Analizan la influencia en la evolución humana de la anatomía interna del cráneo y el hueso frontal

Dicyt

El Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana (CENIEH) y de la Texas A&M University analizarán en un nuevo proyecto cómo la anatomía interna del cráneo y la del hueso frontal se han relacionado en la evolución del género Homo. Las áreas frontales están asociadas en el cerebro a importantes funciones para la cognición, para el conocimiento; mientras que en el cráneo son la conexión biológica y mecánica entre el conjunto neural y las estructuras de la cara.

Para la realización del proyecto, los expertos van a usar un archivo procedente de diferentes colecciones internacionales en las que están representados todos los principales grupos fósiles, así como varias decenas de poblaciones mundiales. “Utilizaremos modelos espaciales para describir y analizar las variaciones del hueso frontal en función de la estructura craneal, aplicando técnicas de estadística a la geometría de estas componentes”, ha explicado a DICYT Emiliano Bruner, responsable del Grupo de Paleoneurobiología de Homínidos del CENIEH. Por parte de la universidad estadounidense participará Sheela Athreya, profesora de Antropología de la Institución académica.

Los lóbulos frontales del cerebro están justo encima de las orbitas de los ojos, y en su forma y posición influyen factores neurales y faciales a la vez.

Aunque las áreas frontales del cerebro se han estudiado en diferentes trabajos dada su importancia, existen pocas evidencias sobre su evolución, algo sobre lo que pretende arrojar luz este proyecto. “Sabemos que hay diferencias a nivel de organización neural entre los humanos y los simios antropomorfos, pero a nivel de variación de forma geométrica y de tamaño hay poca información todavía”, ha destacado Bruner.

Estas zonas concretas del cerebro humano cumplen funciones muy importantes, como la del lenguaje, la de la gestión de la denominada “memoria de trabajo” -relacionada con el almacenamiento temporal de información- o la modulación de “factores más finos” del comportamiento y del carácter de una persona, ha incidido.

La mente como un conjunto

A pesar de la importancia de áreas especificas como ésta para las funciones cognitivas, el concepto conocido comúnmente como “mente” es el resultado de la integración de todas las componentes cerebrales, así como de los factores culturales que rodean al invididuo. Por ello, el experto se ha mostrado partidario de evitar aproximaciones “reduccionistas”, que asocian una determinada función sólo a una determinada área anatómica o a un determinado gen.

“La mente es el resultado de una interacción entre cerebro y cultura”. Hay evidencias y teorías que relacionan el desarrollo cognitivo con factores como las herramientas que utilizamos. “Es una interacción a doble sentido: la mente forja las herramientas, las herramientas forjan la mente. Es un sistema único, solo que no lo conocemos, y estamos apenas empezando a enterarnos”, ha desarrollado.

A la hora de investigar sobre el cerebro humano, el investigador también ha expresado la necesidad de comprender que su evolución no ha sido ni lineal, ni progresiva, ni gradual y, sobre todo, que no está formado por partes separadas, sino de un conjunto de funciones que forman un sistema único. Asimismo, se ubica dentro de un cráneo con el que intercambia y comparte funciones y estructuras.

Segundo paso

El año pasado, Emiliano Bruner y Ralph Holloway, considerado padre de la paleoneurología (paleontología y neurología), publicaron un primer estudio cuantitativo sobre algunas variaciones geométricas de estas áreas en el genero humano, evidenciando diferencias entre la especie humana y otros grupos del genero Homo. El estudio que realizarán en colaboración con la Texas A&M University pretende ser un segundo paso en este tema, ha afirmado.

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