Sobrevivir a un melanoma metastásico
Las posibilidades de tratamiento del melanoma metastásico han dado un giro en los últimos meses a través de un importante avance científico. La Unión Europea está a punto de dar luz verde al menos a un nuevo fármaco para tratar este tipo de cáncer de piel, un producto dirigido a una diana terapéutica: una mutación en el gen BRAF. La comunidad científica internacional ya era consciente de que este gen estaba dañado en gran parte de los pacientes con melanoma y, tras los ensayos clínicos con un producto dirigido específicamente a él, han constatado un buen resultado de supervivencia global.
De este importante hallazgo ha hablado hoy en la Facultad de Medicina de Valladolid Eva Esteban Cardeñosa, investigadora del Instituto de Biología y Genética Molecular (IBGM), quien ha explicado a DiCYT que el número de pacientes con cáncer de piel que se podrá beneficiar de esta terapia es “elevado”, en concreto en torno al 60 por ciento. “Se trata de una terapia dirigida, lo que se llama medicina personalizada. Dependerá del estatus mutacional del gen BRAF en el paciente, es decir, si presenta una mutación, podrá resultar beneficiado por la terapia, pero si el paciente es negativo para la mutación, no se podrá aplicar”, detalla.
A partir de este descubrimiento, el IBGM ha planteado el desarrollo de algunas investigaciones sobre estos pacientes. “Desde el IBGM estamos proponiendo desarrollar una prueba diagnóstica para determinar la mutación en esos pacientes, porque eso marcará que se les pueda aplicar la terapia o no. Queremos realizar un análisis de los tumores de los pacientes con melanoma metastático lo suficientemente sensible como para detectarlo y que se puedan beneficiar del tratamiento el mayor número de personas posible”, recalca la investigadora.
Eva Esteban Cardeñosa, investigadora del IBGM, centro mixto del Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y la Universidad de Valladolid, ha impartido hoy una conferencia en este sentido en el Aula Magna de la Facultad de Medicina en el marco del ciclo organizado por la Universidad Permanente Millán Santos, a la que acuden los mayores de 40 años. La iniciativa pretende dar a conocer y divulgar aspectos de la salud que interesen a este colectivo, aunque también está abierta a todo el público interesado.
Durante la ponencia ha dado una visión general del panorama del melanoma en la actualidad. Primero ha profundizado en la piel, su anatomía, su papel, las diferentes capas y las células que la componen, y luego ha repasado la clínica y la genética del melanoma. Finalmente, ha ahondado en cómo prevenir su aparición y en los factores de riesgo que se conocen, así como en los aspectos más novedosos. “El objetivo de la charla es centrar el tema del melanoma, que la gente sea consciente de que se conocen los factores de riesgo y de que solo con cuidar un poco la piel podemos evitar el melanoma o tenerlo en estadíos precoces, teniendo en cuenta que con una simple intervención quirúrgica e incluso un poco de quimioterapia la mortalidad es muy baja. El problema es cuando no se tiene vigilancia y cuando se detecta en estadíos con metástasis, que eleva mucho la mortalidad de los pacientes”, subraya.
Aumento en la incidencia
El melanoma maligno es uno de los tipos de cáncer de piel y su incidencia en la población se ha triplicado en las últimas décadas. En Europa, detalla la investigadora del IBGM, se detectan aproximadamente 11 casos por cada 100.000 habitantes, aunque se prevé que una de cada 100 personas pueda verse afecta en el futuro. El origen del melanoma se encuentra en las células productoras de melanina, que no sólo se encuentran en la piel (el 90 por ciento de los casos), sino también en los ojos (nueve por ciento) y en las mucosas (uno por ciento). En cuanto a la localización anatómica, en las mujeres es común en extremidades inferiores; mientras que en los hombres se presenta frecuentemente en el tronco y en las extremidades superiores. Los riesgos de padecer este cáncer pueden ser de carácter endógeno, es decir, la predisposición genética, y exógeno, referente a condiciones ambientales que aumentan, entre cinco y 10 por ciento, la posibilidad en personas con antecedentes familiares.