El tren a Santiago de Compostela circulaba a 153 kilómetros por hora

Las 'cajas negras' del Alvia siniestrado en las cercanías de Santiago de Compostela el pasado miércoles ha desvelado que el tren, en el momento de descarrilar, circulaba a 153 kilómetros por hora, y que segundos antes del accidente, además de activarse un freno, había alcanzado los 192 kilómetros.

Al mismo tiempo, según informa el Tribunal Superior de Justicia de Galicia del audio almacenado en las 'cajas negras' se ha podido saber también que, en el momento del accidente, el maquinista estaba hablando por teléfono con un controlador de Renfe. Además, minutos antes de la salida de vía recibió una llamada en su teléfono profesional para indicarle el camino que tenía que seguir al llegar a Ferrol. Del contenido de la conversación y, por el ruido de fondo, parece que el maquinista consulta un plano o algún documento similar en papel.

Por otra parte, el magistrado titular del Juzgado de Instrucción número tres de Santiago, el juez Luis Aláez, autorizó este martes a los técnicos de la Comisión de Investigación de Fomento a realizar mediciones de las ruedas de los vagones, siempre acompañados por Policía Judicial. De todas formas, los vagones no se moverán hasta que se completen las inspecciones oculares y todavía se está pendiente del acceso a pequeñas zonas cerradas por hierros que hay que cortar.

Según fuentes del Tribunal Superior de Justicia de Galicia, cabe la posibilidad de que se trasladen perros para realizar una última inspección de los restos de los vagones y también está previsto realizar un estudio de la máquina. Por el momento no ha sido citado ningún testigo para declarar.

La apertura de las 'cajas negras', ubicadas en el vagón delantero y el trasero, se llevó a cabo tras una reunión entre el juez, agentes de la Policía Científica y Judicial, técnicos de Renfe, Adif y técnicos de la Comisión de Investigación del Ministerio de Fomento, para analizar la forma en que se iba a acceder a la información y comprobar que todas las partes estaban de acuerdo.

Tras recibir las especificaciones técnicas de las 'cajas negras' y realizar una prueba con otra, se procedió al volcado de información de las dos 'cajas negras' del tren siniestrado de manera que quedase totalmente garantizada la integridad y fiabilidad del contenido.

Los datos se extrajeron en un lápiz de memoria aportada por el juzgado y posteriormente se hicieron copias autentificadas con firma digital. La información que se obtiene de las cajas está encriptada y se pasa por un programa informático para proceder a su desencriptación.