Un fraile berciano será beatificado mañana en Girona

Imágenes de los llamados 'Mártires de Canet', en Girona.

Dos frailes misioneros del Sagrado Corazón pertenecientes a la Diócesis de Astorga y asesinados en septiembre de 1936 serán beatificados mañana en la celebración que tendrá lugar en la Catedral de Girona, en la que se convertirán en beatos los siete religiosos conocidos como mártires de Canet. Se trata de José del Amo, nacido en 1916 en Pumarejo de Tera (Zamora), y de Gumersindo Gómez, nacido en 1911 en Benuza (León).

Gumersindo Gómez tenía al morir 25 años de edad. El fraile, de acusada personalidad, había profesado la fe en 1929. Los testimonios de la época lo definen como un hombre fiel a sus obligaciones y un religioso observante, que sirvió de ejemplo de caridad y humildad. “No quiso dejar Canet sin dejar preparada la cena a los niños, a pesar del grave peligro que corría”, destacaron fuentes de la Diócesis.

Por su parte, José del Amo era el más joven del grupo y contaba sólo con 20 años. “Su gran espíritu de servicio durante los cuatro años que pasó en la congregación le hizo ganarse la confianza de los superiores, que valoraban su voz cantarina, capaz de contagiar alegría y buen humor en su entorno”, resaltan también.

Junto a Gómez y Del Amo, también serán beatificados los padres Antonio Arribas, Abundio Martín, José Vergara y Josep Oriol Isern, además del hermano Jesús Moreno. La ceremonia estará presidida por el cardenal de Girona, Angelo Amato y a ella asistirán el vicario general de la Diócesis de Astorga, José Luis Castro, acompañado del párroco de Pumarejo de Tera, Laureano Fernández y del de Benuza, Javier Calvo.

Los actos arrancarán con las vísperas solemnes que tendrán lugar esta tarde a las 19 horas en el santuario de Nuestra Señora del Sagrado Corazón de Barcelona. Las celebraciones de la beatificación se llevarán a cabo a partir de las 11.30 horas de mañana en la Catedral de Girona, mientras que el domingo a la misma hora se celebrará una misa de acción de gracias en el santuario de Nuestra Señora del Sagrado Corazón de Barcelona, que presidirá el arzobispo de Barcelona, Juan José Omella.

Al contrario que muchos desaparecidos por la represión, los restos mortales de los frailes reposan en un cementerio tras haber sido 'paseados' cuando consiguieron escapar de su cautiverio y encaminarse a la frontera con Francia para ponerse a salvo. En la localidad de Beguda, una persona les ofreció ayuda para pasar a Francia a cambio de dinero, pero finalmente les entregó a los milicianos del comité revolucionario local.

Tras una sentencia de muerte, fueron ejecutados en la madrugada del 29 de septiembre de 1936, en un paraje desierto entre los pueblos de Besalú, Seriñá y Bañolas. La iglesia católica ha velado y desvelado su memoria hasta la ceremonia de la beatificación de este fin de semana.

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