El perro de la auxiliar contagiada de ébola, centro de la polémica por su sacrificio
De nada han servido las más de 201.000 firmas que han secundado este martes el llamamiento del esposo de la auxiliar de enfermería contagiada de ébola, a través de la plataforma 'change.org'. Ni la oposición establecida frente a la casa de la enfermera Teresa Romero. Esta mañana la Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid decretó, con una orden judicial, el sacrificio de Excálibur, el perro de la pareja, “para evitar así posible riesgo de contagio”, según las explicaciones vertidas por el Gobierno.
La decisión se ha ejecutado este mediodía, pese a la petición del marido de la enferma Javier Limón, que a lo largo del este martes se puso en contacto con distintas asociaciones animalistas para pedir que se respetara la vida del animal.
Han sido miembros del laboratorio de Seguridad Biológica de la Facultad de Veterinaria de la Universidad Complutense de Madrid (UCM) los encargados de finalizar la vida del animal, cuyo cuerpo ha sido trasladado a una incineradora de Paracuellos del Jarama para su posterior cremación.
La consejería de Madrid detalló que este perro estaba en la vivienda en “estrecho y permanente” contacto con la paciente afectada por el virus del ébola y, de acuerdo con los hallazgos científicos disponibles, “supone un posible riesgo de transmisión de la enfermedad al hombre”.
“No es justo que además del contagio del ébola por parte de la auxiliar a consecuencia de la falta de medios, pierdan al perro por un simple capricho, cuando es mucho más fácil aislarlo o ponerlo en cuarentena igual que han hecho con el marido de la víctima”, señala la petición de la plataforma de Internet.
Por su parte, Sanidad argumenta que existen datos que confirman el hallazgo de perros con anticuerpos positivos del virus del Ébola, lo que indica que canes pueden sufrir un proceso de viremia aunque se muestren asintomáticos.