E-solidaridad en banda ancha

J.A./ Ical

La solidaridad y el altruismo conecta en banda ancha con la sociedad de Castilla y León que ha dado lugar a una red de 20 voluntarios que trata de luchar contra la brecha digital para que la era 2.0 no genere nuevos excluidos. Mayores, inmigrantes, personas con discapacidad, pequeños empresarios decididos a dar un vuelco a su negocio o parados que tratan de reciclarse para conseguir un trabajo, encuentran en ellos el bastón para dar los primeros pasos por la red.

Quizá una de las mejores formas de sacarle provecho al tiempo libre sea dedicándoselo a los demás sin esperar nada cambio. Ésta es la filosofía de vida de la mayoría de los e-voluntarios, una fórmula de compromiso social que gana adeptos en Castilla y León. Se encargan de enseñar a usar el correo electrónico, las redes sociales, el google Maps o los 'smarphones'. Para ellos es suficiente la gratitud y la satisfacción que generar abrir con un 'click' un nuevo mundo de oportunidades.

“Si nuestras esperanzas de conseguir un mundo mejor y más seguro para todos ha de ser algo más que un deseo, necesitaremos más que nunca la colaboración de los voluntarios”, decía Kofi Annan. Sobre esta idea se ha puesto en marcha el Programa de Voluntariado Tecnológico CYL Digital, que pretende impulsar la e-solidaridad para potenciar el uso de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) y la inclusión social, laboral y cultural de la sociedad castellana y leonesa.

Esta iniciativa, promovida por la Consejería de Fomento y Medio Ambiente, surgió bajo el paraguas de la Estrategia para la Sociedad de la Información y del Conocimiento 2007-2013 (ERSDI) y de la mano de los centros CYL Digital en una tierra en la que las TIC (Tecnologías de la Comunicación y la Información) se enfrentan a barreras como el envejecimiento o la dispersión poblacional. Su objetivo es promover la autonomía de la ciudadanía fortaleciendo su identidad digital.

Para conseguir este fin, la Junta de Castilla y León decidió que los espacios CYL Digital incrementaran el vínculo con el entorno y se abrieran a la sociedad. Para ello, revolucionó el modelo de gestión asumiendo su programación para darle un nuevo impulso. Una de las vías de conexión es el Programa de Voluntariado que permite a los ciudadanos que lo deseen compartir información, conocimientos, así como asesorar y apoyar a colectivos en su salto a las nuevas tecnologías.

Estos centros han priorizado desde entonces el tipo de actuaciones que llevan a cabo, orientándose al uso de las TIC por parte de pequeñas empresas. También han puesto el foco en los colectivos más alejados de la tecnología, como las personas mayores, discapacitadas o los inmigrantes.

Capacitación tecnológica

El voluntariado tecnológico pretende añadir más fuerza a la estrategia de la Junta para acercar internet a la ciudadanía. Cualquier internauta mayor de edad puede participar en la iniciativa si tiene conocimientos medios de informática. En general, los 20 colaboradores digitales de Castilla y León son personas jóvenes, con formación media-alta, e interesados en apoyar a colectivos con riesgo de exclusión digital, tanto de forma presencial como virtual.

Los centros más dinámicos en este programa son los de León, Soria y Valladolid. “Funciona muy bien porque complementan otras actividades formativas encaminadas a la capacitación tecnológica”, asegura la directora general de Telecomunicaciones, Susana García Dacal, al tiempo que destaca la satisfacción de los usuarios. La única compensación que reciben los voluntarios es la certificación de los cursos que imparten, así como el acceso a nueva formación y la posibilidad de realizar contactos profesionales y sociales.

El valor de la experiencia

Eduardo Lozano es un joven palentino de 30 años que decidió hace meses convertirse en voluntario digital. Estudió el grado superior de Administrador de Sistemas, sin embargo no ha tenido la oportunidad de trabajar. Aunque continúa formándose no dudó en echar un vistazo al cartel que pedía colaboradores para impartir en Soria talleres sobre nuevas tecnologías. “Tener experiencia siempre es bueno”, sostiene por lo que desde verano ya ha dado clases sobre el uso del 'Writer' del paquete OpenOffice, así como sobre el sistema operativo libre 'Linux'.

No obstante, explica que son los propios usuarios los que proponen actividades y luego el centro se encarga de buscar a la persona adecuada para impartirlas. En general, ha tenido contacto con gente mayor, que nunca había utilizado un ordenador por lo que confiesa que ha tenido que armarse de paciencia.

Compartir con los demás

Iván Sevilla es un joven soriano de 20 años que da un gran valor a compartir con los demás su conocimiento. Desde hace ocho meses se ha encargado de 30 cursos, en total unas 70 horas, sobre redes sociales, búsqueda de empleo, comunicación y seguridad en la red.

Todo empezó cuando en su instituto, donde estudia el grado medio de Formación Profesional en Informática, se enteró de que podía formar a otras personas en el uso de las TIC. “Yo lo único que busco es ayudar, no todo es el dinero”, afirma convencido de que muchos usuarios ya conocen las ventajas, pero también los riesgos de internet.

Autodidacta

El leonés Jesús Gervolés reconoce que es autodidacta en las nuevas tecnologías, lo que no le ha impedido convertirse en voluntario digital. Asegura que no trabaja, ni estudia, por lo que tiene tiempo libre y necesita tener la “cabeza ocupada”. Las clases en el Espacio CYL Digital de León le han permitido enseñar a personas mayores a usar el editor fotográfico Gimp, que permite hacer montajes o retoques.

Reconoce que ha tenido que pedir ayuda a los profesores del centro ya que en ocasiones es complicado debido al “salto generacional” que supone enseñar a personas mayores a utilizar un ordenador. “A la gente que no sabe lo que es un ratón, un teclado... le gusta aprender a manejarlos, son muy agradecidos”, reflexiona.

El mundo de la enseñanza

Mónica de la Viuda, leonesa de 22 años, reconoce que nunca se le pasó por la cabeza dedicarse a la enseñanza. Estudió Información y Documentación en la Universidad de León y no encontraba trabajo. Su madre le comentó la posibilidad de colaborar con el centro de su ciudad y no lo dudó. “Pensé que me vendría bien para hablar en público y enfrentarme a las entrevistas de trabajo”, dice.

Aunque ha encontrado un empleo pretende seguir siendo una e-voluntaria. Ella se ha encargado de las sesiones sobre correo electrónico y el 'Writer'. “Tienes que repetir muchas veces y volver para atrás”. “Tienes que tener mucha paciencia, pero al final es gratificante”, concluye.

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