El poder de lo pequeño en movimiento

José Luis Chamorro Equitánea

Javier M. Seisdedos

El 29 de noviembre de 2011, la ciudad de León recibía más que un título, se premiaba en su conjunto el trabajo de un grupo de soñadores que apostaron por hacer visible que otro mundo era posible en lo local. León fue la primera ciudad en Castilla y León en recibir esta distinción y una de las pioneras en nuestro país, que apostó por otro modelo de intercambio comercial más justo, responsable, ecológico con las personas y el planeta.

Eduardo Galeano nos regalo una de las reflexiones mas hermosas que millones de personas en la Tierra han hecho suyas, un canto a la libertad, al empoderamiento de la unidad y al reconocimiento permanente de que todo puede cambiar y suceder si realmente nos lo creemos, aunque a veces parezca que es imperceptible a los ojos humanos.

“Muchas personas pequeñas en lugares pequeños haciendo cosas pequeñas pueden cambiar el mundo”

Porque lo pequeño, es silencioso, pasa desapercibido parar la mayoría de la sociedad.

Y ahí radica su verdadero poder, en la aparente fragilidad, como un pequeño enjambre de abejas que realizan un inmenso trabajo desde el interior, pasito a pasito, día a día, con esfuerzo compartido, con ilusión renovada con la retroalimentación del que sabe cuál es su objetivo y su meta y disfruta del camino y del trayecto en unidad.

Así es como trabajan los auténticos soñadores, a largo plazo, sin esperar recompensas, muchas veces en la soledad de una pequeña habitación un pequeño grupo de personas pueden hacer posible grandes cambios.

Hablar de comercio justo y consumo responsable hace ocho años en nuestras calles, era una utopía, una quimera que muy pocos practicaban, el desconocimiento era absoluto y la aproximación que se tenía por parte de las personas de a pie, era que de vez en cuando comprando una tableta de chocolate de comercio justo se ayudaba dando una pequeña limosna para que en un país muy lejano de África o de Latinoamérica la vida fuera un poco mejor.

La crisis económica y social también llego a nuestras calles, empezamos a ver que no solo la pobreza existía en los países del Sur, también nuestros vecinos del quinto la vivían, la percepción de la realidad se ha ido modificando en esto últimos años y ahora somos mas sensibles y comprensivos al padecimiento humano porque no nos roza, también la padecemos en nuestra propia carne y en la de nuestros seres queridos.

En nuestros pueblos urbanos (barrios) comprobamos como cientos de locales cierran sin cesar ante nuestra atenta mirada, nos gusta comprar todavía en nuestro pequeño comercio de proximidad, pero las grandes superficies siguen siendo fuertes con sus pancartas de ofertas permanentes y seguimos entrando en sus grandes pasillos buscando el producto deseado.

Queda mucho por hacer pero existen motivos para la esperanza. Se está creando una masa crítica de personas valientes y audaces que con su ejemplo cotidiano están modificando estas conductas del capitalismo voraz.

Podemos ver por fin en nuestras calles a personas que saben que con sus decisiones de compra pueden transformar la realidad local. Personas responsables que ejercen con su conciencia otro modelo donde impera la colaboración, transparencia, justicia social y económica, sensibles al sonido del planeta que nos implora un cambio radical en nuestra forma de vida.

Personas que cada día compran en pequeñas tiendas locales, regentadas por personas honradas que apuestan por agricultores y artesanos locales, que hacen y trabajan con amor y respeto a la tierra.

Personas que ejercen su derecho de comprar con responsabilidad, sabiendo que el dinero que se mueve en su localidad está generando riqueza compartida con sus paisanos, y que no va a ir ya, a una multinacional donde las condiciones laborables de sus trabajadores brilla por su ausencia, empresas que tienen deslocalizadas en diferentes países su producción y que lo único importante, son los beneficios obtenidos, sin importarles lo más mínimo la dignidad de las personas y sus condiciones de vida.

Es tiempo de cambiar, de repensar nuestro modo de vida, se puede ser feliz con mucho menos de lo que pensamos, nos sobran cosas y nos faltan valores. Decrecer para sacar lo mejor de nosotros mismos es el rumbo a seguir.

Los países del Sur son nuestros grandes maestros, en las cooperativas de productores de comercio justo, las personas realizan un trabajo digno, elaboran productos de gran calidad, y se sienten dichosas porque poseen dignidad para ellos y sus comunidades.

El comercio justo nos enseña desde lo sencillo y cotidiano, que cuando todos poseemos los mismos derechos y oportunidades el mundo local y global evoluciona y crece, desarrollando otro sistema donde la justicia social y la libertad existen para la mayoría y no para unos pocos.

Queremos con este reportaje hacer un homenaje sincero a todas las personas ,colectivos e instituciones locales que han dado lo mejor de si mismos, apostando decididamente por este sueño que es una realidad.

Queremos dar voz a todos ellos, que su ejemplo sirva para inspirarnos a todos en estos tiempos de cambio y de transición hacia un nuevo modelo de vida que es irreversible.

Todo empieza en los centros de enseñanza, nuestros niños y jóvenes son el futuro, ellos serán la generación del cambio y de la evolución, démosles por tanto, las herramientas necesarias para que tomen el relevo y nos podamos sentir orgullosos.

El equipo de trabajo de León, ciudad por el comercio justo es pionero y ejemplo en este sentido, nueve colegios en la ciudad y la provincia lo están haciendo, con actos y talleres de sensibilización de forma permanente.

Más de cincuenta establecimientos de nuestros pueblos urbanos (barrios) trabajan y comercializan productos de comercio justo.

La semilla ya ha prendido, el camino está trazado, solo queda que tod@s nos sumemos, no hay vuelta atrás.

Queremos dar las gracias de corazón a todas las personas que han participado en la elaboración de este documento audiovisual, cuyas primeras piezas ya puedes ver en esta información.

En especial, gracias a ileon.com de nuevo, por ayudarnos y brindar su amplia plataforma de lectores inquietos e inconformistas, es un lujo poder colaborar con vosotros, en este también, vuestro quinto aniversario haciendo periodismo libre sin red y del bueno.

Gracias a todos, por creer en nosotros.

Javier M. Seisdedos, editor de Creamos Presente.

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