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Junta y opas apuesta por la siembra directa que gana casi 65.000 hectáreas en Castilla y León en ocho años

La consejería de Agricultura de la Junta y las organizaciones profesionales agrarias defienden la siembra directa por su menor afectación ambiental y la reducción de costes de producción en las explotaciones. Y es que la técnica de la siembra directa continúa abriéndose hueco entre los agricultores cerealistas y de girasol de Castilla y León.
En los últimos ocho años, la superficie cultivada mediante esta técnica pasó de las 137.112 hectáreas de 2008 a las 202.031 del pasado año, lo que supone un incremento del 47,3 por ciento (64.919 hectáreas), según se recoge en la Encuesta sobre Superficies y Rendimientos de Cultivos que realiza el Ministerio de Agricultura.
A pesar de este incremento, la siembra directa, la que se realiza directamente sobre el rastrojo, sólo representa el 8,4 por ciento de los casi 2,1 millones de hectáreas que se dedicaron en la región a cereales, y el 8,1 por ciento si se suman el girasol y los forrajes. A nivel nacional, el crecimiento en este periodo ha sido del más del 134 por ciento, al pasar de las 274.869 hectáreas de 2008 a las 645.470 del pasado año.
Ventajas
Además de una menor emisión de CO2 a la atmósferas, desde la Consejería de Agricultura se destacan algunas ventajas como la reducción de la erosión, que en función del tipo de suelo puede situarse entre un 60 y un 90 por ciento en comparación con el laboreo convencional). Además, esta práctica incrementa el contenido de materia orgánica en el suelo, mejorando la fertilidad, y reduce la escorrentía hasta en un 70 por ciento y el lixiviado de nutrientes. La menor contaminación de las aguas superficiales, el mejor aprovechamiento del agua de lluvia son otras ventajas que se apuntan desde Agricultura.
De cara a la rentabilidad de las explotaciones, se reducen los costes de producción al minimizar el trabajo, el tiempo y la energía consumida en la explotación. Así, el consumo de energía propia del laboreo se reduce entre un 20 y un 40 por ciento.
Para el secretario general de Unión de Pequeños Agricultores de Castilla y León, Aurelio González, se trata de una técnica que ha evolucionado mucho en los últimos años y que ha demostrado que en muchos terrenos mejora la rentabilidad de las explotaciones, aunque se tenga que incrementar el uso de herbicidas.
Por su parte, el coordinador regional de la Unión de Campesinos de Castilla y León (UCCL), Jesús Manuel González Palacín, recalcó que, dada la ajustada rentabilidad de muchos cultivos, se trata de una técnica muy a tener en cuenta dado que reduce los costes de producción notablemente. No obstante, apuntó que no en todas la zonas se adapta bien y destacó que lo óptimo es contar con explotaciones de gran tamaño. En este sentido indicó que los mejores resultados se están logrando en Tierra de Campo.
Mientras tanto, el presidente de Asaja Castilla y León, Donaciano Dujo afirmó que lo fundamental es que la siembra directa se implante de forma profesional y con el asesoramiento técnico oportuno, dado que está más que demostrado que con una adecuada rotación de cultivos y el uso óptimo de abonos y herbicidas la producción media no disminuye y sí los costes de producción. “Se trata de una técnica compatible con la siembra tradicional, con el mínimo laboreo y con la agricultura ecológica, pero siempre que se trabaje de forma profesional”, aseveró.
Más en el cereal
Los cereales, con 177.225 hectáreas, concentran el 87,7 por ciento del total de esta práctica, por delante de los forrajes (16.283 hectáreas), del girasol (8.422 hectáreas) y del maíz forrajero (104). En Castilla y León, debido al peso que tiene el cereal, se concentra el 31,3 por ciento de la superficie cultivada mediante esta técnica a nivel nacional. Le siguen en importancia Aragón (17,2 por ciento), Andalucía (15,3 por ciento), Castilla-La Mancha (12,6 por ciento), Cataluña (11,7 por ciento) y Navarra (4,3 por ciento). De todas formas, cabe destacar la importancia de la siembra directa en Cantabria, donde supone el 22,20 por ciento debido a su práctica en el maíz forrajero, la Comunidad. Valenciana (23,87 por ciento) y Murcia (22,10 por ciento), donde las superficies se dedican fundamentalmente a la cebada.
No son las comunidades autónomas más cerealistas donde se emplea más la técnica de siembra directa. En Canarias, con solo 724 hectáreas de cereales grano, el 51 por ciento de su superficie emplea siembra directa y también es empleada en el cien por cien del maíz forrajero. En el cultivo de cereales grano destacan también Murcia, Comunidad Valenciana y Cataluña comunidades en las que la siembra directa supera el 20 por ciento de la superficie de cereal. Sin embargo, en las autonomías más cerealistas como Castilla y León o Castilla-La Mancha solo se siembra directamente el 8,40 por ciento y 5,51 por ciento respectivamente.
En cuanto al girasol, Andalucía y Castilla y León, comunidades que representan el 70 por ciento del cultivo del girasol, la siembra directa no supera el 7 por ciento de la superficie en ninguna de ellas. Es en La Rioja donde la siembra directa se lleva a la práctica en un 30,9 por ciento de la superficie de este cultivo. El maíz forrajero con siembra directa destaca en las comunidades de Levante, así en la Comunidad Valenciana el 77,7 por ciento de este cultivo lo hace bajo siembra directa. En Murcia se alcanza casi el 70 por ciento.