La Policía Local de León interviene 66 kilos de níscalos vendidos ilegalmente

La Policía Local de León informó en su perfil de Twitter que había intervenido este domingo unos 66 kilogramos de níscalos “a cuatro personas que carecían de las permisos necesarios para su recolección y posterior venta, mientras ejercían esta en la vía pública en León.
Por ello, fueron propuestos para una sanción, que puede rondar los mil euros debido a que la legislación autonómica en ese sentido es bastante rigurosa. El incumplimiento de las normativas puede tener un alto costo económico, que varía según la gravedad de las infracciones cometidas. En el caso de infracciones leves, las multas oscilan entre cien y mil euros, mientras que para casos graves, las sanciones pueden ascender desde mil hasta cien mil euros. Las infracciones consideradas muy graves pueden conllevar multas de entre 100,000 euros y un millón. Es improbable que la última calificaciones se les aplique a los pillados in fraganti este domingo.
La Ley de Montes de Castilla y León se complementa con un decreto que regula el recurso micológico silvestre. Al ser una autonomía donde los productos micológicos desempeñan un papel vital en el desarrollo económico y social de numerosos municipios rurales, la recolección y venta de setas y hongos están sujetas a regulaciones rigurosas que abordan una serie de medidas esenciales relacionadas con la conservación, gestión y uso sostenible de los recursos micológicos.
Además, estas regulaciones reconocen que la responsabilidad del aprovechamiento recae en los propietarios y titulares de los terrenos, regulan la creación de parques micológicos y la comercialización de setas silvestres con fines alimentarios, al tiempo que fomentan el turismo mediante la promoción de estos recursos.
La Ley también establece que la recolección de productos micológicos destinados al consumo alimentario solo se puede llevar a cabo cumpliendo ciertas disposiciones que garantizan la seguridad alimentaria. De manera específica, se prohíbe la venta directa entre el recolector y el consumidor, aunque se permite la venta en pequeñas cantidades a establecimientos comerciales y restaurantes.