Defienden la resolución policial del 'Caso Carrasco' mientras el Fiscal afianza la triple imputación
El testimonio de hoy de la jefa de la Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta (UDEV) de la Policía Nacional en León y el posicionamiento del Ministerio Fiscal han sido un jarro de agua fría para las esperanzas de mejorar sus argumentos defensivos tanto para Montserrat González, autoinculpada por el asesinato de Isabel Carrasco, y su hija Triana Martínez, como para la amiga de ésta, la policía local Raquel Gago, respectivamente.
En los dos primeros casos, la inspectora que supervisaba todas las pesquisas policiales tras el asesinato con tres disparos de la presidenta de la Diputación de León, defendió ante numerosas preguntas de todas las partes la 'limpieza' de todo el proceso, negando que hubiera engaños ni ninguna otra artimaña en la Comisaría para que Monserrat y Triana declararan lo ocurrido y dónde estaba el arma homicida. La defensa de ambas confiaba en sembrar dudas razonables sobre algunas irregularidades en aquellas horas, con la polémica intervención de dos inspectores provenientes de Burgos, que resultaron claves para su autoinculpación después de horas negándose a declarar.
La jefa de la UDEV tan sólo consideró extraño que los dos agentes burgaleses ocultaran a la jueza durante semanas, hasta la apertura del secreto se sumario, que además de ser los artífices de que madre e hija testificaran sin estar presente su abogado, habían estado en el momento vital de localizar el arma homicida en el coche aparcado en el garaje de Raquel Gago, aunque defendió que a veces no todos los participantes constan siempre en los atestados, y defendió como custodia suficiente el traslado de ese arma y el bolso en el coche de la propia Gago hasta la Comisería, sin participación de la Policía Científica.
Gago le pareció “coherente”
Además, la testigo fue la misma que decidió que se pusiera en libertad a Gago tras la entrega del arma aquel 13 de mayo, por considerar “coherente” toda su versión, incluído el “bloqueo” que explicaría que mantuviera su vida y trabajo con absoluta normalidad a pesar de que su amiga íntima Triana y la madre de ésta estaban detenidas por el asesinato.
Una versión que beneficiaría a la agente leonesa imputada si no fuera porque en la jornada de hoy también ella ha recibido la noticia de que el Ministerio Fiscal se alinéa plenamente con los argumentos de la jueza que instruye el caso y observa también indicios de un plan premeditado entre las tres, lo que le ha llevado a elevar a asesinato el cargo contra las tres en el trámite de la notificación de sus respectivas imputaciones de cara a juicio con jurado que se celebrará este año en la Audiencia Provincial de León.
Eso significa que el fiscal insiste en mantener sobre ellas los presuntos delitos “asesinato, tenencia ilícita de armas y atentado a la autoridad” y así continuará hasta la vista oral, salvo que los resultados de las nuevas pruebas y testificales que ya han sido solicitados por las partes escondan alguna sorpresa de última hora en una instrucción que está llamada aún a continuar, sin plazo de finalización, de momento.