Cuando León se convirtió en París
... Entonces Rembert, bajo la luna llena, se arrodilló y escribió en la arena: “¿Quieres casarte conmigo?”. Scilia, con una copa de champán en una mano y la preciosa alianza en la otra, respondió con un radiante...
Será mejor empezar por el principio, para no perderse ni un detalle de esta bonita historia de amor. Corría el año 2005, cuando la mexicana Scilia decidió realizar un intercambio académico en España, para convivir con sus gentes y conocer sus ciudades y culturas. “Mi universidad, la de Colima, tenía convenios con Madrid, Barcelona, Alicante, León y Valencia. Yo, por una rara razón, elegí la Universidad de León, así lo quiso mi corazón”, recuerda Scilia.
Rembert, belga de pura cepa, en cambio, optó por el mismo destino porque quería aprender un idioma que necesitaba si quería ser competitivo a nivel profesional. “Quería ir solo para reinventarme a mí mismo”, señala Rembert.
Scilia y su amiga y compañera de batallas Gaby se fueron a vivir con Claudio y Benny, dos belgas que conocieron el mismo día que la Universidad de León dio la bienvenida a los estudiantes erasmus. Con el paso de los días, Rembert hizo amistad con sus compatriotas y comenzó a frecuentar el piso de Scilia. “Al principio venía para ver a sus amigos, pero después lo hacía para verme a mí”, reconoce ella.
Lo más curioso de la historia es que, no fueron ellos mismos quienes se dieron cuenta de su amor, si no sus compañeros, quienes a menudo les preguntaban si eran pareja. Ellos se miraban y se reían como si no entendiesen a lo que se referían los demás. No fue amor a primera vista, “fue algo muy chistoso que se fue dando poco a poco sin que nos diéramos cuenta”, contestan los chicos.
Vivir en León fue la mejor experiencia de nuestras vidas, nos conocimos nosotros, pero también conocimos mucha gente linda, y amigos que serán para toda la vida
“No notamos que estábamos enamorados hasta un mes antes de partir cada uno a sus países”, reconoce Rembert. En cuanto a quién dio el primer paso... existen dos versiones. Rembert asegura que fue la guapa mexicana quien lo conquistó. Scilia responde que ella tomo la situación de frente y un día le pregunto: “Rembert, ¿qué está pasando entre nosotros?”. “Tuve que hacerlo, imaginen lo que pasaba por mi mente, me tomaba de la mano, pero nunca me había dicho '¿quieres ser mi novia?', ¡como se hace en México!”, bromea Scilia.
Así comenzó un noviazgo de más de tres años, en los que han existido, como en todas las relaciones amorosas, momentos buenos y malos, ya que sólo conseguían verse cada seis meses. Los chicos cuentan que al principio les resultó muy duro, ya que Bélgica y México tienen costumbres muy diferentes. Sus idiomas maternos también les causaron alguna que otra mala jugada, “¡hasta la forma de escribir a través de chat es diferente! En México siempre nos despedimos muy largo (besos, abrazos, cuidate, nos vemos pronto, te quiero, sueña conmigo), mientras que en Bélgica es más corto y práctico (xxx, es decir besos)” justifica la mexicana.
La pareja 'belgicana', como se autodenomina, reconoce que León es una ciudad increíble. “Sus calles, el Barrio Húmedo. La Catedral es la más bonita que conocemos. Nunca olvidaremos León”, asegura Scilia. Rembert, se acuerda mucho del “parque de los enamorados, el de San Isidro”, aunque reconoce que nunca fueron como pareja, Aún así asegura, “es un símbolo de nuestro amor”.
“La estancia en León nos reinventó como personas, y nos convirtió en habitantes del mundo, a quienes no les importan fronteras y diferencias culturales”, aseguran los jóvenes. No dudan en aumentar su familia. “Llevaremos a nuestros hijos alguna vez, tienen que conocer la catedral, las calles y la alegría de la gente leonesa. Vivir en León fue la mejor experiencia de nuestras vidas, nos conocimos nosotros, pero también conocimos mucha gente linda, y amigos que serán para toda la vida”, comparte la mexicana.
A propósito, la respuesta de Scilia fue un SÍ.
¿Te animas a contarnos tu historia de amor?
