Ni florituras ni sortilegios, la cruda realidad manda

Sala de las Cortes de Castilla y León. // Miriam Chacón / ICAL

Máximo Soto Calvo

Puede que, tal como nos ha ido a los leoneses en estos cuarenta años de prisión autonómica, no acertemos a ver cómo nuestro “ser leonés”, el interiorizado sentimiento, se mantiene vivo pero cada vez más en el subconsciente, y que maliciosamente, al no poder vencerlo desde el ente, no faltan quienes pretenden reducirlo a folclore.

El folclorismo festivo nuestro, o de aquí, que por cierto afrontamos muy discretamente, es bueno en sí mismo, fiesta y regocijo, mas, por ello, otra cosa. Ni todas las facetas lúdicas por más que nos empeñáramos en enlazarlas podrían representar al “ser leones”; somos como somos y no de otra manera, en verdad sentimiento y pasión interiorizada junto a una más bien corta expresividad, y en bastantes casos, podríamos añadir: serio compromiso de leoneses.

Pero el daño hoy, el agobiado vivir leonés, si se quiere mejor regional leonés, en la prisión autonómica, aunque las barras sean de oro y las llamemos folclore, no deja de ser la cárcel de un lastrado vivir de años en los que el olvido, marginación y ninguneo se tornan en un lastimoso decadente pasar. Si alguien cree que mi visión o posición, es de pesimismo extremo, vea y compruebe en cifras cuántos eran los leoneses regionales y cuántos somos ahora. El propio ente autonómico, señala como pérdida en la Región Leonesa, a la que no reconoce y confunde en el término 'Oeste', ser siete de cada diez ciudadanos de los perdidos en toda la Comunidad, en 2020. Sea válida y evaluable como muestra, lo mío no son las cifras.

Pero atención, no solo por la mala coyuntura actual, pandemia y una guerra que repercute en lo económico a todos, que también, sino por la marginación establecida desde el ente autonómico.

Los humillados, estamos obligados a reaccionar. Los leoneses, venimos acumulando quejas contra el ente, con razón, ante los atropellos que nos viene haciendo y día a día siguen en el empeño. No todos vemos el engaño y el desigual trato socioeconómico con la misma claridad, parece que hay leoneses que están por la labor de seguir tragando las migajas que nos aportan, o en el duro seguir con lo que conseguimos elaborar, con más voluntad que medios y escasos recurso propios, en tanto el centro del poder pucelano maneja presupuestariamente lo que por justicia distributiva nos correspondería. Ellos crecen, nosotros menguamos a ojos vistas.

Acallaron la identidad leonesa

Nos acallaron la personalidad (identidad) leonesa embutiéndonos en lo castellanoleonés. Silenciados como personas, empezaron la desaceleración leonesa (industrial) cerrando el capítulo de infraestructuras que nos serían vitales; para ello han tenido muy en cuenta que en Europa no tengamos personalidad, el ente que han conformado y que dominan castellanamente se acopla todo lo que de Europa pueda llegar en forma de apoyo o de dineros. En el parlamento de la nación los diputados –¡todos!– nos ignoran por mandato partidista.

La identidad castellanoleonesa que han pretendido crear en el ente, desde la fuerza del poder, con enorme cantidad de dinero y de personas dedicadas a ello... ¡¡¡Ha fracasado!!! Pero no les importa su triunfo es tener silenciado al ciudadano leonés, por omisión o incomprensión del tema. La situación que crean mediante la propaganda favorable al ente, el machaqueo de mapa cerrado (no hay posibilidad de salir, dicen), hace posible seguir y seguir, aun cuando la parte leonesa, vaya claramente depauperada en las dos vertientes, social y económica, camino de la nada. Ello nos supone un vivir casi de subsistencia, condenados en nuestra empobrecida autarquía, en plan colonia sometida, yendo claramente a menos. No nos olvidemos: ¡¡¡Con nuestro masoquista voto!!! No dejaré de repetirlo.

La intención general debe ser empezar a tomar decisiones, y plantear cómo iniciar el proceso para revertir la comunidad, salir de la que nos oprime, que nunca quisimos. Plantearnos ir hacia una trirregionalidad, midiendo los pasos, al unísono, por etapas... lo que nos corresponde por historia y ampara la Constitución.

Probablemente forjando la unión desde la desdicha socioeconómica compartida, encontremos la llave para el LEXIT. Mas, ¿contamos con masa popular, Pueblo, para cualquiera de las opciones que podamos elegir? Y, ¿de los políticos qué? Volveremos, sobre pueblo y políticos.

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