La NASA detecta una de las más grandes erupciones solares de los últimos años

Erupcion solar.

Agencia SINC / Quo elDiario.es

El Sol emitió una fuerte erupción solar, que alcanzó su punto máximo entre el pasado sábado y domingo (0:21 h, hora peninsular española). El Observatorio de Dinámica Solar (SDO) de la NASA, que vigila este astro constantemente, captó una imagen del evento.

Las erupciones solares son potentes estallidos de energía. Este tipo de eventos pueden afectar a las comunicaciones por radio, a las redes eléctricas y a las señales de navegación, y suponer un riesgo para las naves espaciales y los astronautas.

Esta erupción se ha clasificado como de clase X1.6. La clase X denota las erupciones más intensas, mientras que el número proporciona más información sobre su fuerza.

La imagen captada muestra un subconjunto de luz ultravioleta extrema que resalta el material extremadamente caliente de las erupciones y que aparece coloreado en rojo y naranja. 

Según la revista Quo asociada con elDiario.es, el evento fue tan potente que se detectó simultáneamente en la Luna y Marte, y también logró penetrar el campo magnético de la Tierra detectándola los aparatos en la superficie terrestre en lo que se denomina “un aumento a nivel del suelo”. Este tipo de fenómeno es relativamente raro, ya que sólo se han producido 73 desde que comenzaron las observaciones en la década de 1940.

Los científicos están muy interesados en este tipo de fenómenos debido a los planes de misiones espaciales tripuladas a la Luna y Marte. Fuera de la atmósfera terrestre y del fuerte campo magnético, los astronautas son vulnerables a la radiación liberada por las erupciones solares y las erupciones coronales. Estas llamadas “tormentas de radiación” pueden producir dosis de radiación lo suficientemente fuertes como para matar a un ser humano en un par de semanas tras la exposición. Una de estas erupciones se produjo en agosto de 1972, pero, afortunadamente, tuvo lugar entre las misiones estadounidenses Apolo 16 y 17, por lo que no se produjeron daños.

Sin embargo, en el futuro, las misiones al espacio profundo dependerán de redes de vigilancia que les avisen de la actividad solar peligrosa y las naves espaciales tendrán que estar equipadas con refugios blindados contra la radiación a los que puedan evacuar los astronautas. Incluso en la relativamente bien protegida Estación Espacial Internacional, los dormitorios y la cocina tienen paredes especialmente gruesas en caso de emergencias por radiación.

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