Detectan un brote de triquinosis en una veintena de cazadores de la provincia de León
Casi una veintena de cazadores y personas de su entorno han resultado afectados por un brote de triquinosis en la provincia de León, según ha podido confirmar ILEÓN. El brote, comunicado públicamente por la Junta de Castilla y León al publicar este medio esta información, es una enfermedad de declaración obligatoria en España, tanto en casos animales como humanos.
La triquinosis es una enfermedad parasitaria asociada tradicionalmente a animales como el cerdo o los jabalíes. El brote surgido en la provincia de León se ha focalizado en un grupo de cazadores de las zonas de La Magdalena y Tremor que cazan de forma conjunta por esas comarcas, compartiendo animales en comidas o tras las jornadas de caza.
Los afectados han sido detectados en las últimas semanas y se mantiene activa la vigilancia, por lo que no se descarta que su número se pueda incrementar. La triquinosis no se contagia directamente entre humanos, y su principal fuente de infestación es la carne y los productos cárnicos derivados crudos o insuficientemente cocinados procedentes de jabalí o cerdo, como embutidos.
El primer caso fue detectado el pasado 19 de abril por la Unidad de Diagnóstico Rápido del Hospital de León, ha informado la Junta de Castilla y León al confirmar el brote adelantado por ILEÓN en un comunicado, al tener a un paciente con síntomas compatibles con triquinosis, y que confirma tras el pertinente análisis serológico.
Hasta la fecha 26 personas han pasado por la Unidad de Diagnóstico Rápido, con 16 personas con sintomatología clínica compatible con triquinosis ya sometidas a tratamiento, 4 con confirmación serológica y a la espera de resultados de otros 12. En un caso fue necesaria la hospitalización aunque el paciente ya fue dado de alta. No se descarta la posibilidad de más casos. Además, y dado que algunos contactos no residían en Castilla y León se ha informado a sus comunidades autónomas para el seguimiento de estos.
La Junta de Castilla y León informa, además que en la investigación, técnicos de la Sección de Protección han procedido a la toma de muestras de la carne de jabalí y de los embutidos consumidos habitualmente por los cazadores. Las muestras han sido analizadas por el Laboratorio de Salud Pública de Salamanca (acreditado por ENAC para la determinación de larvas de Triquina) y han confirmado presencia de larvas en un chorizo. Una vez localizada la presencia de larvas en el embutido de Jabalí se remitirán muestras al Laboratorio Nacional de Referencia (Centro Nacional de Alimentación de la AESAN) para determinación de la especie de Triquina. De las siete especies existentes, las principales circulantes en España son T. spiralis y T. britovi, aunque ocasionalmente se ha detectado la circulación de T. pseudospiralis.
La sintomatología de la triquinosis es muy variada dependiendo del estado del afectado, de su sensibilidad, su estado inmunitario y la cantidad de larvas ingeridas. En los cuadros severos puede derivar en complicaciones neurológicas y cardiológicas que pueden llevar a la muerte.
Las líneas de investigación abiertas para tratar de detectar el origen del contagio han llevado a analizar muestras de carne de cacerías que permanecía conservada para saber si son el foco de la enfermedad. Los servicios de epidemiología mantienen abiertas todas las hipótesis, desde un fallo de los análisis a la procedencia ilícita de animales no analizados.
La triquina, foco de la enfermedad
La triquinosis es una zoonosis, que afecta al hombre y a especies animales silvestres y domésticas, producida por diversas especies del género Trichinella. Si un humano se ve afectado las larvas ingeridas que se ubican en los músculos de los animales se desarrollarán desde el intestino hasta sus músculos, formando quistes y pudiendo causar dolor agudo, cefalea, fiebre, dolor en articulaciones y músculos, diarrea, cansancio y postración, pudiendo llegar a producir la muerte en casos graves.
Esta enfermedad se ha asociado tradicionalmente en los pueblos a las matanzas caseras, que tienen un control exhaustivo por las autoridades sanitarias para evitar precisamente enfermedades como la triquinosis en los 2.000 cerdos sacrificados en casa anualmente en la provincia leonesa. La normativa de caza autonómica obliga a que todos los jabalíes cazados destinados al autoconsumo sean analizados por veterinarios y el Plan Nacional de Contingencia frente a la triquina prevé la extinción de la cabaña afectada en casos extremos.