Ocho nuevos pantanos y presas en León y aumentar Riaño, Luna y Porma, solución de la Junta contra el cambio climático
Hay dos premisas muy sencillas: uno, la capacidad de almacenaje de agua de Castilla y León es muy escasa para garantizar riegos, que no el consumo humano, porque además la población decrece a marchas forzadas. Y dos, la crisis climática amenaza teóricamente con reducir las precipitaciones. Dos premisas que unidas hacen alertar a la Junta de un mal panorama de futuro no muy lejano: la amenaza del cambio climático obliga a adoptar soluciones ya de almacenaje de agua en la Comunidad para “fortalecer la agricultura de regadío”. Y gran parte de ellas pasan por León.
Esa es la conclusión de un informe impulsado por la Junta de Castilla y León, a través de su empresa pública Instituto Tecnológico Agrario de Castilla y León (Itacyl), junto a la Asociación de Comunidades de Regantes de la Cuenca del Duero (Ferduero), que preside el leonés Ángel González Quintanilla. Este informe ha sido elaborado desde Burgos por la Escuela de Ingenieros, Caminos y Puertos de la Universidad burgalesa, y presentado por todo lo alto este lunes en la sede del Itacyl, en Valladollid.
Y si las premisas son sencillas y claras, no lo son menos las conclusiones para evitar el previsible 'desastre' de no poder garantizar los riegos en pocas décadas. En el caso de la provincia de León se resumen en una serie de controvertidas soluciones propuestas. Entre ellas, la “urgente” construcción de los dos nuevos embalses de La Rial y Los Morales junto a Carrizo de Órbigo, tremendamente contestados en esta comarca leonesa.
Pero sería sólo la punta del iceberg del nuevo sacrificio que este informe reclama a la provincia: también aboga por aumentar la capacidad de los actuales embalses de Riaño, Barrios de Luna y Porma, los más grandes de la cuenca del Duero en León, a través de medidas para recrecerlos.
¿Omaña insumergible?
Tampoco aquí acaba la cosa. Porque el documento contempla la ejecución de nuevos embalses y presas en varios ríos leoneses. Quizá el más llamativo de todos es el embalse de Omaña, propuesto hace décadas y en principio finalmente desechado por su enorme impacto ambiental y socioeconómico en esta otra comarca leonesa, al grito de “Omaña insumergible”.
El que se repesca ahora sería, según el informe, un “Omaña reducido”, en principio sin concretar ni emplazamiento exacto ni dimensiones.
A la lista de nuevas infraestructuras de almacenaje de agua se sumarían obras de regulación en los ríos Duerna y Eria (en Morla de la Valdería y en Chana), también en el Torío (no se especifica en qué punto), en el cauce del río Cea, en el del río Valderaduey y en el río Casares, en concreto en este caso con otra balsa en la localidad de Beberino (Pola de Gordón). La lista, que suma hasta ocho nuevas construcciones hidráulicas, concluye con la ejecución de balsas en el Páramo Bajo.
Un leonés en la 'ofensiva'
El número 2 de la Consejería de Agricultura y Ganadería, viceconsejero de Desarrollo Rural, Jorge Llorente, ha insistido en la “posibilidad de actuar” y en la “urgencia” de hacerlo “de forma inmediata” en zonas como las del río Órbigo, con sus dos nuevos pantanos, aprovechando que la declaración de impacto ambiental es favorable y que están aprobados en el Plan Hidrológico vigente.
Sin embargo, “no se ha hecho nada”, lamentó en el mismo acto el presidente de Ferduero y del Sindicato Central de Regantes de Los Barrios de Luna, el leonés Ángel González Quintanilla, recordando que todas estas son “actuaciones necesarias para dejar un futuro a aquellos jóvenes que se han quedado en el campo”.
La investigación de la Universidad de Burgos pone de manifiesto que la cuenca del Duero tiene una capacidad de embalse de unos 8.000 hectómetros cúbicos y es la que menor capacidad de regulación posee en España, respecto a las aportaciones, ya que el volumen de los embalses de regulación solamente es del 31% respecto a los recursos naturales existentes.
La explotación de las eléctricas que lastra
Eso sí, admiten que “más de la mitad” del agua “no se puede utilizar para regulación general y uno de los dos motivos es, según el propio estudio, que ese agua sirve ”para uso exclusivamente hidroeléctrico“. Es decir, para que saquen partido de él las compañías eléctricas.
Otro problema que observan es que los embalses del Duero tienen una capacidad pequeña porque “se ubican generalmente en los tramos altos de los ríos, donde las aportaciones” de agua “no son muy significativas”, a pesar de lo cual las propuestas inciden en aumentar, al menos en León, el almacenaje en cotas altas.
Por todo ello, en su conjunto, el estudio que avalan Junta y regantes analiza 31 posibilidades de nuevas infraestructuras hidráulicas (ocho de ellas las mencionadas en León), junto a 16 posibilidades de recrecido de embalses existentes (tres de ellos, los de Riaño, Porma-Juan Benet y Barrios de Luna). En conjunto, todas las actuaciones supondrían un incremento de la capacidad de regulación que podría llegar a los 2.243 hectómetros cúbicos, que “aún situarían a la cuenca del Duero en cifras de capacidad de embalsar entre el 40 y el 50% de los recursos naturales, muy alejadas de las cifras de otras cuencas de España”, reza la nota de prensa.
Quejas por las excesivas zonas protegidas
Por último, el informe reconoce que la gran extensión de espacios naturales protegidos, “figuras de protección muy exigentes”, como la Red Natura 2000, zonas Zepa o Reservas de la Biosfera, complican el impulso de nuevas infraestructuras al serles rechazadas las declaraciones de impacto ambiental, algo que no ven con buenos ojos. Eso, unido a “oposiciones por parte de distintos sectores de la sociedad”, dificulta por ejemplo nuevos embalses, algo que defienden que “irá agravando los actuales problemas” de los sistemas de explotación.
Aquí dejamos para su consulta las CONCLUSIONES completas del informe de la Junta y Ferduero, con las polémicas medidas propuestas:
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