“Cómo no voy a ser culpable, los hechos lo dicen”, reconoce el acusado de matar a su prima en Redipuertas
“Cómo no voy a ser culpable, los hechos mismos lo dicen”, así ha confesado este lunes, ante el tribunal del jurado de la Audiencia Provincial de León, Leandro Avelino L.F. acusado de asesinar a su prima, una mujer de 61 años, en la localidad leonesa de Redipuertas. Allí, el 1 de junio de 2013 le disparó con una escopeta de caza, heredada de su padre, y le alcanzó en el abdomen. La bala seccionó la aorta de la víctima causándole un shock hipovolémico que acabó de forma “casi instantánea” con su vida.
La Audiencia acoge desde este lunes esta vista que, previsiblemente se prolongará toda la semana. En la primera sesión del juicio, el acusado ha prestado declaración, aunque ha afirmado que “nunca tuvo la intención” de acabar con la vida de su prima y que “no recuerda cómo ocurrieron los hechos”.
Según su defensa, el acusado para padece un trastorno esquizoide y paranoide que le inhabilita para conocer el alcalde real de sus actuaciones y “anula su conciencia y percepción de la realidad”. Además, el día del crimen, había bebido, como era habitual en él, grandes cantidades de alcohol y tenía “una intoxicación plena” lo que provocó que sus problemas mentales se agravaran de forma significativa.
En su declaración, Leandro Avelino ha reconocido que mantenía mala relación con su prima y con el resto de su familia, excepto con su madre, con quienes estaba “muy dolido” porque no contaban con él “para nada”. Por eso había decido cortar la relación con ellos. “No consultaban conmigo para nada, decidí echarme a un lado y determiné no tener relaciones con nadie más de mi familia, sólo con mi madre, estar solo y vivir en el monte”.
El día del crimen, ha precisado, se encontró con su prima y le recriminó que estuviera tirando fuera de su finca ramas a lo que ella “explotó”. Leandro Avelino ha insistido en que comenzó a insultarle. “Me dijo te voy a arruinar, a ti y voy a acabar con tu perro. Voy a denunciarte y voy acabar con el animal. Comenzó a decirme que no sabía hacer nada, comenzó a empujarme con ira”, ha lamentado.
Además, ha reiterado que no tenía ninguna intención de matar a su prima y que ese día había planeado “ir a por setas”. “Nunca tuve intención de hacerlo” ha aseverado a preguntas del Ministerio Fiscal. Así, ha relatado que su prima le “sacó de quicio” por “reírse y bailotear” frente a él, pero que no recuerda más de lo sucedido.
Después del crimen, Leandro Avelino huyó del lugar para refugiarse en una cueva cercana, conocida como Pozo de los Infiernos, donde se autolesionó y se hirió con un cuchillo. Cuando los agentes fueron a detenerle intentó heriles con un cuchillo y opuso fuerte resistencia.
22 de años de prisión por asesinato y atentado
Por todo ello, la Fiscalía solicita para él 22 años de prisión, 18 por un delito de asesinato y cuatro por un delito de atentado a la autoridad. Además, solicita una indemnización de 115.000 euros para la pareja de la víctima, 58.000 euros para su hija, mayor de edad en el momento de los hechos, y 10.000 euros para su madre.
Por su parte, la acusación particular pide para Leandro Avelino 20 años de prisión por haber acabado con la vida de su prima porque considera que los hechos constituyen un delito de asesinato ya que concurrió la alevosía porque los disparos se produjeron de forma sorpresiva y sin que la víctima tuviera ninguna opción de defenderse. Además, solicita cuatro años más de cárcel por el delito de atentado a la autoridad y las mismas indemnizaciones que el Ministerio Fiscal.
No obstante, la defensa ha pedido que se declare la libertad para su patrocinado por considerar como eximentes su trastorno metal y la cantidad de alcohol que había tomado antes del crimen.
Durante la sesión de este lunes, tanto Fiscalía como acusación particular han recordado que Leandro Avelino ya fue condenado por acabar con la vida de un vecino de su pueblo, Redipuertas, hace más de 30 años. El acusado no ha querido recordar estos hechos, aunque ha reconocido que sí ocurrieron. En ese momento, se consideró que cometió el crimen por una enajenación mental transitoria.