Una diputación, dos asesinatos. Memoria y olvido en León
Acaba de ocurrir algo realmente importante y por increíble que les parezca ningún medio de comunicación se hace eco de la noticia, en las calles nadie habla de ello, ni en los bares, ni si quiera en círculos pequeños de gente comprometida. En definitiva, la noticia está pasando totalmente desapercibida, pero me veo en la obligación de contársela de la misma manera que me la contaron a mí.
Hoy, 21 de noviembre de 1936 a las 7 horas acaba de ser asesinado Ramiro Armesto -presidente de la Diputación de León- a la edad de 33 años en el campo de tiro de Puente Castro (León). Después de ser detenido en su domicilio el 20 de julio a las 15 horas por cometer el delito de pertenecer a Unión Republicana y de un juicio sumarísimo, fue 'paseado' junto a otras 14 personas después de pasar varios meses en San Marcos, que junto al de Santa Ana, son los dos campos de concentración existentes en la ciudad de León. El autor intelectual del pelotón de fusilamiento fue Tristán Falcó y Álvarez de Toledo, alférez provisional de 25 años.
De vuelta al presente, veo que este asesinato es desconocido por la inmensa mayoría de leoneses y leonesas y no digamos ya por el resto de habitantes del Estado Español. Esto contrasta con toda la tinta vertida para informar delasesinato de Isabel Carrasco Lorenzo a la edad de 59 años en una de las pasarelas que cruza el río Bernesga en la capital leonesa, presuntamente a manos de Montserrat González y de Montserrat Triana Martínez.
Sobre esas opiniones quiero dejar clara la mía. Cuando alguien se muere, no hay una ley que obligue a decir que en vida fue buena persona, Isabel Carrasco no lo era. Si le caías en gracia tenías todo lo que ella pudiera ofrecerte, pases gratis a la estación invernal de San Isidro, comidas anuales a la prensa amiga como el Diario de León -periódico de José Luís Uribarri, uno de los imputados de la trama Gürtel-, La Nueva Crónica, la COPE y la mayoría de los medios locales y provinciales o el aumento en la partida presupuestaria destinada a la tecnología, el sector de su pareja. Esto si estabas en su bando, si estabas en el contrario, amenazaba con enviarte a inspectores de Hacienda, llamaba hijo de puta a un diputado provincial, se burlaba públicamente de diputados de su propio partido, era déspota con los periodistas que cubrían noticias de la Diputación, mostraba el mayor desprecio por aquellas personas que no aprobaban su gestión, llamaba hijos de puta a los mineros que reivindicaban sus derechos en el edificio de la Diputación, mentía asegurando que “los ciudadanos están encantados con el copago farmacéutico”, se gastaba el dinero público en tratamientos de belleza, engañaba a las personas que tenían sus ahorros en Caja España, en plena crisis y con el beneplácito del PSOE se subió el sueldo 9.000€ ganando más que el Presidente de Castilla y León y que el Presidente del Estado Español, se gastaba 238.000€ en unas nuevas cortinas para su despacho, era tirana con sus rivales políticos y personales, se negaba a dar el importe de su retrato como diputada provincial y un largo etcétera. Como denuncia ante todo esto, hay una página de recogida de firmas para la retirada inmediata de la medalla de oro de la Diputación de León.
Un diputado fue asesinado, al igual que una diputada, pero para la ciudadanía parece ser que solo existe ella. Espero que se haga justicia con Ramiro Armesto y que su figura sea mucho más conocida y estudiada de lo que es en la actualidad.
Pd.: Gracias a Carlos J. Domínguez, autor de libro 'Asesinaron La Democracia', por arrojar tanta luz sobre los fusilados leoneses.