El síndrome del enfermero “quemado” afecta a la mitad de los profesionales de Castilla y León

Miriam Chacón / ICAL

La mitad de los profesionales de la enfermería sufre en Castilla y León el síndrome del empleado “quemado”, ocho de cada diez, estrés, y un alto porcentaje, distintas dolencias o alteraciones del comportamiento, como tensión muscular, problemas de sueño, temor o angustia. Así lo recoge el estudio, 'Percepción de estrés en los profesionales de Enfermería de España. Comparativa 2012-2017“, elaborado por el sindicato de enfermería Satse.

Asimismo, el informe revela que un 86 por ciento de los profesionales considera que el ambiente laboral se ha deteriorado; un 72 por ciento entiende que la atención a los pacientes ha empeorado en los últimos años, y un 81 por ciento piensa que no hay plantillas de enfermeras suficientes. Por ello, Satse reclamó que se invierta en recursos humanos y materiales para mejorar la atención sanitaria y las condiciones de los profesionales.

En ese sentido, la secretaria general de Satse en Castilla y León, Mercedes Gago, explicó que el principal objetivo del estudio es realizar un diagnóstico sobre la situación actual de los profesionales enfermeros y del sistema sanitario, así como su evolución en los últimos años después de los recortes en recursos humanos y materiales. Además, en relación al estudio elaborado hace cinco años, constató que la situación de los profesionales y del sistema sanitario, no solo no ha mejorado, sino que, en muchos aspectos, ha empeorado.

Asimismo, recordó que los profesionales alertan sobre sus malas condiciones laborales, así como del déficit de plantillas, lo que a su juicio provoca un deterioro de la calidad asistencial que se presta a los ciudadanos. Además, destacó que denuncian un pésimo ambiente laboral y no tienen tiempo ni recursos necesarios para prestar la atención más adecuada a sus pacientes. Todo ello, dijo, está afectando a su salud.

Ante esta realidad, Satse demandará a las distintas administraciones públicas que realmente demuestren que la crisis ha pasado e inviertan en los recursos humanos y materiales para mejorar la atención sanitaria y las condiciones de los profesionales. “De manera urgente, hay que aumentar las plantillas en el servicio de salud”, apuntó Gago.

El sindicato intensificará su estrategia reivindicativa para lograr, entre otros objetivos, estabilidad laboral a través de nuevas ofertas públicas de empleo, con plazas suficientes de enfermeras; la jornada de 35 horas semanales, la implantación de un itinerario laboral y un sistema especial de jubilación; la reactivación de la carrera profesional; la generalización del solape de jornada, y el desarrollo de entornos de trabajo “seguros”, con medidas contra las agresiones y los accidentes laborales.

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