Rutas por la memoria dignificada en El Bierzo
Una de las cosas que hacemos al viajar, aunque sea inconscientemente, es comparar lo que uno tiene en la tierra en la que vive y lo que ve fuera. Personalmente, suelo hacerlo con los espacios dedicados a la historia reciente. Por poner cinco ejemplos que recuerdo: en las estaciones de tren de Brujas y Bruselas (Bélgica) hay una placa en la que se recuerda a los muertos de estas ciudades durante la I y la II Guerra Mundial. Lo mismo ocurre en la Plaza Dam de Amsterdam (Holanda), en Bolonia (Italia) o en París (Francia). En España visité, por citar algunos, el Pozu Fortuna en el Valle de Turón (Asturias), el monumento a las Brigadas Internacionales en la Ciudad Universitaria (Madrid) o El mirador de la memoria en El Torno (Extremadura).
A través de ellos, se pretende mantener viva la memoria de aquellas personas que lucharon contra el fascismo y pagaron con su vida por ello. Tomando como ejemplo una comarca leonesa es obligada la pregunta: ¿reconoce El Bierzo a los que lucharon contra el fascismo? A través de cinco rutas en bicicleta de montaña se muestran aquellos lugares en los que mediante un monumento o una placa, se dignifica el recuerdo de aquellos que murieron bien por defender la legalidad de un gobierno elegido democráticamente, o bien por tener una ideología contraria a aquellos que dieron un golpe de Estado cuyo fracaso provocó la Guerra Civil y la posterior represión Franquista.
Ruta I: Ponferrada – Priaranza del Bierzo – Ponferrada
En esta ruta de cuarenta kilómetros y un desnivel positivo de mil metros, encontramos en Priaranza del Bierzo el lugar donde fueron fusilados en 1936 los conocidos como “los trece de Priaranza”, entre los que se encontraba Emilio Silva Faba. Esta fosa común, exhumada en octubre del año 2000 y siendo la primera en hacerlo con métodos científicos en el Estado español, dio lugar al nacimiento de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica, la cual cifra en 114.226 el número de desaparecidos en el Estado, alcanzando la segunda posición a nivel mundial, solo por detrás de la Camboya de Pol Pot. Según los últimos datos oficiales, el número de muertos o desaparecidos en la dictadura chilena de Augusto Pinochet es de 3.065. En El Bierzo, la cifra desde el dieciocho de julio de 1936 hasta el dos de mayo de 1951, fecha en la que asesinan a Manuel Girón Bazán -como relata el libro La agonía del león, de Carlos G. Reigosa, la cifra según datos de la ARMH es de 1.020 personas.
Como puntos de interés, pasado Priaranza encontramos tallado en un árbol la figura de un caballero templario, obra del escultor Víctor Lobato, berciano de Narayola y conocido popularmente como Rixo. Otro lugar a destacar es el mirador de Santalla.
En el punto más elevado de esta ruta, a 1.263 metros de altitud, se sitúa Ferradillo, pueblo en el que nació la Federación de Guerrillas León-Galicia en el año 1942, siendo la primera organización guerrillera que se creó como tal una vez finalizada la guerra. En el documental Los del monte, puede verse la importancia que adquirió este emblemático lugar.
Ruta II: Ponferrada – Fresnedo – San Juan de la Mata - Ponferrada
En esta ocasión recorreremos sesenta kilómetros con un desnivel positivo de ochocientos metros. El primer punto de memoria es la fosa de Fresnedo, en la que fueron fusilados el uno de septiembre de 1936 Antonio García Colinas, Pascual García Colinas, Santiago García Arroyo, Cesáreo Fernández Arroyo y Florentino Enríquez Calvo. La exhumación de sus cuerpos se realizó en julio de 2002, como puede verse en el documental Siempre días azules, de Israel Sánchez-Prieto.
Entre la fosa de Fresnedo y este pueblo se encuentra el centro geográfico del Bierzo, señalado a través de un monolito con motivo del XXV aniversario del Consejo Comarcal, en el que se pueden leer dos frases de Enrique Gil y Carrasco y Ramón Carnicer.
El segundo lugar de memoria se sitúa en el Alto de Ocero. Un monolito con los nombres de Domingo Antonio de la Fuente Rodríguez, Primitivo Abella Martínez y Vicente Fernández Álvarez, recuerda y homenajea a todos los fusilados sin juicio que yacen en este paraje.
Ruta III: Ponferrada – Cacabelos – Salas de los Barrios – Ponferrada
Esta ruta, quizá la más sencilla de hacer, tiene una distancia de sesenta kilómetros y un desnivel positivo de cuatrocientos metros. El tramo entre Ponferrada y Cacabelos transcurre íntegramente por el Camino de Santiago. Una vez en Cacabelos, nos dirigimos a Quilós para ver un monolito que tuvo cierta polémica, ya que varias personas no quisieron que los nombres de sus familiares apareciesen en él.
De Quilós volvemos a la plaza de Cacabelos, donde otro monolito recuerda “a los hombres y mujeres que vivieron y murieron defendiendo la libertad, la justicia y la legalidad de la II República”. Este monolito sufrió un acto vandálico nada más ser inaugurado. La lucha contra el fascismo, que en otros países es motivo de orgullo, aquí, como consecuencia de que el dictador muriera en la cama, que el Tribunal de Orden Público solamente cambiara de nombre más un largo etcétera, da lugar a actos como este.
De Cacabelos nos dirigimos al Monasterio de Santa María de Carracedo, fundado por Bermudo II, rey de León, en el año 990. Desde aquí y disfrutando de la huerta berciana, nos dirigimos atravesando el río Sil al río Oza y desde este, a Salas de los Barrios.
En la carretera de entrada a esta localidad, podemos ver una placa que recuerda el fusilamiento el 21 de septiembre de 1936 de Juan García Carballo, Tomás Parragués y Enrique Vidal Oviedo.
Ruta IV: Toreno – Vega de Espinareda – Toreno
Cuarenta kilómetros de recorrido y un desnivel de ochocientos metros por esta parte del Bierzo, con una altitud que varía desde los mil metros, punto en el que confluyen los municipios de Toreno, Cubilos del Sil, Sacedo, Vega de Espinareda y Berlanga del Bierzo hasta los seiscientos en Vega de Espinareda
Uno de los lugares más emblemáticos de esta ruta es el Monasterio de San Andrés, en Vega de Espinareda, cuyo año de construcción se calcula entre finales del siglo IX y principios del siglo X.
El lugar de memoria contra el franquismo que encontramos en esta ruta se encuentra en la plaza de Ocero. En ella, se levanta un monolito en memoria de los guerrilleros Alfonso Rodríguez López, “Gallego” y Eduviges Orozco Palacín, “Andaluz”, asesinados el 24 de febrero de 1949. En esta misma plaza observamos otro árbol tallado por Rixo, representando a una persona colocando un cartel de las fiestas del pueblo.
Ruta V: Fabero - Guímara - Candín - Fabero
Esta ruta es sin duda la que cuenta con más espacios de memoria, también, la que mayor dificultad tiene, cincuenta y nueve kilómetros y un desnivel de mil seiscientos metros. El recorrido empieza en el Pozo Julia, hoy convertido en un museo de la minería. De Fabero, río Cúa arriba, llegamos a la localidad de Trascastro, en la que un monolito recuerda al doctor Lodario Gavela Yáñez, asesinado en 1947 por una brigada falangista cuando iba a buscar a su madre y a esposa embarazada. El libro El médico que no quería morir, de Alejandro Álvarez, da buena cuenta de ello.
Otro punto a destacar es el yacimiento arqueológico de Chano, datado entre los últimos años del Siglo I AC y el Siglo II DC. El siguiente monolito lo encontramos a la entrada de Guímara, pueblo que sufrió una brutal represión, como refleja el documental Nanas sin pan. Guímara: la represión colectiva de un pueblo, de Eloína Terrón.
De Guímara y por una fuerte y prolongada ascensión, llegamos al lugar de nacimiento del río Cúa, donde las vistas compensan el esfuerzo realizado. Desde aquí y por una bajada espectacular llegamos a Suertes, donde empieza de nuevo la carretera. El siguiente punto de memoria se encuentra en Villasumil, inaugurado por el guerrillero antifranquista Francisco Martínez López, “Quico”, miembro de la nombrada Federación de Guerrillas León-Galicia.
La ruta finaliza en Fabero, pueblo en el que encontramos dos monolitos dedicados a las víctimas de la represión Franquista; la Escuela del ayer, un aula didáctica sobre la educación en la II República y un monolito dedicado al campo de trabajo o de concentración que existió en Fabero entre los años 1941 y 1945, en el que doscientos cincuenta hombres trabajaron como mano de obra esclava. El libro De siervos a esclavos, de Alejandro Martínez y el documental Los campos del silencio, de Eloína Terrón, nos acercan a este lugar.
En este campo de trabajo finalizan las cinco rutas por los lugares que dignifican en El Bierzo la memoria de los represaliados del Franquismo. A estos hay que añadir varias placas en diversos cementerios, como el de San Esteban de Valdueza, donde reposan los restos de Antonio Fernández, “El Cesterín” o el de Vega de Valcarce, con los de Abelardo Macías, “Liebre”. También el callejero guarda recuerdo a las víctimas de la barbarie fascista, como la Avenida Corporación Antonio Gabelas en Villafranca o la Calle Juan García Arias en Ponferrada.
Recordar a quienes murieron y por qué murieron es una obligación como seres humanos, guardar y defender su legado es una exigencia como demócratas. Las balas de los fascistas sesgaron sus vidas, pero nunca su lucha ni su dignidad. Tal y como escribió Castelao: “Non enterran cadáveres; enterran semente”.