“Muchos medios ya han condenado a Marta y a Contador”

El periodista leonés Óscar Campillo.

Isabel Rodríguez

Tras una larga trayectoria en el periodismo leonés, hace poco más de un mes dio el salto al grupo Marca, donde tomó el testigo del anterior director, Eduardo Inda. Óscar Campillo (La Mata de la Riba, 1961) comenzó su andadura profesional en el Diario de León, que dejó más tarde por La Crónica, donde llegó a ser director. En 1998 se hizo cargo de la dirección de El Mundo de Castilla y León. En 2009, tras una vida dedicada a la prensa escrita, se lanzó a un nuevo reto, sacar adelante como director general los dos canales de Radio Televisión de Castilla y León. Una aventura en la que ha estado inmerso más de dos años, hasta su nuevo nombramiento en una casa que ya le es familiar.

Cuando le proponen esta nueva aventura al frente del grupo Marca, ¿qué es lo primero que se le pasa por la cabeza?

Lo primero que pensé es que era un grupo multimedia deportivo y que yo me había dedicado toda la vida al periodismo generalista, al político y de actualidad.

¿Y le daba miedo?

No. Ese fue el primer pensamiento, el decir si eso iba a ser un cambio de agujas en mi vida, si iba a caminar por otro camino para siempre... Pero lo segundo que pensé es que me apetecía mucho. Que te den la oportunidad de dirigir un grupo multimedia de verdad, ya cuajado, compuesto por cuatro medios -papel, web, radio y televisión- es un lujo, así que al siguiente segundo me empezó a parecer atractivo hasta el punto de cautivarme por completo. Fue una aceleración en muy pocos segundos, como los coches buenos. Tras el pensamiento inicial de 'es otro camino', inmediatamente me emocioné, me entusiasmé y supe qué tenía que decir.

Imagino que anda todavía con el desembarco, ¿por dónde empieza?

Aquí lo que me he encontrado es una plantilla muy buena, una redacción veterana, cuajada y un ambiente también muy bueno, por lo que empiezo a trabajar al día siguiente como solo sabemos los periodistas. Sé cómo me gustaría que fuera Marca, pero hay pocas diferencias, son más de concepto. La plantilla de Marca trabaja muy bien y para mí ha sido sorprendentemente fácil aclimatarme y tengo la impresión de que llevo más tiempo aquí que un mes y una semana.

Estar a cargo, entre otras cosas, de un periódico líder será un motivo de orgullo, pero también una presión...

Sin duda. Para mí es una situación nueva porque yo siempre había estado en medios que tenían que ganarse el liderazgo o tenían que ganarse un sitio. Ahora estoy en la situación contraria, en un medio que, como bien dices, es líder. Pero eso, en vez de empujarme a dormirme en los laureles, me anima, porque la competencia lo está haciendo muy bien y viene muy fuerte.

Tras una larga trayectoria en prensa, pasa dos años en la televisión y ahora se lanza a un grupo multimedia. ¿Es hacia lo que caminamos, hacia una combinación de diferentes formatos?

El papel está pasando turbulencias serias y creo que, tal como viene el mundo y con los hábitos de las nuevas generaciones, va a haber un cambio de modelo profundo. Yo estoy seguro de que van a seguir existiendo los periódicos de papel -por supuesto aspiro a que Marca sea uno de ellos-, pero también que no van a ser tantos como hay ahora. Inevitablemente, internet nos ha cambiado la vida y en el futuro va a ser el principal cauce de distribución y de recepción de información. Otra cosa es la reflexión, el análisis, el reportaje, la crónica, la opinión... ahí sí que el papel podrá seguir teniendo su protagonismo y su lugar en el mundo.

¿Qué aprendió en estos dos años en la televisión que podrá aplicar en su nueva etapa?

Yo no sabía nada de televisión y ahora ya sé algo y sé que no se puede trasladar un periódico a una televisión, yo cometí algún error pensando que se podía. Exigen lenguajes distintos, comportamientos distintos y contenidos distintos. Esa es la principal lección que aprendí, y que los usuarios no son tontos en absoluto y saben muy bien qué van a buscar y a dónde lo van a buscar y si tú pretendes darles en un medio lo que buscan habitualmente en otro, quien te estrellas eres tú, no los lectores.

¿Qué futuro le depara a las televisiones locales y autonómicas?

Les va a pasar un poco como a los periódicos, aunque por razones distintas. Van a tener que adaptarse a las circunstancias y la revolución tecnológica que ha traído la multiplicación de canales por la vía TDT -algunos de pago, algunos por abierto- que supone una multiplicación de competencia de calidad. Las televisiones autonómicas tienen que aprender cuanto antes que va a ser muy difícil seguir viviendo en las actuales circunstancias porque son unas privilegiadas: pueden mantener plantillas en algún caso muy elevadas, con contenidos a veces muy caros, algo que con fondos públicos va a ser muy complicado de justificar.

La televisión de Castilla y León me parece el modelo perfecto -privada con ayuda pública-, pero por supuesto con cantidades infinitamente más pequeñas que las que hay ahora. Hay que adaptarse, no vivimos en época de vacas gordas y va a pasar mucho tiempo hasta que vuelvan y probablemente no vuelvan nunca. Ni la publicidad va a aumentar hasta el extremo de mantener en 40 canales lo que antes mantenía en 20 ni los ciudadanos van a entender que se consuman tantos fondos públicos tan elevados para hacer cosas que ya tienen por otro camino.

¿Qué retos le ha dejado al nuevo director?

Son casi todos porque en dos años y dos meses no me dio tiempo a mucho más. El reto es consolidar lo que ya hemos creado entre todos porque el nuevo director general era el director de Informativos, y el director de Informativos actual era subdirector en la etapa anterior. Ese equipo es el que hemos hecho lo que hay ahora, por lo que afortunadamente no es que se vaya un director general y venga otro con ideas nuevas, sino que se queda el equipo que hizo posible la televisión que estamos viendo ahora.

Llega a Marca en uno de los mejores momentos del deporte español. ¿Hay alguna portada especial que le gustaría ofrecer?

Me gustaría contar que Contador y Marta Domínguez están libres de toda culpa y que los tribunales correspondientes llegan a la conclusión de que no hay nada que temer con ellos dos.

Se ha criticado bastante a los medios de comunicación por haber hecho valoraciones anticipadas en estos casos. ¿Cómo debería actuar un medio con estos temas?

Los medios nos hemos precipitado. Contra el dopaje estamos todos, no al dopaje, sin matices, sin resquicios. La mera sospecha o incluso la intervención de las fuerzas del orden público como en el caso de Marta sirve para decir que hay una sospecha, pero no sirve para condenar a Marta Domínguez o a Contador. Los medios nos extralimitamos, es verdad que empujados muchas veces por los propios portavoces oficiales. Cuando la operación es tan aparatosa como fue la de Marta, en la que interviene la Guardia Civil, se llevan cajas, ordenadores, hay filtraciones interesadas... pues el medio también está siendo un poco víctima de una trampa, pero no tenemos la suficiente sangre fría para decir la Guardia Civil investiga a una presunta implicada en el tráfico de sustancias, pero nada más. Es manifiesto que hay muchos medios que a Marta la han condenado igual que a Contador.

Cuando Zapatero llegó a la Moncloa escribió un libro autobiográfico, 'Presidente a la primera'. ¿No le tienta escribir las últimas líneas ahora que sabemos que termina su etapa al frente del Gobierno?

Es una posibilidad de la que a menudo hemos hablado el presidente y yo, pero hoy por hoy ni él ni yo tenemos ganas, lo que no quiere decir que no las tengamos dentro de tres meses. A mí me parece que podría ser interesante contar su propia evolución, cómo vive alguien que llegó por sorpresa a la Secretaría General del partido y que llegó a ser presidente sin que nadie contara con él, cómo ve después de ocho años este final, que no está siendo tan agradable.

Seguramente por parte del presidente habría más animo para contar el principio que ahora el final.

Sí y no. En eso Zapatero tiene una fortaleza psicológica muy elevada. Ya sé qué decir esto ahora puede sonar raro, pero él, contrariamente a lo que la gente pueda pensar y aunque por supuesto ha pasado momentos difíciles y malos, podría hablar, razonar y explicar con mucha tranquilidad y mucha naturalidad su evolución. Él no tiene un concepto de poder personal, de que ese sillón es suyo, eso nunca le ha tentado y ahora tampoco. A Zapatero le gustaría dejar la presidencia en otras condiciones, con el apoyo de los españoles, y desde luego con un paro controlado en el 6%, como llegó a estar. A él le duelen mucho con toda seguridad los más de cuatro millones de parados y el 50% de jóvenes que no encuentra empleo. Eso es lo que le atormenta, pero personalmente no se aferra al poder y dejarlo no supone para él ningún esfuerzo.

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