesario que alguien los introduzca de forma manual, directamente leemos la información y el software la trata, para lo que empleamos un sistema de marcaje de códigos de barras o la identificación flexible de lotes, entre otras tecnologías”, añaden.
Raúl Zapico y Daniel Díez detallan que el sistema permite, entre otras funcionalidades, programar el envío de órdenes de trabajo vía inalámbrica, la gestión de materias primas o la generación de albaranes de productos. “El software de trazabilidad ayuda a no tener que trabajar con un sistema de gestión por un lado y un sistema de trazabilidad por otro”, aseguran, al tiempo que añaden que tienen en cuenta la necesidad de optimizar el tiempo y la forma de trabajar de los empleados de producción y de los responsables, y por eso utilizan la comunicación inalámbrica “para que el responsable introduzca órdenes sobre el trabajo que hacer y que le aparezcan directamente al carretillero en su carretilla”.
La empresa trabaja desde hace cuatro años en esta línea de investigación en trazabilidad. En este sentido, tratan de identificar las necesidades del mercado y plantear proyectos de I+D, diseñar un prototipo y con la información que se extrae desarrollar la aplicación para el cliente. Uno de los primeros trabajos realizados en esta línea fue el encargado por el Vivero Forestal de la Junta de Castilla y León para llevar a cabo la trazabilidad de las semillas, aunque ahora estos trabajos se han extendido a sectores alimentarios como el lácteo, el cárnico o el azucarero.
Cinco años de trabajo en I+D+i
Inimax inició hace cinco años su trabajo de I+D+i. Este año es en el que más proyectos están trabajando, tanto propios como en colaboración con centros como Cartif. “Entendemos que es una alternativa buena para aprender a hacer nuevas cosas, conseguir un producto que pueda ser interesante para el entorno en que nos movemos y también como alternativa de crecimiento, no podemos estar siempre haciendo lo mismo”, apuntan.
La empresa se dedica a la automatización industrial en general, aunque en los últimos tiempos se ha centrado más en el sector de la alimentación y el agroindustrial, con gran peso en la comunidad. En este sentido, tras trabajar con diversas tecnologías como la visión artificial, la lectura de códigos de barras o la RFID (siglas en inglés de indentificación por radiofrecuencia), decidieron dar el salto a la robótica. “La manera de hacerlo fue a través de un proyecto de I+D, que para nosotros no surge de dentro de la empresa sino de las necesidades de nuestros clientes, de cómo va el mercado o de aspectos que aún no están resueltos”, concluyen.