Pésimo pronóstico para la cosecha de cereal en la provincia de León
Aunque es pronto para concretar las cifras, todo apunta a que en Castilla y León se recogerán menos de 3 millones de toneladas, un tercio de lo cosechado el año pasado. “Se suma así la de 2017 a la tristemente recordada cosecha de 1992. Ambas son ya las peores cosechas registradas en Castilla y León en el último cuarto de siglo, por debajo de los 3 millones de toneladas”, recuerda Asaja.
A las malas cosechas de 1992 y la de este año 2017, se sumarían como las de 2001, 2009 y 2005. Por el contrario, la mejor cosecha de estos 25 años fue la de 2008, año en el que se recogieron 9,3 millones de kilos de cereal, seguidas por la del año 2000, 2016, 2007 y 1993. La media de este periodo de 25 años supera en todo caso los 6 millones de toneladas. Curiosamente, ni la mejor ni la peor cosecha de Castilla y León de estos 25 años coinciden con los resultados nacionales: el récord nacional fue en 2013, seguida por la del año 2000 y la de 2016, y la más nefasta para el país en su conjunto fue la de 1995, seguida por 2005 y 1992.
Tal como apunta el secretario general de Asaja Castilla y León, Donaciano Dujo, “a día de hoy, el secano de Castilla y León podría dividirse en tres partes. De las cerca de dos millones de hectáreas sembradas, unas 650.000 estarían esquilmadas, y ofrecerían resultados de miseria, entre cero y 500 kilos por hectárea; otro tercio estaría entre los 500 y 1.200 kilos, y el tercio restante rondaría los 2.000 kilos”. Toda la Comunidad Autónoma está afectada, en mayor o menor medida, y los rendimientos serán una tercera parte de la media. Asaja ha cifrado las pérdidas económicas, entre sequía y heladas, en más de 1.500 millones de euros.
Muchas hectáreas no tienen seguro
Las peritaciones de Agroseguro por daños de la sequía, heladas y granizo, hablan de unas 500.000 hectáreas, “aunque eso no quiere decir que no haya muchas más hectáreas con resultados pésimos y sin ninguna cobertura, que no recibirán ninguna indemnización”, subraya Dujo. Asaja indica que una campaña tan catastrófica como la actual tiene que obligar a repensar el sistema actual de seguros y suplir sus carencias. “Hay que lograr que prácticamente se universalice, para lo que hay que ajustar los rendimientos, incorporar cultivos y zonas, como forrajes y pastos, e incrementar la subvención para que sea más asequible”.
Ayudas directas
Está claro que la agricultura es un trabajo al aire libre, y como tal está expuesta a años buenos, malos y regulares. Pero, desde Asaja, se señala que en años como el presente, “las zonas con producciones muy bajas tienen que ser auxiliadas. Aunque tanto Junta como Ministerio se han cerrado en banda a ello, desde Asaja seguimos reclamando ayudas directas para todos los profesionales cotizantes a la Seguridad Social, que tengan una cosecha catastrófica”.