Lobos, osos, ciervos y otras joyas del otoño en la montaña de León

Imagen de Cantábrica Salvaje

Marta Cuervo

Perder la vista en los colores preciosos de una estampa otoñal y sentir la tranquilidad de un bosque, el olor de la tierra, la vida de la madre naturaleza. Para muchas personas esta estación del año transmite un sentimiento romántico, haciendo sentir a los amantes del monte una especial sensibilidad por esta época del año. El otoño dulce de las castañas, de los magostos, de la caída de las hojas, y del sol que brilla entre los troncos de los árboles. Pero, sin duda, uno de los espectáculos más bonitos que se dan en estos meses, a partir de octubre, nos lo regalan los lobos, estos elegantes mamíferos carnívoros, que se ponen melancólicos con la nueva estación.

En el primer vídeo grabado por David, de Cantábrica Salvaje, en la provincia de León podemos ver cómo una loba regurgita la comida de su boca para dar de comer a sus cachorros. De esta forma los lobeznos más despiertos corren a alimentarse de los manjares de su madre, mientras que otros más despistados siguen jugando en lo profundo del barranco boscoso, y quizás luego pasen un poco de hambre. Al final del vídeo, otra estampa bucólica; una osa hace carantoñas a su osezno.

Fin de la berrea, momento ideal para que los lobos jóvenes aprendan a cazar

Según comenta David, es ya en estas fechas cuando los cachorros están preparados para salir de caza con la madre, ya son adultos y dejan el cubil. Este momento coincide con la temporada de caza, lo que les sirve para evitar disparos, de una forma llamativamente sincronizada.

También coincide en el tiempo con el final de la berrea de los ciervos, permitiendo a los lobos aprovechar el momento para cazar a los machos armados con sus astas, pero presas fáciles por el agotamiento del acto de la berrea. Así, los padres enseñan a los lobos más jóvenes a cazar grandes piezas.

David describe el movimiento de los lobos como “un baile”, en el que van eligiendo los mejores puntos de encuentro y encame por todo el puerto, cambiando a razón del riesgo que sientan por la presencia de cazadores y alertados por las primeras luces del día.

Castañas en Noceda del Berzo.

También, depende de la caza, se mueven a uno u otro campamento mas cercano.

El segundo vídeo retrata los emocionantes aullidos de un lobo al amanecer. Un apasionante momento que nos regala la cámara de David, en lo más remoto, frondoso y profundo del bosque Cantábrico. Un paseo otoñal por el valle, donde la vida salvaje en estado puro brota a cada minuto.

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