El nuevo bingo de León 'pisotea' las distancias que marca la Ley de la Junta pero se ha autorizado por un tecnicismo de fechas
La Ley del Juego de Castilla y León en vigor prohíbe de manera tajante que los establecimientos de cualquier tipo de apuestas se sitúen a menos de 300 metros de distancia uno de otro. Fue una de las principales novedades incluidas en la última actualización que está en vigor en la Comunidad desde hace año y medio.
Esta rigidez está lejísimos de cumplirse en el caso del último negocio de apuestas que anuncia su inminente apertura en pleno centro de la ciudad de León. Se trata de una sala de bingo con máquinas recreativas en el corazón de la ciudad, en pleno Casco Histórico, situado entre la Plaza de San Marcelo, donde tiene su acceso, y la calle La Rúa, que es paso del Camino de Santiago.
El negocio ocupa gran parte del bajo de un edificio de nueva construcción, que ya fue muy polémico durante las obras por el derribo de varias fachadas que habían sido protegidas por Patrimonio y el pago posterior de una minúscula multa. Y llama mucho la atención que con un simple vistazo a un plano de la ciudad se pueda apreciar que en línea recta guarda una distancia de apenas unos metros, si no está pared con pared, respecto al Casino Conde Luna, que también tiene un lateral hacia la calle La Rúa.
A pesar de ello, la Consejería de Presidencia de la Junta de Castilla y León ha otorgado sin problema ni condicionante alguno la autorización administrativa obligatoria que les permitirá abrir y operar en este emplazamiento. Esa licencia es a favor de la empresa dueña del bingo, el Grupo Ballesteros, una compañía que dispone de unos 40 establecimientos en toda España y su mayor número en Castilla y León.
Doble argumento oficial a favor de la autorización
Se trata de la empresa que ya explotaba en exclusiva todos los bingos de la ciudad: el que sigue situado en el Paseo de La Condesa y El Condado. En realidad, tal y como ya avanzó ILEÓN esta semana, lo que hace la compañía es cerrar este último e histórico bingo en la calle Villafranca y trasladarse a San Marcelo. Aunque más pequeño, está mucho más céntrico, visible y accesible.
Este medio ha recabado una explicación a la administración competente en exclusiva de las autorizaciones en materia de juegos y apuestas, la Junta de Castilla y León. Y tanto la Consejería de Presidencia como la Delegación Territorial de León han ofrecido argumentos para tratar de explicar por qué donde se debería exigir una distancia mínima de 300 metros por Ley, o en su defecto denegar la licencia, se haya autorizado habiendo como mucho 10 metros lineales entre la nueva sala de bingo y el Casino.
Fechas muy ajustadas
La Consejería asegura que se debe a que la fecha de la solicitud de la autorización por parte de la empresa fue anterior a la fecha en la que entró en vigor la obligatoriedad de la distancia. El argumento es que al haberse solicitado antes no le es de aplicación la última actualización de la normativa sino la anterior, que data de 1998. Aquella no imponía restricción alguna por distancia.
Esa entrada en vigor de la distancia mínima obligatoria data exactamente del 20 de abril de 2024, a pesar de que la propia Junta ya había aprobado el texto en Consejo de Gobierno el 9 de febrero y que la Ley aparece formalmente fechada el 15 de marzo. Y fuentes oficiales de la Consejería de Presidencia que dirije Luis Miguel González Gago han especificado a ILEÓN que el Grupo Ballesteros formalizó la petición de autorización exactamente el 11 de marzo.
También matizan las mismas fuentes que la medición de las distancias en este tipo de casos no se hace de manera lineal, es decir, que no se tiene en cuenta que prácticamente el nuevo bingo y el Casino Conde Luna estén 'pared con pared'. La respuesta oficial ha sido que “las inspecciones las hizo la brigada de la Policía Nacional -más bien parece razonable que sea la municipal de León- y arrojaron que no había ningún problema de distancia con la normativa en vigor” en este caso a pesar de toda apariencia.
Un 'as en la manga': la medición
¿Cómo puede ser eso? Primero porque la Ley 2/2024 Reguladora del Juego y de las Apuestas de Castilla y León se guarda un as en la manga para calcular los metros, al referirse literalmente a que “la forma de medir estas distancias se establecerá reglamentariamente”. Yendo al reglamento, vigente desde hace años, la fórmula no puede ser más enrevesada: “Para la medición de las distancias se partirá del eje de la vía pública a la que dé frente cada una de las puertas de acceso a la casa de apuestas, tomando tal eje desde la perpendicular trazada desde el centro de aquellas puertas de acceso, siguiéndose luego el vial más corto que utilicen los peatones y que tenga la consideración legal de dominio público”.
Teniendo en cuenta esto, en el caso que nos ocupa, aunque ambas salas sean casi contiguas en línea recta, es amplio el rodeo peatonal que hay que dar entre la puerta de acceso del bingo -en la Plaza de San Marcelo- y la del Casino Conde Luna -Calle Policía Nacional-, tanto si se va por la calle teatro y La Rúa como si se rodea por la calle Arco de Ánimas y la avenida Independencia.
Pero es que incluso admitiendo esta argucia, la distancia en el más favorable de estos casos seguiría estando por debajo de los 300 metros obligatorios. El informe de la Junta asegura que hay exactamente 251 metros de puerta a puerta, según las mediciones que obran tras el cálculo policial.
La sorpresa es aún mayor cuando se confirma que, de hecho, el presunto incumplimiento de la distancia con el Casino no es el más grave: hay otra sala de juegos aún más cerca del nuevo bingo: a 205 metros (204,97 exactamente). Se trata del salón de juegos y apuestas Luckia, en la esquina de la plaza de Santo Domingo con Independencia. Y a pesar de todo ello, y con los argumentos mencionados, el nuevo Bingo San Marcelo ha obtenido un rotundo 'sí' de la administración autonómica.