¿Otra oportunidad en MásterChef?

David Masterchef 4 2016 concursante cantabria estudiante universidad de León

Nuria V. Martín

Antes de la encarnecida batalla entre los exconcursantes para tener una segunda oportunidad en los fogones de MásterChef, los aspirantes que se mantienen en la competición vivieron el momento más emotivo, reencontrarse con los suyos. Cocinar para la familia siempre adereza el programa con lágrimas, primero las provocaron una serie de famosos que grabaron unos mensajes personales para cada concursante de parte de sus familias, aunque la llorera llegó cuando ellos mismos pudieron abrazarles.

Con sus parejas, o en caso de Natalia y Rocío sus mejores amigos, como pinches cocinaron el plato más casero conocido, una buena tortilla de patata. Hay tantas tortillas como cocineros, no hay receta mágica porque para gustos patatas fritas... Así que el jurado tuvo que tirar de expertos, que no eran otros que los hijos de los cocineros, para decantarse por la de José Luis como la mejor y la de Ángel como la segunda menos mala para ser capitanes.

Pero vamos con lo que hemos venido a contar, la posible vuelta de nuestro “leonés” de adopción, David. Tras una puja por la Lonja de Alicante y un paseo hasta las salinas de Santa Pola se disputó la prueba por equipos junto la playa de esa localidad. José Luis prefirió ver las opciones de menú en vez de seleccionar a todo su equipo de una vez y tener un compañero más, lo que en principio les auguró un peor resultado. Mientras que los aspirantes se intentan organizar con los menús para 84 comensales entran los exconcursantes con fuerza, tanta que terminan en el suelo por la emoción del reencuentro sobre todo con David.

Pasadas las alegría tocaba cocinar catorce platos y postres para ser el elegido en quedarse. Samanta les preguntó a qué equipo se incorporarían en caso de entrar de nuevo en la competición, dicha elección les hará seguir la suerte de ese equipo en la eliminación, David se posicionó con José Luis. Mala decisión, su caldero de pescado le metió en el programa, pero por la característica personalidad caótica de su capitán les llevó a jugarse la permanencia, una victoria agridulce.

A pesar de llevar el delantal negro David estaba entusiasmando por volver a cocinar en las cocinas de MasterChef, y además con el privilegio de elegir que ave iba a cocinar cada uno, un déjà vu de su experiencia previa en el programa. Él se quedó con los pichones por verlo como lo más rápido de cocinar al ser lo más pequeño, y para el resto hizo un reparto sin estrategia ni beneficio que fue aceptado con resentimiento por sus compañeros. Bajo la supervisión de Miguel Hermann, jefe de cocina de Horcher, y como siempre con las críticas de Jordi para intentar que se centrara, David ha puesto la carne en el asador para que su vuelva deje huella. Y parece que haber estado fuera le ha dado fuerzas para que su plato fuera catalogado de “digno” por el chef que más duramente le ha juzgado. Esto hizo que Daniel fuera el expulsado sin billete de vuelta.

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