La Policía desarticula en Burgos una banda de grafiteros que actuaba en León

La Comisaría Provincial de Burgos, junto con la Brigada Móvil Central, desarticularon un grupo itinerante de 17 grafiteros, con residencia en Burgos, que actuaban de manera reiterada y sistemática pintando trenes de Renfe en las distintas localidades del norte de España. A los detenidos se les imputa la autoría de 264 grafitis, cuyos daños ascienden a más de un millón de euros.
Según informan fuentes de la policía, la investigación se inició en junio de 2018 consiguiendo identificar a los autores de estos grafitis. En una primera fase de la operación, llevada a cabo de forma simultánea en varios domicilios de los investigados, se consiguió localizar y detener a once integrantes del grupo de grafiteros, nueve de ellos detenidos en Burgos, uno en Vitoria y otro en Zaragoza. En una segunda fase de la operación, llevada a cabo entre los días 29 y 30 de octubre detuvieron a otros seis individuos en Burgos.
Los integrantes del grupo llevaron a cabo un total de 264 grafitis en distintos trenes y vagones de la empresa Renfe Operadora, en las localidades de Burgos, Miranda de Ebro, Valladolid, Medina del Campo, Salamanca, León, Santander, Asturias, Navarra, Vizcaya, Guipúzcoa. La deuda asciende a 1,38 millones de euros en daños.
Este grupo itinerante utilizaba la red ferroviaria (Metro y Renfe) para llevar a cabo tales hechos, creando “gran alarma social” entre los usuarios del transporte público. La banda se desplazaba por todo el norte de España, lo que dificultaba su identificación y persecución de estos delitos, debido al reparto judicial de las denuncias por actuar en distintas demarcaciones judiciales. La Policía de Burgos asegura que esta trayectoria criminal es sistemática y con una proyección de futuro, lo que indica que este grupo criminal continuará con la comisión de estos delitos, al hacer de esta actividad criminal “una forma de vida”.
Los autores de estos delitos, publicaban fotos de los grafitis en sus perfiles de las redes sociales, buscando así el reconocimiento del resto de grafiteros y jactándose del delito. Además, España no era su único lugar de actuación, puesto que, tal y como se acredita en sus redes sociales, todos ellos realizaron grafitis en tresnes de países europeos.
Modus operandi
El modus operandi que utilizaba este grupo se basaba en la realización de estudios previos, para adoptar medidas de seguridad, como la comprobación de vigilancia en los lugares donde iban a llevar a cabo el delito. Además, para acceder a las instalaciones ocasionaban daños en verjas perimetrales de seguridad, puertas de acceso o tejados.
Procuraban actuar en aquellos lugares que estaban fuera del alcance de las cámaras de vigilancia o durante la noche, y en ocasiones ocultan su rostro por medio de gorros, bufandas...etc con el objetivo de no ser reconocidos. Asimismo, para realizar la pintada, solían ir varios integrantes del grupo, además de otros grafiteros.
También existía un reparto de tareas, donde un mínimo de cuatro y hasta 20 grafiteros realizaban las pintadas en el tren, formando una hilera para distribuirse a lo largo de todo el convoy. Mientras, dos o tres miembros vigilaban y otros dos o tres grababan el trabajo realizado para luego difundirlo a través de internet y las redes sociales. Los agentes policiales, informaron además que en algunas ocasiones, los miembros del grupo se mostraron violentos, tirando piedras contra los trenes, con el fin de atemorizar e intimidar a los empleados, vigilantes de seguridad y pasajeros, evitando así que les reconozcan o les graben.