El otro encierro de Diputación

Isabel Rodríguez

No duermen en el Palacio de los Guzmanes con sus cinco compañeros, pero están viviendo el encierro con más inquietud que si estuvieran dentro. Son los otros cuatro extrabajadores de las Oficinas de Desarrollo afectados por los despidos declarados improcedentes por la Justicia.

Algunos salieron por cuestiones médicas o para hacerse cargo de sus niños y cuando volvieron, la Diputación les cerró las puertas. Ahora intentan mantener viva la protesta en la calle y en las redes sociales y, sobre todo, demostrarles todo el apoyo necesario. “No pueden sentir que se encuentran solos”, aseguran.

Jacqueline Rodríguez. “Estoy bastante mal, es una gran impotencia no haber podido acompañarles en este encierro, por eso estamos utilizando las redes sociales para comunicar todo lo que ocurre”. Jacqueline tenía cita para una intervención quirúrgica tras la mesa de negociación del pasado lunes, tras la que sus compañeros decidieron permanecer en el Palacio de los Guzmanes. Ahora sigue la protesta desde fuera muy activamente, para lo que ha creado un grupo en Facebook, Afectados Diputación de León, que ya supera los 260 seguidores y por el que transmiten todo lo publicado en torno a este tema.

También ha salido a la calle para manifestarse contra las medidas de Isabel Carrasco. “Estuve a las puertas del Auditorio porque pretendíamos llegar a oídos de Herrera, porque se están vulnerando nuestros derechos; yo soy de Fabero, de zona minera, y he vivido muchas huelgas, encierros y manifestaciones, pero ¡jamás he visto algo como esto!, asegura indignada Jacqueline.

Mariví Moncada. También estuvo el lunes en la mesa de negociación, pero tampoco pudo quedarse porque tenía que encontrar a alguien que se hiciese cargo de su hijo pequeño. “Los sindicatos nos dijeron que podríamos entrar luego, pero cuando volví a las dos horas, ya no me dejaron pasar”, comenta Mariví. “Estoy muy preocupada porque ellos están allí luchando por nosotros y lo tienen que estar pasando muy mal, por eso intentamos apoyarles en todo lo que sea necesario”.

A pesar de los esfuerzos, Mariví no ve voluntad de solucionar el tema por parte de la Diputación. “Ella -por Isabel Carrasco- está dispuesta a aguantar hasta que llegue la respuesta del Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León”. Una respuesta que podría retrasarse meses, según les han informado sus abogados. Mariví considera que “nadie” se ha interesado nunca por el trabajo que realizaban en las oficinas de desarrollo.

“Desde 2007 se lleva criticando nuestro trabajo pero nunca quisieron enterarse de lo que hacíamos, y ahora se ha dejado colgada a gente con expedientes de autoempleo, con ayudas... por los que nadie se ha interesado”. clama esta mujer, que asegura que lo único que quiere es trabajar, pues considera que lo merece después de las pruebas selectivas que tuvo que superar para acceder al puesto.“Vamos a seguir con las movilizaciones porque no pueden sentir nunca que están solos”.

Francisco Barrientos. “En las últimas actuaciones no he podido estar con ellos porque trabajo en otra institución pública de ocho a tres”. Francisco se tuvo que buscar la vida después de ser despedido de la Diputación y, mientras la Justicia se decide, él ha comenzado a trabajar en otro empleo con un contrato temporal. “Yo estoy muy agradecido a los que se han encerrado porque, en definitiva, están luchando por nuestra dignidad laboral, profesional y personal”, asegura. A pesar de no poder estar presente en la mayoría de actos, Francisco intenta mantener el contacto. “Un encierro es una medida muy dura, especialmente, para gente con familia y niños pequeños, así que me quito el sombrero ante ellos”, explica.

Violeta. Tampoco puede estar con los encerrados porque tiene a un familiar ingresado. “Entre la tensión de esto y de aquello, estoy que no puedo”, asegura.

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