UGT y CCOO pedirán en Dinamarca a los sindicatos de Vestas que no se cierre la fábrica de León

El presidente del comité de empresa de Vestas, Juan Francisco García Cabezas; el vicesecretario de UGT en Castilla y León, Evelio Angulo Álvarez; la delegada de Gobierno, Virginia Barcones y coordinador de CCOO en Castilla y León, Vicente Andrés, en una reunion en Bruselas sobre Vestas. / J.Bernal Revert / ICAL

Las federaciones industriales de UGT y CCOO han impulsado un encuentro el próximo 18 de octubre en Dinamarca con responsables sindicales daneses para recabar su apoyo frente a la decisión de la compañía de cerrar su planta en Villadangos en la provincia de León. Así lo anunció hoy el vicesecretario de UGT en Castilla y León, Evelio Angulo, quien expuso que en la reunión, gestionada por Industriol, la federación de Industria de la Confederación Europea de Sindicatos, también participará algún representante directo del Comité de Empresa.

Evelio Angulo defendió el trabajo en “unidad de acción” que están desarrollando los sindicatos, la Junta y el Gobierno para encontrar una solución frente a una decisión “errónea, injusta e insolidaria”. Angulo incidió en que mantienen una unidad de acción “indiscutible, fuerte y reivindicativa” con contactos y reuniones permanentemente para buscar un acuerdo de futuro, pero advirtió de que Vestas pertenece a un fondo de inversión, Black Rock, cuyo único objetivo es maximizar sus beneficios.

“Se le debería caer la cara de vergüenza”

El dirigente sindical también arremetió contra el jefe de operaciones de Vestas, Jean-Marc Lechene, al que “se le debería caer la cara de vergüenza”, dijo, por la decisión de cierre y las consecuencias sociales que conllevará en una provincia tan castigada como León.

Angulo también analizó las negociaciones del expediente de regulación de empleo en la planta leonesa y se mostró convencido de que el Comité de Empresa logrará un “buen acuerdo”. “Entiendo que puede haber un buen acuerdo”, dijo.

No obstante, puso de manifiesto que el problema generado en Vestas es consecuencia directa de la reforma laboral del año 2012, que eliminó la autorización administrativa para el ERE si no había acuerdo entre trabajadores y empresa. Al respecto, incidió en que si no se hubiera producido este retroceso y pérdida de derechos laborales, “ahora mismo no estaríamos hablando del problema en Vestas, porque no hubieran podido justificar al ERE en un unidad competitiva y rentable”. Así, exigió de nuevo la derogación de la reforma laboral y el retorno a la situación previa a la crisis.

Asimismo, demandó políticas frente a estas prácticas por parte de la Comisión Europea, porque, a su juicio, es un contrasentido que desde la danesa quieran asumir cuota de producción eléctrica renovable, pero se quieran llevar la producción de componentes a China, un país que exige que se fabriquen allí para poder optar a la generación.

Por último, defendió el trabajo que está desarrollando la Fundación Anclaje (pilotada por la Junta de Castilla y León), para resolver problemas como el de Vestas, y evitar que “empresas cuatreras puedan campar a sus anchas por el mundo”.

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