“Nos consideran una institución y cuando uno sufre rechaza lo institucional”

Ignacio Fernández detalle

M.C. / I.R.

Solo tres días después de la huelga general del 14N, Ignacio Fernández será reelegido como secretario provincial del sindicato en León en una situación extraordinaria, pues los estatutos permiten solo los dos mandatos que él ya ha cumplido. En situaciones convulsas como la actual, prefieren sin embargo mantener cierta estabilidad. No será fácil. El número de afiliados a CCOO es de mil menos que hace cuatro años, cuando llegaba a 12.500, y el sindicato afronta un ERE en sus propias carnes. Su nueva etapa se centrará en la recuperación de la provincia, aunque asegura que este proceso necesitará tiempo.

Previsiblemente le reeligen hoy, ¿no se va a presentar nadie más?

Solo se puede saber en el momento concreto porque la comisión de candidaturas puede recibir candidaturas hasta las 17 horas. Que se sepa es la única candidatura a la secretaría general y una única a la Comisión Ejecutiva que también encabezo yo. Creo que si yo me fuese habría quien optaría a la secretaría general. Hay que ser conscientes de la situación en la que vivimos, que nos exige ser cautos. Bastante metamorfosis se está produciendo en general en todo como para que nos entretengamos en quién ocupa una silla. Todos, de común acuerdo, han considerado que yo siquiera.

¿Por qué se presenta de nuevo a pesar de haber cumplido ya dos mandatos?

Es un mandato excepcional porque los estatutos de CCOO solo permiten estar ocho años y yo los he cumplido, pero abren la vía a un mandato extraordinario si la situación lo justifica. Vivimos tiempos inciertos, de mucha zozobra, difíciles, salvajes, duros, en los que no nos podemos permitir tener flancos abiertos. La continuidad en la dirección de una organización es un flanco abierto. En ese sentido hemos preferido no contribuir al barullo. Aquí continuaré si lo deciden hoy.

El miércoles la huelga tuvo poco seguimiento en comparación con la manifestación. ¿Habría que empezar a pensar que la huelga es un instrumento de presión que no funciona?

Hemos sido bastante críticos con las últimas convocatorias analizándolas y evaluándolas. Sin desechar el valor simbólico que tiene la huelga, nos damos cuenta de que el mundo cambia, cambia el mundo del trabajo y las respuestas de los trabajadores y de las trabajadoras. Habría gente que querría hacer huelga y no puede por razones objetivas. Hay gente que realiza trabajos que nos son visibles en una jornada de huelga, el teletrabajo por ejemplo.

Necesitamos adaptar nuestras respuestas movilizadoras a una realidad que es otra, no la de la segunda mitad del siglo XX. Hay que tener en cuenta que los sectores son diversos, no se puede exigir un movilización similar a las empleadas de una mercería que a las de Inditex en el polígono. Hay que atender a los sectores y a las empresas de manera distinta y movilizarlos de manera distinta. Hay que hacer convocatorias de otra naturaleza, La huelga de consumo que se pedía que se hiciera es una cosa al alcance de todo el mundo, más fácil que dejar de trabajar un día, tiene más impacto si nadie compra un día que el parar de trabajar. Sin desechar el valor simbólico de la huelga general que, sin duda habrá más convocatorias, acomodadas a situaciones muy excepcionales, tenemos que movilizarnos de otra manera a partir de hoy. Y está claro que las movilizaciones siguen siendo vivas, y lo demostró la gente el miércoles saliendo masivamente.

Tras ver a miles de personas en las calles, el Gobierno ha asegurado que comprende el malestar, pero que no está dispuesto a cambiar la hoja de ruta porque sus medidas son las únicas posibles. ¿Ahora qué?

Un Gobierno nunca se puede humillar. Si al día siguiente de ver esas manifestaciones el Gobierno saliera diciendo, hemos visto eso y lo que antes creíamos rojo ahora es amarillo, nos tomaríamos a pitorreo el Gobierno. Las respuestas que el Gobierno dé a una manifestación como esta u a otras no son evidentes, no pueden serlo, el Gobierno quedaría tan desautorizado que tendría que dimitir. Siempre produce un efecto, a todo el mundo le gustaría ver un efecto inmediato, como a quien le toca la lotería.

La huelga general de septiembre de 2010 al Gobierno presidido por Zapatero venía motivada por la Reforma Laboral y no se cambió aquella reforma laboral, es verdad, pero al cabo de cinco meses se firmó un acuerdo con aquel Gobierno, que no se venía firmando ninguno, sobre la actualización del sistema público de pensiones. Ese acuerdo fue posible porque hubo una acción anterior contundente; de lo contrario la reforma de pensiones hubiera sido más salvaje, porque era lo que exigía Europa. El Gobierno tomó nota de que había una inquietud que se había expresado en una huelga general cinco meses atrás.

Los políticos sufren de un gran desprestigio, pero esto ocurre también con los sindicatos. Hay gente de acuerdo con vuestras convocatorias que no las secundará precisamente por esto. ¿Hay mucho que limpiar dentro de los propios sindicatos?

No podemos vivir de la inercia, nosotros estamos llamados a estar modernos, y los congresos sirven para eso; para modernizar la estrategia y los fundamentos. Ahora bien, siempre fue aspiración de los trabajadores y trabajadoras el llegar a tener capacidad de intervenir y participar en niveles importantes de decisión. Acordar con los gobiernos y tener presencia institucional, los trabajadores no querían ser marginales. Eso lo hemos conseguido, pero al conseguirlo la gente nos percibe como instituciones, igual que un Gobierno, que un Parlamento, igual que la Justicia.

Nos consideran una institución, y cuando uno está enfadado, sufre, cuando las cosas están mal, la gente rechaza lo institucional sin distinguir. Lo que tenemos que hacer es ese estigma que hoy tenemos de institucionales, refrescarlo, no perder posiciones ganadas, no tendría sentido. pero refrescarlo con juventud, con cercanía a las personas para que no parezcamos una institución, con nuevas formas de actuación que nos faltan para ser más “simpáticos”.

Y entonces, ¿cómo convencer a la gente? ¿cuáles podrían ser esas nuevas formas de actuación?

Cuando llegué aquí en los primeros cuatro años apenas hice ninguna asamblea directa con mis afiliados, actuaba siguiendo el escalafón, de un manera muy jerarquizada. Era el secretario general, reunía a otros secretarios, apenas tenía relación en las asambleas para intercambiar puntos de vista con los afiliados y afiliadas. En cambio, en los últimos cuatro años han sido innumerables las veces que nos hemos reunido para contarnos nuestras opiniones, me han creado opinión gracias al escucharles. Esta es una forma, me di cuenta de que era necesario evolucionar, que la gente participe más, sienta que esto es algo vivo... yo no puedo tener la verdad absoluta, necesito escuchar a la gente.

¿Cuáles son los principales temas a abordar ahora en León? ¿Lo más urgente?

Son muchísimos. Tenemos identificados -lo compartimos con UGT- los elementos potenciales de relieve en la provincia. Algunos han dejado de serlo desgraciadamente con las crisis. otros siguen teniendo vitalidad. Lo importante es que eso que todavía está vivo desde el punto de vista productivo, que no se ha visto consumido por la crisis, se sostenga; es imprescindible. Son sectores de la producción muy relacionados con lo que se llama 'nuevo modelo'.

Por ejemplo, la producción farmacéutica, veterinaria y humana, (olvidando Antibióticos, hay otras empresas) es un sector que tuvo y tiene mucha vitalidad en León. En la transformación agroalimentaria, la producción depende de la política agraria comunitaria, pero la transformación, la manufactura de esos productos tiene horizonte: la azucarera, la leche... Todo lo científico y tecnológico, las empresas de tecnología... El Inteco está asegurado por lo menos vía presupuesto.

Hay que sostener eso, siempre lo estamos reivindicado de la misma manera que es importante que la universidad tenga buenos presupuestos, que en este momento está con el agua al cuello. Eso es futuro, si se nos cae es lo último que nos queda. Junto a eso habría que esperar, desgraciadamente esperar porque la crisis va a ser todavía larga. Es imposible que, a corto plazo, recuperemos la mano de obra que hemos perdido. Esperar para que las medidas de estímulo que reclamamos al Gobierno vuelvan a poner en marcha otros sectores muy importantes en la provincia, como el energético, que hoy en día está en el limbo, porque no se conoce la política energética en este momento, hay que estimularla. Al hilo de esto se recuperará medianamente la economía provincial, pero no antes de 10 años.

En CCOO también hay un ERE, parece que nada se libra de los recortes. ¿No es difícil luchar contra tanto ERE cuando hay uno dentro?

Tengo dos o tres contradicciones diarias y gracias a ello me doy cuenta de que estoy vivo (risas), si no sería un individuo aburrido. Nosotros tenemos personas asalariadas que trabajan para el sindicato, servicios jurídicos, personal administrativo, etc. Les pagamos con lo que recaudamos a través de las cuotas que pagan los afiliados. Estamos teniendo un descenso importante de afiliados en los últimos dos años a consecuencia de la crisis, no pueden pagar la cuota de 10 euros al mes. Si tenemos menores ingresos y somos una empresa que no genera beneficios, tenemos que tener un margen muy estrecho de actuación. Hemos propuesto para el año 2013 y 2014 un plan de adecuación que nos permita tirar para adelante. Dentro de las medidas, hay un ERE, y también reducción de gastos de otros tipo. El ERE se está negociando ahora, con la representación legal de los trabajadores, está en periodos de negociación, no se cómo se va a resolver, pero se va a llevar a cabo porque de lo contrario se viene abajo todo. Ojalá se resuelva de una manera negociada, con una solución más generosa que lo que es la letra de la ley.

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