El terremoto sentido desde Villamejil y Quintana del Castillo: “Fue como si pasara una apisonadora”
La tierra tembló, las casas se movieron, los vecinos salieron a la calle. Y una del pueblo de Ferreras, perteneciente al municipio de Quintana del Castillo, prefirió comer en el patio. A las 14.46 horas, en el momento en que el IGN (Instituto Geográfico Nacional) fechó un terremoto de 4,3 grados de magnitud en Villamejil, unos estaban comiendo y otros se echaban la siesta. “Fue como si pasara una apisonadora”, coinciden en trasladar la sensación a palabras los alcaldes de Quintana y Villamejil, Manuel Menéndez y Luis Alfonso Álvarez, respectivamente. En estas poblaciones de la zona central de la provincia de León hubo primero susto y luego miedo a posibles réplicas, si bien no constan daños materiales. De la retina todavía no se han borrado las imágenes del reciente episodio trágico en Marruecos.
El Instituto Geográfico Nacional informó en primera instancia de un terremoto de 3,8 grados con epicentro en Quintana del Castillo para a continuación fijarlo con 4,3 grados en Villamejil, apenas a una decena de kilómetros de distancia. El seísmo fue perfectamente perceptible en ambos municipios. “Lo hemos notado muchísimo. Se han movido todas casas”, cuenta el alcalde de Quintana, que estaba en su pueblo, Ferreras, a través del mismo teléfono al que comenzaron a llamar los vecinos. “No nos constan daños materiales”, afirma Menéndez.
“Fueron tres o cuatro segundos. Parecía como si pasara una apisonadora o un rodillo”, expone el regidor de Quintana. Todavía con el miedo en el cuerpo, los vecinos salieron a la calle. “Está muy reciente todavía el caso de Marruecos”, señala Menéndez, que también traslada la inquietud derivada en los instantes inmediatamente posteriores al seísmo a hipotéticas “réplicas”. Y es que ahí la memoria se retrotrae alrededor de cuatro décadas, cuando sí las hubo a un terremoto nocturno.
“Se ha sentido brevemente, pero muy claramente”, coincide el alcalde Villamejil, que acierta a poner el mismo símil para traducir la sensación que dejó el temblor de tierra: “Como si pasara una apisonadora”. Los vecinos también salieron a la calle y la memoria se trasladó a otros episodios similares vividos hace décadas. El terremoto pasó y se sintió (también con menor intensidad en otras latitudes de la provincia), pero tampoco en Villamejil constan daños materiales de este nuevo temblor.