Un militar de la UME, designado nuevo jefe de bomberos de la Diputación para reordenar plantilla y parques
Después de varios meses de un largo proceso y sorteando numerosos problemas de gestión que llevan mucho tiempo atenazando un correcto funcionamiento de todo el sistema de bomberos comarcales en la provincia de León, por fin el Servicio de Prevención, Extinción de Incendios y Salvamento (Sepeis) de León resuelve uno de sus peores contratiempos en un intento por recuperar la normalidad: elegir a un oficial jefe al frente.
Está a punto de cumplirse un año de la despedida del anterior jefe del Sepeis, Pablo Bailón, después de permanecer apenas ocho meses en el cargo. Y desde diciembre del pasado año se buscaba un sustituto, un proceso que se ha dilatado mucho en el tiempo y ha obligado a una coordinación de manera interina de todo el operativo actualmente con 40 bomberos y 13 cabos y las instalaciones de los cuatro parques comarcales que de momento están operativos.
Hace muchos meses que el equipo de Gobierno decidió que la elección del nuevo cuadro de mando, formado por un oficial jefe, un oficial técnico y un suboficial técnico, sería por el sistema de libre designación. Se trataba de ampliar el abanico de alternativas y acelerar al máximo el proceso, siempre que hubiera alguien dispuesto a presentarse a los tres puestos directivos proveniente de otras administraciones.
Y ese proceso acaba de culminar con la resolución del proceso del jefe principal, el de oficial superior del Sepeis. El puesto al que concurrieron hasta siete personas ha recaído finalmente en el teniente del Ejército español Rubén Darío Fernández Marcos. Se trata de un experto en la lucha contra incendios que hasta ahora estaba destinado al Batallón de Intervención en Emergencias V de la Unidad Militar de Emergencias (UME) con base en la sede leonesa de Ferral de Bernesga.
Menos suerte ha habido con los otros dos puestos con los que la Diputación quería completar el cuadro de mando ya que ambos procesos, también de libre designación, ya quedaron desiertos a las puertas del verano. En el de oficial técnico, tan sólo se presentó una persona, Pablo Velilla Martínez, pero se concluyó que no reunía los requisitos de la convocatoria, en concreto por una formalidad sobre cierta documentación. Y en el de suboficial técnico, a Vellilla Martínez le acompañaron otros dos aspirantes, Carlos Ferrero González y José Ramínez Anero, los cuales fueron finalmente excluidos por idénticos motivos. La institución valora ahora si volver a sacar, y con qué condiciones, nuevamente ambas plazas.
Pero de momento el teniente Fernández Marcos está sólo a la cabeza de un complejo sistema que lleva años de promesas para implantarse en todos los rincones de la provincia y que no termina de estar totalmente engrasado, entre problemas de personal escaso, con puntuales conflictos laborales, y la falta de desarrollo de toda la infraestructura necesaria, con varios parques secundarios aún por construirse y complementar así a los que están operativos en Valencia de Don Juan en el sur, Villablino en la comarca de Laciana, Cistierna para la Montaña Oriental y Astorga.
Además de la selección de los tres nuevos jefes, que de momento es sólo uno, parte de la solución impulsada por el equipo de Gobierno de la Diputación pasaba por otro proceso selectivo para aumentar sustancialmente la plantilla de los bomberos del sistema provincial Sepeis. Se anunció un proceso selectivo de convocatoria pública para sacar 20 plazas pero serán finalmente 25, al incorporarse cinco más de las previstas de la oferta de empleo del año 2023. La previsión es que este proceso arranque “muy pronto”, afirman fuentes oficiales consultadas. Y de este modo, cuando concluya, podrían ser ya un total de 65 profesionales de bombero que permitan cubrir bajas, dar turnos y vacaciones sin que se tenga que resolver la escasez actual con complementos e incentivos económicos que han causado gran tensión interna en los dos años de funcionamiento pleno del Sepeis.
