CRÓNICA

La Maragatería activa su autodefensa contra el fuego: “Voluntarios del pueblo y alrededores, es lo que hay”

Limpieza del entorno de Luyego de Somoza

Antonio Vega

Luyego de Somoza —
18 de agosto de 2025 15:04 h

El humo lo tapa todo de forma intensa en la comarca leonesa de la Maragatería este lunes por la mañana. En realidad así ha amanecido la práctica totalidad de la extensa provincia de León, asolada por graves incendios que no encuentra fin. La ropa se imprega del intenso olor a quemado y usar una mascarilla se ha vuelto a convertir en una obligación, como si hubiéramos a los tiempos de la pandemia.

Medio centenar de personas se concentran a las afueras de la localidad de Luyego de Somoza, capital del municipio del mismo nombre, para realizar una limpieza y un cortafuego que salve al pueblo en caso de que llegue el fuego, que está arranso ya parte de la comarca venido desde Cabrera y El Bierzo. Es el mismo incendio, en realidad dos ya fusionados, que arrasó hace una semana el Patrimonio de la Humanidad de Las Médulas y que ha seguido creciendo sin control en el extremo suroccidental de la provincia leonesa. Ahora ha llegado a una nueva comarca, la histórica Magatería, hogar de comerciantes y pescateros exitosos y hoy como buena parte del resto del territorio, sufriendo la despoblación y el abandono del mundo rural de las últimas décadas.

“Cuando las barbas de tu vecino veas cortar, pon las tuyas a remojar”, señala un veraneante que colabora junto a los vecinos en los trabajos de desbroce. El Ayuntamiento de Luyego les convocó a primera hora de la mañana. Tras días de tensión toca actuar para salvar los pueblos. “Más vale actuar a tiempo que lamentarse”, señala otro vecino.

Defensa del entorno de Luyego de Somoza
Limpieza en Luyego de Somoza

Unas vecinas señalan lo obvio que se ha repetido en todas las zonas a lo largo de los pueblos, la falta de medios y de información. “Los vecinos están poniendo todo de su parte, haciendo todo lo que se puede con la herramienta que tenemos”, señala una vecina. “Estamos aquí para salvar los pueblos y sus casas”, reconociendo la angusta y temor con el que se vive en medio del humo y sabiendo que el fuego se acerca cada día más.

Los “Buenos días, por decir algo”, se han convertido ya en el saludo habitual. Los grupos de Whatsapp más o menos organizados son fundamentales para coordinar esfuerzos. Se pide que no se saturen con opiniones y que sean efectivos como herramienta de organización ya que los nervios cunden a veces y provocan su saturación. Y una advertencia, “No vayas al incendio si no tienes ni idea”, para centrarse en defender los pueblos y zonas especiales. “Lo primero es la seguridad de cada uno y luego que no se quemen las casas”, reiteran las voces más sensatas del operativo vecinal.

Un poco más adelante de Luyego ya no es posible seguir el camino. A los pueblos de la comarca ha llegado una orden masiva de desalojo: Lucillo, Filiel, Chana de Somoza, Molinaferrera, Santa Marina de Somoza, Tabladillo, Santa Colomba de Somoza,Turienzo de los Caballeros, Andiñuela, Villar de Ciervos, Foncebadón, Manjarín y Valdemanzanas. Pero como en tantos otros sitios, muchos de los vecinos y vecinas se han prefiero quedar y solo han evacuado a personas mayores y niños o personas con enfermedades.

La estrategia de autodefensa ha consistido en organizar brigadas para crear cortafuegos, en Luyego en concreto se ha puesto hincapié en proteger un vecino pinar que si arde podría hacer saltar las piñas y multiplicar los focos. Tractores de los agricultores y ganaderos hacen el trabajo de varios que con desbrozadoras despejan el posible combustible para el fuego. El resto tiran de lo que han podido, “Estamos como los abuelos, con lo que tenemos, los rastrillos, con azadas”, explican.

Limpieza en Valdespino de Somoza

Despejan la maleza orientados por las informaciones que llegan de por donde está el fuego, que esta mañana parecía algo más controlado en este frente. Lo mismo se hace en localidades como Villalibre de Somoza o más alejadas como Valdespino de Somoza. La incertidumbre del fuego no tiene espacios limitados tras haber ardido la provincia leonesa de norte a sur y de este a oeste.

De la imprevisibilidad del fuego deja testimonio otro vecino, veraneante en la localidad, que este domingo acudió al pueblo de Prada de la Sierra cuando comenzó a entrar el fuego a la comarca. A mediodía se hizo trabajo pero el fuego no avanzaba, pero por la tarde-noche se descontroló y amenazó totalmente la localidad.

“Voluntarios del pueblo y de pueblos de alrededores, es lo que hay”, sentencia una vecina mientras vuelve a recoger hierba y rastrojos cortados para despejar la zona. El trabajo vecinal contra el fuego no descansa.

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