¿Podríamos vivir sin redes sociales?

Blackberry

La revuelta violenta que desde hace días sucede en Inglaterra, casi no ha habido incidentes en Gales o Escocia, ha obligado al gobierno conservador-liberal del Reino Unido a adoptar un despliegue inusitado de fuerzas policiales en las principales ciudades inglesas: Londres, Birminghan, Liverpool o Bristol. En el momento actual hay ya 1.500 detenidos relacionados con actos de violencia o pillaje que hasta el momento ya han acabado con la vida de 5 personas.

Cameron amenaza con cortar el acceso a las redes para parar los disturbios

En su última comparecencia Cameron advirtió que tomaría las decisiones necesarias para acabar con la violencia, incluído restringir el acceso a Facebook, Twitter y al denostado servicio Blackberry Messenger si hiciera falta. La policía británica ha señalado a las redes como lugares donde se organizaban los saqueos y en su punto de mira está, debido a su opacidad, el servicio de mensajería de la canadiense RIM (dueña de Blanckberry) Las redes han echado humo ante la amenaza de censura de internet en un país democrático y el colectivo Anonymous ha advertido al gobierno británico de repercusiones graves si lleva a cabo tal medida.

No es la primera vez que algún gobierno toma tales medidas para frenar revueltas en sus calles; en la Primavera Árabe los gobiernos totalitarios de Egipto o Túnez cortaron el acceso a internet para intentar frenar a sus ciudadanos, aunque con escaso resultado. Pero si es la primera vez que un gobierno democrático amenaza tan a las claras con censurar internet para resolver un problema de orden cívico.

Nunca un gobierno europeo ha censurado internet para resolver un problema

La clave está en si la sociedad puede sobrevivir ya sin el acceso a las redes sociales. Éstas han demostrado su efectividad para la autorganización de los ciudadanos en revoluciones como las árabes o movimientos de protesta como el 15M en España o los de Grecia o Israel. Pero algunos gobiernos comienzan a considerarlas una amenaza potencial por su reacción inmediata y alta capacidad de movilización. La cuestión es si cortando las redes sociales se cortarían el movimiento de la índole que fuera. ¿Se han acostumbrado tanto los ciudadanos a las redes que sin ellas no se organizarían? De momento parece que eso no ha bastado en los países árabes, pero ¿y si sucediera en la democrática Europa?

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