Piden al Ayuntamiento de León que permita un arreglo experimental para salvar la Plaza del Grano

La Plaza del Grano el viernes 28 de septiembre

Antonio Vega

La situación de la nueva Plaza del Grano, la obra ejecutada por el Ayuntamiento de León por 600.000 euros bajo el proyecto del arquitecto Ramón Cañas, sigue generando polémica. Los grupos defensores de la no intervención en la icónica plaza, salvo su restauración esencial, siguen con sus críticas al estado de la plaza tras la inversión realizada.

Actualmente la arena sigue siendo protagonista habitual de la plaza, como se puede ver en las imágenes del pasado viernes, aunque en menos cantidad que la que emergió tras las obras y que llevaron al sobrenombre de la 'playa del Grano' entre furibundas críticas. El Ayuntamiento de León mantiene la limpieza del exceso de arena y el riego como estrategia de cuidado hasta que “se asiente” la obra.

Pero los sectores sociales más críticos han advertido de una mala ejecución de la obra y piden que se reclame a la empresa en el plazo contemplado por la ley que realice acciones para recuperar la plaza terrera que siempre fue. Según sus cálculos falta un 20% de piedra y la mezcla de tierra usada fue errónea al usar cal de pared en vez de para tierra, que unido al cambio de la inclinación de la plaza debido a la supresión de la aceras ha cambiado las correntías de la misma y por eso el agua ahora fluye de una manera diferente y no se queda para que nazca el característico 'verdín'.

Pero estos colectivos no se quedan sólo en la crítica sino que proponen también soluciones, aunque señalan que lo 'ideal' sería volver a levantar todas las piedras, como es ejecutar un 'experimento' en la zona que se usó como muestra para ver su viabilidad. Los hermanos Seoane, ejecutores de la restauración llevada a cabo en los 80, hacen una propuesta: “limpiar las juntas de arena lo más profundamente que se pueda y echar (lecherar) otra vez con tierra y cal”, pero con una mezcla adecuada de tierra para que pueda salir el 'verdín'.

Ramiro Pinto, uno de los miembros activos en defensa de la plaza, pide al consistorio que permita esta solución y se realice antes de que caduque la garantía de la obra, para evitar costes innecesarios. “Solicitamos una vez que se va a arreglar: que se haga bien”, han explicado en un comunicado.

Reproducimos, a continuación, la propuesta de los hermanos Seoane de un arreglo para la icónica Plaza del Grano.

Escrito de José Andrés y Pelayo Seoane, restauradores, encargados de arreglar la Plaza el año 1989

Después de la mala ejecución de la Plaza del Grano, que a la vista está, la única solución es levantarla otra vez y llevarla a sus orígenes del S. XVIII, sobre la plaza terrera que tenía.

Al levantar las partes altas de las aceras sobre 20 o 30 cm. tiene mayor inclinación con lo que las aguas tienen mayor empuje.

A los cantos de la plaza les falta un 15% o 20% de morrillo, pues los han colocado muy ralo. De esta manera las juntas entre canto y canto son más anchas y tienen menos defensa contra las correntías.

La carta de patrimonio Vernáculo construido (ICOMOS 1999) define: “El patrimonio tradicional construido es la expresión fundamental de la identidad de una comunidad, de sus relaciones con el territorio y al mismo tiempo la expresión de la diversidad cultural del mundo”. Es el testimonio de la cultura popular, conserva los materiales y sistemas constructivos regionales de gran adecuación al medio, por lo que constituye un patrimonio enorme y de vital importancia, que debe ser protegido y conservado.

Toda intervención debe respetar, en la medida de lo posible, la concepción y las técnicas constructivas originales, así como el valor histórico de la estructura y las pruebas históricas que proporciona.

La eliminación o alterar cualquier material histórico con sus características arquitectónicas debe evitarse.

La reparación es siempre preferible a la sustitución.

Fernando Chueca dijo: “En España cuando no hay dinero los monumentos se caen solos y cuando lo hay los tiramos nosotros”.

Dicho lo cual entendemos que pudiera haber un arreglo provisional, a observar; tal y cómo está actualmente la plaza: Limpiar las juntas de arena lo más profundamente que se pueda y echar (lecherar) otra vez con tierra y cal, en una parte de la plaza, para experimentar cómo reacciona debido a que no está cimentada como debiera. No se ha seguido el plano original de 1986 realizado por Mateo Torices.

La tierra funciona como un acumulador de calor, gracias a la inercia térmica del material. Es un regulador hidrométrico: Cuando el sol se levanta el agua se transforma en vapor y la tierra absorbe las calorías. Cuando cae la noche y la temperatura baja, el vapor se condensa en agua líquida que nutre y refresca la tierra. De esta forma sale el verdín que alfombra la plaza y no mediante el riego que se haga. Del suelo suben el frescor y su perfume característico. Con un enlechado como decimos podrás salir el verdín y habremos, al menos, salvado, la imagen de la plaza, durante un tiempo hasta que un equipo de gobierno sea sensible al patrimonio y la vuelva a restaurar sobre tierra.

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