La 'nevadona' que nos hizo ver la cruda realidad…

Esta es la imagen de la mutua sorpresa, del osezno y de quien se lo encontró en la puerta de su casa. / Fotografía de Óscar Montero

Cultura Rural León | https://commonsleon.wordpress.com/

Imagino que, como a mí, a muchos de vosotros la nieve os trae agradables recuerdos de la infancia.

Quizás porque cuando eramos escolares, una buena nevada eran días de 'fuelga' y de vacaciones obligadas: los maestros no podían acceder al pueblo o no circulaba el autobús escolar. Aunque a los pocos días las quitanieves de la Diputación nos devolviesen a las rutinas escolares, eran días felices.

Hoy en día las cosas han cambiado. En muchos pueblos de la provincia apenas quedan escolares y sí muchas personas mayores y unos pocos ganaderos que sobreviven dejando las reses durante todo el año en el monte. Y una fuerte nevada, aunque deje alguna foto espectacular o curiosa como esta que acompaña el texto, ya no es motivo de alegría.

Precisamente la 'nevadona' de días pasados nos hizo ver la cruda realidad de las comarcas de montaña. Primero nos mostró la dureza de la vida del campo y las dificultades de los vecinos de los pueblos para alimentar los ganados aislados por la nieve. En segundo lugar, esta nevada evidenció el abandono más absoluto por parte de la Administración Pública lo cual se viene a sumar a otros problemas como el envejecimiento de la población, o la despoblación rural.

Es relativamente normal que después de una nevada de estas características, algunos pueblos (especialmente en las zonas de más difícil acceso) permanezcan unos días incomunicados, pero lo que no es normal y clama al cielo es que pasados más de 10 días de la 'nevadona' ni la Diputación Provincial, ni la Junta de Castilla y León supiesen cuántos pueblos había aislados por el temporal de nieve, ni cuantos vecinos afectados. Es obvio que alguien debería asumir responsabilidades y tener la decencia de dimitir, pero pedir dimisiones en este país es una utopía, es decir, algo irrealizable.

Lo peor de todo es que quienes han quedado aislados son personas mayores, en ocasiones enfermos crónicos. Imagino que todo esto hará que la gente se lo piense antes de quedarse en el pueblo a pasar el invierno. Es un suma y sigue, y todo invita a dejar los pueblos. En este sentido, la provincia de León, y especialmente las comarcas de montaña, se muere. No es la nieve ni la 'gafura' del tiempo la que echa a la gente de los pueblos. Siempre nevó. Es el abandono. Es sentir que con las instituciones públicas no puedes contar, y que mejor que no te pase nada...

Lo curioso es que en noviembre pasado el Senado creaba una “Comisión Especial de Estudio sobre las medidas a desarrollar para evitar la despoblación de las zonas de montaña”. El alcalde de Prioro, uno de los primeros en comparecer pedía, entre otras cosas, “consideración y aprecio, así como que se tengan en cuenta nuestras singularidades, para obtener un trato digno dentro de nuestras peculiaridades”, como si los habitantes de la montaña fuesen una 'raza en peligro de extinción'.

Estaría bien que en el Senado analicen lo ocurrido estos días y analicen cuál ha sido la respuesta de la Administración pública a la 'nevadona'; quizás ahí tengan la respuesta de por qué la gente deja los pueblos.

Bien. No vale la pena extenderse mucho más. Cada uno saque sus propias conclusiones...

Nota 1. Los únicos que han estado a la altura de las circunstancias son los Guardias Civiles del GREIM que han llevado comida y medicinas a los vecinos que llevaban 8 días incomunicados en Llánaves de la Reina y han ayudado a los ganaderos a llevar comida a los animales aislados; sí, esos mismos que en Agosto perdían en un accidente de helicóptero a tres de sus miembros cuando rescataban a un montañero.

Nota 2. En lo que se refiere a la foto de Óscar Montero que acompaña este texto, a los pocos días de haber sido publicada en infinidad medios nacionales e internacionales, los paisanos de la Fundación Oso Pardo salieron a decían que no podían asegurar si era un perro o un oso. Jodó, tiene bemoles la cosa, porque si los de la FOP no saben distinguir entre un 'esbardo' (osezno) y un 'perrín', estamos arreglaos. En fin...

Nota 3. A pesar de todas estas 'miserias', esperemos que se cumpla el refrán aquel de “Año de nieves, año de bienes” y que la nieve nos visite cada año y nos siga devolviendo esos bonitos recuerdos de la infancia.

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