El Gobierno aprueba la licencia ambiental para desmantelar la térmica de Anllares, primer paso del cierre
El desmantelamiento de la central térmica de Anllares, situada en la localidad de Anllares del Sil (León), recibió este lunes el visto bueno de impacto ambiental, tras la publicación de una resolución de la Dirección General de Biodiversidad y Calidad Ambiental en el Boletín Oficial del Estado (BOE). Se trata del primer paso para recibir la autorización final de cierre y de clausura de las instalaciones ubicadas en el municipio de Páramo del Sil, tal y como se había avanzado en el mes de julio.
El desmantelamiento de Anllares estaba anunciado desde que la central comunicó, en el año 2013, su imposibilidad para cumplir con los límites marcados por Europa al no disponer de infraestructuras que reduzcan los óxidos de azufre y de nitrógeno de las emisiones. Tras acogerse a un plan de cierre hasta 2019, los propietarios -Naturgy, la antigua Gas Natural Fenosa, que dispone de dos tercios de la propiedad y Endesa, que dispone del tercio restante- solicitaron en mayo del año pasado el “cese paulatino de actividad” de las instalaciones. Una vez reciban la autorización gubernamental, dispondrán de un plazo de tres meses para iniciar el desmantelamiento.
La resolución recoge que tras analizar los antecedentes de hecho y fundamentos de derecho alegados y como resultado de la evaluación de impacto ambiental practicada, “no es necesario el sometimiento al procedimiento de evaluación ambiental ordinaria” del proyecto de desmantelamiento de la central de Anllares. No en vano, subraya que “no se prevén efectos adversos significativos sobre el medio ambiente, siempre y cuando se cumplan las medidas y condiciones establecidas en el documento ambiental y en la presente resolución”.
El futuro cierre de Anllares pondrá fin a la actividad en una instalación que entró en servicio en 1982 y que durante más de tres décadas y más de 180.000 horas de funcionamiento se ha alimentado de la hulla y la antracita extraídas de la cuenca berciana.
Tal y como recuerda la resolución, la central térmica es una instalación de generación eléctrica constituida por un grupo de generación de carbón con una potencia instalada de 350 megavatios y tres unidades fundamentales: la caldera, la turbina y el generador. La central utiliza carbón y coque de petróleo como combustibles principales, usando fueloil y gasóleo para los arranques y para mantener la estabilidad de la combustión en algunos casos.
La instalación cuenta, además, con un vertedero de residuos no peligrosos (VRNP) para cenizas, escorias y lodos de las balsas de decantación, anexo a la C.T. Anllares, ocupando una superficie aproximada de 300.000 metros cuadrados . Los combustibles sólidos son almacenados en el parque de almacenamiento de carbón. En cuanto a los combustibles líquidos, la central dispone de un parque de almacenamiento de fueloil.