El lobo como animal lúdico y festivo

El lobo, protagonista en Rioscuro de Laciana.

Luis Álvarez

Rioscuro celebró este domingo una jornada festiva con el lobo de protagonista, bajo el nombre genérico de 'el calecho del lobo'. Una charla, un desfile popular, teatro y un fin de fiesta con cena de callos y garbanzos, además de la música para cerrar dos días de fiesta organizados por la asociación de vecinos 'Vilforcos' y la Junta Vecinal de la localidad, con la colaboración del Ayuntamiento de Villablino y varias asociaciones locales, que apoyaron el evento con su presencia y participación.

Empezó la celebración con un mercado medieval el sábado y se prolongó el domingo con los actos en torno a la fiera más temida y perseguida históricamente por el hombre de estas tierras, el lobo. Que en poco más de medio siglo ha pasado de ser el origen de la mayoría de los males a convertirse hoy en uno de los mayores atractivos del turismo de naturaleza y observación, pese a perdurar aún sus detractores.

Estos fueron algunos de los aspectos que el naturalista Eduardo González, miembro del grupo local Alto Sil de WWF/Adena, señaló en su intervención en el salón del Centro de Interpretación de los Castros de Laciana, que ocupa las antiguas escuelas del pueblo. Eduardo en su intervención desarrolló una amplia exposición sobre la especie, la evolución de su población y los cambios de percepción social que sobre ella se han dado, recordando también los antiguos calechos de lobos, del que existió uno en terrenos del pueblo, cuya conservación y funcionamiento ya recogían las ordenanzas concejiles de Laciana de hace tres siglos. El 'calecho' era un pozo de 4 metros de profundidad, en cuya mitad se colocaba, como cebo, un cabrito, para atraer al lobo y que constituía una trampa para cazar a este animal.

Planteó también la posibilidad de reconstruir sobre las ruinas existentes esta ancestral trampa, el 'calecho', como un elemento de atractivo más para el visitante y elemento de valor para un mundo rural, que en Rioscuro cuanta ya con numerosos atractivos: su espectacular patrimonio natural de Barroso, Vilforcos o Brañaronda, sus leyendas de frailes ladrones y suicidas, un núcleo de población con buena conservación o una iglesia hermosa con sus pinturas románicas.

Además recientemente se ha construido el Centro de Interpretación de los Castros, en el que se invirtió una considerable cantidad de dinero procedente de los fondos MINER (cerca de 1,2 millnes de €) y que lamentablemente tiene aspecto de abandono, sin ni siquiera desbrozar o limpiar sus inmediaciones, más que lo que los vecinos han hecho estos días pasados y que permanece cerrado durante todo el año, usándose sus instalaciones solo en ocasiones puntuales como las de ayer. No estaría mal que Junta de Castilla y León y Ayuntamiento de Villablino se pusiesen de acuerdo, contando con la Junta Vecinal para encontrar la posibilidad de que pueda ser visitado con normalidad y no como excepción.

Pasacalles con lobo

Finalizada la charla, una comitiva abierta por los mastines (de la asociación de criadores de Laciana), cazadores (vecinos del pueblo ataviados con vestuario de mediados del pasado siglo y escopetas de madera), el elenco de actores y actrices del grupo aficionado El Escarpín portando en unas andas un lobo (disecado), seguidos por un grupo de vecinos y visitantes. Hicieron el paseo de la fiera desde el Centro de los Castros hasta la plaza del pueblo parodiando al grito de “¡ya cayó el lobo!, ¡matamos al lobo!” las antiguas andazas de los participantes en las batidas, que paseaban la fiera o su piel reclamando las gratificaciones de los ganaderos y vecinos que premiaban, con dinero al afamado alimañero. Des esos usos de entonces sirva como ejemplo, que en el año 1949 el Ayuntamiento de Villablino acordó en un pleno pagar a los “cazadores de animales dañinos: 75 pesetas por loba y 50 pesetas por lobo”.

Una vez en la plaza y tras los ajustes necesarios del equipo de megafonía, los componentes de El Escarpín pusieron en escena de calle la obra de Julio Alvarez Rubio 'El calecho del lobo', escrita e interpretada en pachuezo (habla tradicional de occidente leones). Para finalizar la fiesta con un refuerzo estomacal capaz de serenar tantas emociones vespertinas, con unos sabrosos callos con garbanzos. Y es que ya dicen los historiadores antiguos, que sorprendió a los romanos cuando llegaron hace dos mil años por aquí, que “los astures por cualquier hecho terminado o iniciado acabasen celebrando convite con sus consanguíneos”.

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