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Un leonés testigo del exceso de aforo en el Madrid Arena
“Mucha sensación de agobio, empujones...”. Cuando el DJ estrella del 'Thriller Music Park', Steve Aoki, comenzó a pinchar, la gente entró en una especie de frenesí, de locura incontrolable. “Sentía cómo me desplazaba de derecha a izquierda varios metros. Me caí al suelo muchas veces, pero no era consciente de lo que estaba pasando en los pasillos”. Álvaro Pérez, leonés testigo del exceso de aforo acaecido el pasado miércoles con motivo de la fiesta de Halloween celebrada en el recinto Madrid Arena, relata a este periódico los excesos producidos en la fiesta madrileña donde se produjo la gran avalancha de gente que provocó la muerte de cuatro jóvenes, e hirió de gravedad a una quinta.

“Vi un montón de peleas. El público enloqueció cuando Aoki empezó a pinchar, con saltos y empujones”, comenta. “No vi armas, pero se lanzaron bengalas que, en un principio, pensé que formaban parte del espectáculo”, explica el joven, que resultó herido leve, con magulladuras y moratones.
La policía elaborará un estudio para confirmar si hubo exceso de aforo.
El fiscal jefe de Madrid, Eduardo Esteban Rincón, según informaciones publicadas en otros diarios, ha asegurado que el atestado policial sobre el siniestro no se pronuncia sobre el número de personas que entraron en el recinto municipal al no disponer todavía de datos suficientes para certificar que hubo exceso de aforo.
La empresa Diviertt, organizadora del evento, confirmó haber vendido 7.000 entradas, mientras que el Ayuntamiento de Madrid las cifró en 9.600 al día siguiente de la tragedia. El Madrid Arena tiene aforo para 10.600, pero el testigo leonés asegura que el DJ durante su actuación aseguró que se encontraba ante más de 15.000 personas.
El accidente en el que fallecieron cuatro jóvenes aplastadas por la multitud en uno de los pasillos del recinto se produjo alrededor de las 4.00 horas del jueves. Los asistentes no se enteraron del suceso, aunque es cierto que la presencia policial aumentó dentro del recinto a partir de esa hora, según Álvaro. “Para acceder al baño, por los pasillos, la policía insistía en que te pegaras a las paredes para dejar los pasillos libres”.

Otro de los apuntes del joven es que no existía una clara salida de emergencia.
“Las escaleras estaban cerradas y las vías de emergencia eran poco visibles. Muchos comentaban, incluso, que no había salidas de emergencia”, recuerda el leonés, que acusa una escasa seguridad en el interior.
“Parecía un estado de anarquía. Sólo había policía en los accesos a la pista central y a la parte superior. Había peleas por todos lados y nadie intervenía”, apunta.
Todo cambió a la salida. Hacia las 6.30 horas del jueves, Álvaro se dio cuenta de que “algo pasaba” ya que, a la puerta, el despliegue policial y de ambulancias era muy numeroso. “Los servicios sanitarios estaban saturados tratando sobredosis y comas etílicos, principalmente. Tuvieron que hacer una criba entre los afectados. Vi mucha gente accidentada pero me llamó la atención un chico con el codo dislocado”.
Como medida de precaución, la policía cortó el acceso a las bocas de metro, para evitar nuevas avalanchas.
Control y seguridad
“No me pidieron el DNI, pero me cachearon a la entrada”, asegura Álvaro. Según el testigo, los alrededores del Madrid Arena, protagonizados por un macrobotellón, no contaban con demasiada presencia policial, pero el acceso al 'Thriller Music Park' sí. Para entrar al recinto se establecieron tres controles policiales. “En el primero controlaban que no introdujeras alcohol, en el segundo te cacheaban y en el tercero comprobaban que tuvieras la entrada al evento”, explica el leonés. Aunque, a pesar de los controles, no era difícil pasar droga, ya que, “te la ofrecían gratuitamente” una vez dentro de la fiesta.

Según comentarios a los que tuvo acceso Álvaro, el problema se desató principalmente entre las 2.00 y las 3.00 horas, “cuando se levantó mucho la mano y permitieron el paso a gente sin entrada”.
Las primeras investigaciones policiales ya apuntaban a que la actuación de Aoki provocó una afluencia masiva hacia la pista central que contribuyó a colapsar el mencionado pasillo.
Además de la numerosa venta de entradas, muchas personas se habían colado a la fiesta, pese a los controles en el exterior del recinto por el personal de la empresa Dator.
Cientos de jóvenes, que bebían en el exterior, en la Casa de Campo, desbordaron la seguridad para ser testigos de la actuación del DJ estadounidense.