15 playas asturianas con banderas azules en entredicho
La Coordinadora Ecológica de Asturias está sorprendida con la adjudicación de 15 banderas azules a la costa asturiana, que se reparten entre 14 playas y el puerto deportivo de Gijón. La coordinadora denuncia que muchas no cumplen los requisitos mínimos en los que se fundamenta la Fundación Europea de Educación Ambiental (FEE) para conceder este distintivo, ya que tienen carencias en la calidad de las aguas de baño, en materia de información y educación ambiental, gestión medioambiental, seguridad y servicios. Afirma que en el listado figuran arenales en los que se han denunciado reiteradamente problemas de vertidos, al carecer de saneamiento. Por otra parte, han quedado excluidas de las banderas playas de Gijón, Carreño o Ribadesella, entre otros municipios, que según el Principado tienen buena calidad de aguas para el baño y son muy concurridas.
“Lo primero que nos resulta sorprendente, una vez más, es que se haya privatizado la verificación del estado ambiental de los arenales a una entidad privada de la que se conoce poco más que la concesión de estos conocidos galardones y sobre cuya independencia hay dudas”, denuncia la el colectivo verde. A su juicio, las banderas azules no reconocen la realidad ambiental del litoral asturiano.
La coordinadora organiza en tres bloques diferentes su desacuerdo con las banderas azules. En primer lugar, cita la calidad del agua. El Principado es el encargado de realizar los análisis de calidad, y el colectivo afirma que “lo lleva a cabo mediante una técnica particular que consigue que casi todas nuestras playas presenten un estado óptimo, a pesar de que tenemos en todos los municipios asturianos graves problemas de vertidos”. Recuerda que la propia Comisión Europea ha reconocido esta situación y ha sancionado a varios por no tener el saneamiento resuelto. Cita algunos ejemplos. Entre otros considera sorprendente que se conceda el distintivo a playas en las que hubo contaminación bacteriológica que obligó a prohibir el marisqueo durante varios años, como Rodiles, en Villaviciosa. Lo mismo dice de Salinas y el Espartal, que han sufrido varios episodios de vertidos. Tampoco comprende cómo la playa de Arnao no muestra aguas contaminadas mientras que la ría del Eo sí lo está. De la Ñora (Gijón) habla de aguas residuales. “Ya resulta raro que siendo la misma agua donde se reconocen los vertidos, estos no afecte a la calidad de agua del baño”, denuncia la coordinadora ecologista, que también insiste en que continúa pendiente la construcción de nuevas depuradoras a lo largo del litoral.
El segundo bloque temático en el que la coordinadora centra su desacuerdo con las banderas azules se basa que en Asturias no hay ningún programa de educación ambiental en las playas. El Principado se ha convertido en la única comunidad española que no tiene centro de educación ambiental.
En tercer lugar, sitúa la gestión ambiental. Por gestión ambiental, la asociación entiende tener un entorno cuidado y limpio y favorecer la gestión adecuada de los residuos. “Resulta extraño el caso de San Juan de Nieva, que presenta una constante falta de limpieza, y las playas en las que gran parte de sus arenas han desaparecido, como Toró, o la precariedad de la Ñora”, denuncia la asociación.
La bandera azul es un símbolo que los propios ayuntamientos solicitan y se les concede. Pero, a juicio de la coordinadora y contra lo que dicen los alcaldes asturianos de los municipios que han recibido el distintivo, no reconoce la realidad ambiental de la costa asturiana.
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