“De eso no tenía que morirse nadie”

Interior del pozo Emilio del Valle de la Hullera Vasco-Leonesa. Imagen: http://www.sahvl.es/

ileon.com

“De eso, en condiciones normales; no tendría que morirse nadie”. Tajante afirmación para resumir la impotencia que se vive en la Hullera Vasco-Leonesa ante la muerte de seis compañeros en un escape de gas. Y lo dicen nada menos que sindicalistas históricos mineros que coinciden en asegurar que “todo indica un fallo grave en la seguridad”.

“Lo que ocurre es que hoy en día no hay comité, no hay control y lo que antes se paraba al dos por ciento de grisú hoy no se hace y, claro, llega al cuatro por ciento en nada... si sube de golpe desde ese momento ya no sales de ahí”. Hay rumores que incluso llegan a decir que el porcentaje de metano (del que se compone en su mayoría el grisú, el gas mortal de la mina) pudo llegar al 20%, pero es un extremo no confirmado.

Dudas, y serias, de todo tipo

Lo que queda claro entre los consultados por ileon.com -que no han querido ser protagonistas en este día aciago para la minería leonesa y han solicitado no incluir sus nombres en este artículo- es que “si no se vigila el porcentaje de grisú, si no se para a tiempo, cuando llega una bolsa fuerte pasan estas cosas”. Además, han comenzado a hacerse varias preguntas sobre la situación de los detectores de grisú, del vigilante y de los equipos de autosalvamento “que deben estar cerca de los trabajadores en las ramplas” (la zona de trabajo). “Por poner un ejemplo -decían- si la galería es de doscientos metros, si vas quedándote sin oxígeno y estás agitado por ello, lo más normal es que te desmayes; por eso deben haber máscaras de autosalvamento cerca. ¿Estaban allí o no? Eso es lo que hay que preguntarse”.

Lo que sí parece claro es que según van avanzando las informaciones, todo parece indicar un escape de gas sin explosión “porque no tenemos noticias de quemados y si hubiera habido una deflagración la cosa hubiera sido mucho peor, con fuego, humo y un jaleo que no se hubiera podido ocultar”.

¿El ABC de una mina, incumplido?

“Es que es el ABC, controlar el grisú”, comentan con incredulidad. “Con el dos por ciento de gas en el aire en nuestros tiempos se paraban las máquinas por si acaso había una chispa y mira que teníamos broncas con los vigilantes, pero de las buenas, porque siempre decían que no pasaba nada; pues mira lo que pasa si de repente llega una bolsa de estas características”. Para ellos, por precaución, no se debería trabajar más allá del 2%, “aunque los vigilantes digan que no pasa nada, pero como ya no hay comité que valga... pues se vé que al final cuando se relajan las normas de seguridad, las ITC, sí que pasa; y luego vienen estas desgracias”.

Además, que la mina haya estado inactiva un fin de semana, puede haber sido un factor más para el desastre. “Es que hay que ventilar la zona, el grisú no sale de golpe, sino que se va filtrando poco a poco del suelo; claro, si tienes una galería inactiva durante dos días y luego no metes bien los extractores durante la jornada... pueden pasar estas cosas”. También indican que si hay concentraciones ya altas de grisú, “si de repente sale una 'gritona' (un escape violento con ruido de silbido), hay muchas menos posibilidades de salir bien de ahí; pero en esos casos, cuando está bien ventilado lo normal es que salga todo el mundo sin problemas”.

Las preguntas son claras en todos ellos: ¿Qué estaba haciendo el vigilante? ¿Cómo estaban los detectores de gas? ¿Dónde estaban los equipos de autorescate (las mascarillas)? ¿Qué porcentaje marcaba la galería? Y una respuesta bastante similar: “Todo tiene pinta de haber sido un fallo de seguridad”, trufada con la aseveración de algunos en definirlo como “algo grave”.

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