Orgullo de Feve, también por el estómago

Más de un centenar de comensales acudieron a la terraza del bar La Comidilla para la degustación a cargo de la Asociación de Ferroviarios San Fernando.

C.J.D.

A escasos metros de la estación de Matallana del ferrocarril de Feve, en el centro de la capital leonesa, hoy se apreciaba el apetitoso sabor que le es propio al mítico ferrocarril de vía estrecha. En pleno debate de la muerte definitiva o el definitivo renacimiento de la línea que cose desde León la montaña oriental leonesa hasta Bilbao, una iniciativa gastronómica del bar La Comidilla citó a más de un centenar de personas en una suerte de reivindicación por el estómago de la vieja tradición de las ollas ferroviarias, esos artilugios que en las manos de expertos empleados o ex empleados de Feve sacan unos guisos difíciles de igualar.

Así lo pudieron comprobar los muchos comensales asistentes a la iniciativa de la propietaria de La Comidilla, Sandra Santos, y toda su familia, celebrada aprovechando el magnífico patio interior con el que cuenta el local de la calle Renueva. Porque la destreza al fogón portátil que es la tradicional olla ferroviaria de los miembros del Asociación de Ferroviarios San Fernando de Cistierna consiguieron dejar en el punto justo de la excelencia las dos perolas de alubias con chorizo y la de patatas guisadas con carne.

En su nombre, Manuel Suárez mostraba el orgullo del colectivo al que pertenece, vinculado al hullero tren de La Robla, cada vez que tienen ocasión de demostrar que el tren de Feve es único, casi una cultura y un modo de vida. “Hay que ver cómo se anima todo cuando cada año hacemos el concurso de olla ferroviaria en Cistierna, es algo que hay que ver y probar alguna vez en la vida”, defendía.

Pocos de los asistentes hoy al acto culinario de León no dan fe de sus palabras, tras catar las excelencias que salen de esas ollas. Y pocos se resignan a que este modo de cocinar tan propio se pierda si el propio ferrocarril de vía estrecha tuviera los días contados, como hace temer la parálisis de la línea en su penetración en la capital leonesa, a cuya estación de Matallana hace demasiados años que ya no llega un tren. A pesar de las promesas ministeriales que se han retomado esta misma semana.

Los 'cocineros', todos ellos ferroviarios de Feve, algunos en activo y otros ya jubilados, saben que León no se puede permitir perder ese tren tan autóctono. Y los degustadores de los platos que hoy pudieron probar confirman con sus elogios que sería una tragedia añadida que la olla ferroviaria cayera en el olvido con el temido cierre de la línea.

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