León privatiza sus bicis, las cancela durante meses y pasarán a costar 15 euros al día como máximo
León ciudad no dispone de bicicletas de uso público, después de dieciséis años prestando un servicio que hasta ahora era gratuito. Y cuando se retome, habrá que pagar por él.
El sistema hasta ahora de préstamo lleva tiempo inoperativo, incluso con algunas estaciones físicamente desmanteladas por completo, a pesar de que el servicio se ha privatizado hace ocho meses, contratando con dinero público a una empresa en la que participa la compañía de autobuses Alsa.
Lo peor es que si alguien quiere usar alguna bicicleta tendrá que esperar todavía un mínimo de tres meses y empezar a pagar por ello con nuevas tarifas que irán desde la más cara, de 15 euros al día en el coste de un día completo, pensado para todo tipo de turistas, a la más económica, de 12 euros al año, en este caso exclusivamente para personas empadronadas en el municipio de León.
La privatización del servicio por parte del Ayuntamiento de León se produjo el pasado mes de marzo, dejándolo en manos de Alsa y la compañía alemana NextBike GmbH, como mínimo el año 2026, aunque se podría prorrogar. El doble contrato de suministro y de mantenimiento del sistema supone un coste de casi 300.000 euros (296.918,79 euros) y otro de otros 135.000 euros para sufragar gestión. En total, más de 400.000 euros municipales.
Fuentes del equipo de Gobierno del PSOE, cuyo alcalde, José Antonio Diez, llevaba en su programa electoral bicis públicas de préstamo, confirman ahora que todo el material para esta nueva vida del servicio ya no de préstamo sino de alquiler de bicicletas ya está adquirido y disponible en almacenes.
El escollo de la ordenanza
Pero “no se puede instalar” ni ponerse en marcha. Falta un escollo que se ha retrasado excesivamente en el tiempo y sin el cual no sería legal prestar el servicio: aprobar una nueva ordenanza municipal bajo el mismo eslogan de 'León te presta la bici', en el que se recojan las nuevas condiciones.
Esa ordenanza acaba de iniciar un período de quince días de exposición pública para su revisión y presentación de posibles enmiendas. Está accesible pinchando aquí y termina el 27 de noviembre de 2021.
¿Y qué novedades aporta la ordenanza y el nuevo sistema? Pues por un lado, más bicicletas. Cuando arranque, su número será de 250, repartidas en más estaciones de recogida y entrega, un total de 25, cinco más que hasta ahora.
Todas las ubicaciones concretas, ampliación incluida
Sus ubicaciones serán Ordoño II, El Albéitar, el Centro Cívico de El Crucero, la Calle Corredera, el Polígono 58, el Centro Comercial Espacio Vías, la Estación de Autobuses, la plaza Juan de Austria, la Delegación Territorial de la Junta en Eras de Renueva, la Plaza de Santo Martino tras San Isidoro y la sede del Ente Regional de la Energía (Eren) en Eras.
También se plantea para el Paseo de Papalaguinda, la Escuela Oficial de Idiomas, el Ayuntamiento de San Marcelo, el Polígono 10, la estación de tren, la calle San Juan de Sahagún, el aparcamiento de San Pedro detrás de la Catedral, las proximidades del Colegio de los Jesuítas, el Campus de la Universidad de León, los barrios de Trobajo del Cerecedo y Oteruelo, el polígono de La Torre, la avenida José Aguado y el espacio deportivo del Hispánico.
En este nuevo sistema, los usuarios podrán ser cualquier persona de más de 14 años y todos habrán de darse de alta de manera previa, siendo los padres responsables de los menores de edad. Tras el registro previo obligatorio, se podrá alquilar una bici con su propia tarjeta de usuario, a través de una aplicación de móvil o bien en la línea directa de atención al usuario.
15 euros para turistas
Pero la principal novedad es el coste que pasará a tener alquilar una bici en León, dependiendo de cinco modalidades de abono. Habrá una tarifa básica, pensada para turistas, hasta un máximo de 24, partiendo de un euro de coste y un máximo de 15 euros a partir de las cuatro horas de uso.
En cuanto a los abonos, el más caro será el puntual, de un día de duración, que empezará costando 3,90 euros que cubren la primera hora de uso y después fracciones de 50 céntimos cada 15 minutos, siendo el máximo diario de 10 euros como tope.
El abono semanal costará 7 euros, igualmente con franjas de 50 céntimos cada 15 minutos de uso en exceso, hasta el máximo de 10 euros en total, con la característica de que entre un uso de la bicicleta y el siguiente será obligatorio esperar media hora al menos.
Otro abono más es el mensual, por 10 euros y 31 días de vigencia, también con fracciones adicionales de 15 minutos a medio euro cada una y un 'techo' de 10 euros máximo.
Lo más barato, 12 meses y empadronado
Y por último, el abono anual será el más económico, exclusivamente para empadronados en León, que renovarán cada año por apenas 12 euros. Si no se está empadronado, viajar con las bicis de León costará sin embargo 40 euros.
La ordenanza detalla que en todos los casos se cobrará una penalización de 20 euros por devolver una bici fuera de una estación oficial de las mencionadas arriba. También se le podrían cobrar los desperfectos tras su uso si el usuario no advierte de un problema tras dejar el vehículo o inhabilitarle hasta cinco años si no enuncia un posible robo, aparte de otras sanciones.
Sanciones de hasta 1.000 euros
Entre esa sanciones, se considera 'grave' por ejemplo no comunicar esos desperfectos o 'muy graves' los actos vandálicos, no entregar la bici a tiempo o usar el vehículo para cualquier tipo de uso comercial o profesional, por ejemplo, para entregas a domicilio tipo Glovo. Y esas sanciones 'muy graves' oscilarán entre los 501 y 1.000 euros, siendo las graves de entre 101 y 500 euros y las leves de hasta 100 euros.
El problema es que todo esto tardará demasiado y mientras no se podrá usar una sola bici de las que permanecen ahora en la ciudad. Sólo la tramitación pública obligatoria, que además se ha visto afectada por la 'caída' de los sistemas informáticos municipales, debe cumplir una primera aprobación “prevista en el Pleno de diciembre”.
Tras ello, habrá de cumplirse con una nueva exposición pública y aprobación definitiva, como muy pronto en enero de 2022. Es decir, meses sin que se puedan utilizar las bicis municipales, cuyos viejos ejemplares siguen estando repartidos por la ciudad.
En algunos casos ni siquiera están ya las estaciones, como ha ocurrido en Papalaguinda, que tras las quejas de UPL por su mal estado “se han decidido quitar” tras sufrir actos de vandalismo, afirman desde el equipo de Gobierno, porque “no solo estaban inutilizadas sino que daban mala imagen”.
El camino de lo público a un negocio
La privatización del servicio de préstamo de bicis, es decir, su conversión en un sistema de alquiler puro y duro, por parte de un equipo de Gobierno formado por el PSOE y el único concejal elegido por Podemos, Nicanor Pastrana -aunque después expulsado de la formación morada- ha traído mucha cola.
Y no solo críticas del colectivo León en Bici, que además afeaba que el dinero público que se pondrá en manos de empresas privadas provenga de los fondos europeos Edusi en teoría obligatoriamente destinados a proyectos en los barrios del norte de la capital.
En el pasado mandato, ya el PP de Antonio Silván que gobernaba, y con el apoyo de Ciudadanos, abogaban no por mejorar el servicio de préstamo de bicis sino que argumentaban la falta de inversión durante años para defender su privatización. Y el PSOE entonces en la oposición se oponía con dureza y exigía que siguiera siendo un sistema público.
Al final, tras pasar a gobernar, el nuevo alcalde Diez pasó a abogar por “un sistema dual” que resultara gratuito para todos los empadronados en León, es decir, sin coste como hasta ahora, y con un coste muy bajo para los usuarios recurrentes no empadronados, como por ejemplo estudiantes universitarios. Y el deficiente sistema fue, en tanto llegaba la privatización, algo reforzado con nuevas bicicletas, curiosamente ya aportadas por Alesa, la misma empresa que después se adjudicaría el actual contrato.