El camino del emprendimiento que va desde la energía a la artesanía
Las historias de emprendimiento, si suceden en el medio rural y están protagonizadas por mujeres, son un éxito por su mera existencia. La de la berciana Bea Sánchez, ingeniera de minas de formación, cuenta además con el valor añadido de que su protagonista no ha cumplido aún los 30 años, pero ya ha sabido reinventarse y aparcar su trayectoria laboral en el ámbito de las energías renovables para transformar lo que era una afición en un proyecto empresarial centrado en el diseño de tocados. “Es mi momento de evadirme de todo, estoy completamente centrada en lo que hago. Cuando las manos trabajan, la mente calla. Eso pasa cuando te gusta tu trabajo”, explica.
Pese a que en el último año ha estado dedicada en cuerpo y alma a la puesta en marcha de su idea, Bea continúa formándose y compagina la puesta en marcha del negocio con su tercer máster. “No he abandonado la ingeniería en ningún momento, no he dejado nunca de formarme, porque tienes que ir con los tiempos”, asegura la joven, con raíces familiares en la localidad de Cortiguera. Sin embargo, esa apuesta por la formación continuada conlleva sacrificios, señala Bea, que recuerda que en plenas fiestas navideñas ha tenido que volcarse con los estudios.
Fue un parón en su actividad laboral el detonante que la impulsó a aventurarse en el mundo del emprendimiento. Con una facilidad innata para las manualidades desde que era pequeña -“eran mi actividad extraescolar”-, sus primeros tocados los elaboró por una razón muy sencilla: “Me encanta llevar flores a las bodas y me hacía mis propios tocados”. A partir de esos primeros diseños, una tía suya que regenta una peluquería en Ponferrada le planteó el reto de ayudarle a ofrecer un servicio más completo a sus clientas. “Hace un año tomé la decisión”, recuerda.
Una vez convencida de su apuesta, tuvo que enfrentarse a los problemas habituales que se encuentran los que inician su aventura empresarial. “Debería haber una guía de cómo empezar para autónomos”, confiesa. Su participación en el taller 'Competencias digitales para emprendedoras', impartido por el Consejo Comarcal del Bierzo, le abrió las puertas de un concurso organizado por Zona from Facebook con motivo del Día de la mujer emprendedora, en el que resultó seleccionada entre las ganadoras. “Se pusieron en contacto conmigo y me pidieron algunos diseños para un pequeño stand que montaron en la feria que se celebró en su local de Madrid”, explica.
Además, la institución comarcal también le brindó asesoramiento a través de su Servicio de Iniciativas Emprendedoras (SIE), donde le ofrecieron facilidades para darse de alta como autónoma, orientación para hacer su página web, así como información y ayuda en la tramitación de subvenciones, recuerda. En mayo, al inicio de la temporada de bodas y comuniones, pudo poner en marcha su empresa, bautizada con el nombre de 'Tocados por un ángel'.
“A base de insistir es como salen las cosas, si te rindes a la primera nunca lo vas a conseguir”, explica Bea, que valora este primer año de andadura como un valioso período de aprendizaje, más allá de los resultados económicos. “No miro solo las ganancias, porque se trata de ir creciendo y hacer cosas nuevas cada día”, asegura la berciana, que reconoce que sería “muy feliz” si esta aventura pudiera llegar a convertirse en su principal sustento, una meta para la que necesita tiempo, esfuerzo y un poco de suerte, admite.
Diseños personalizados
Las creaciones de 'Tocados por un ángel' son accesorios únicos, elaborados de manera artesanal, a partir de lazos, retales y figuras de tela, flores naturales o preservadas y porcelana fría, una especie de arcilla que se seca en unas ocho horas y que Bea moldear con las manos o con herramientas sencillas. “Tengo mi colección propia, según mis gustos y según las tendencias”, explica la joven, que destaca que los diseños personalizados al gusto del cliente son una de las grandes bazas de la empresa. En cuanto al proceso de elaboración, la berciana subraya que una diadema de flores normal puede llevar entre tres y cuatro horas de trabajo, un cálculo que se hace más difícil en el caso de los diseños que incorporan porcelana, porque hay que esperar a que se seque. En esas situaciones, el proceso cambia para aprovechar las ventajas de la producción en serie. “En un día hago muchas flores y hojas, y aprovecho al día siguiente para pintarlas”, explica.
De cara al futuro próximo, Bea asegura que seguirá formándose para mejorar sus diseños y confiesa que el trabajo con tela aún es una de sus asignaturas pendientes. Entre sus metas a corto plazo, también destaca el desafío de conseguir colaboraciones con peluquerías o tiendas de ropa de la comarca, desde los que poder ofrecer sus productos, como ya hace en la peluquería regentada por su familiar. “Mi tía Sagra es como mi promotora”, admite, divertida. Por esta vía han llegado el 80 por ciento de las ventas que ha llevado a cabo hasta la fecha, aunque sus diseños también se han distribuido a través de las redes sociales. Ciudades como Madrid o la isla de Ibiza también han sido destino de algún pedido, como el primero vendido a través de 'Amazon handmade', la plataforma que el gigante del comercio en línea dedica a la artesanía.
Otro de los retos de la empresa pasa por la desestacionalización del trabajo. “Me interesa llegar a un producto que se venda todo el año, porque hay que ingresar mucho dinero para vivir sólo con la temporada de verano”, reconoce. En ese sentido, su apuesta pasa por la diversificación de productos y por ofrecer complementos, accesorios y detalles para las ceremonias, como bastidores para anillos, pequeñas cajas para las arras o cinturones de flores. La idea es conseguir pedidos grandes a principio de año para ir trabajando en ellos a lo largo de varios meses y aprovechar el resto del invierno para hacer 'stock' y repartirlo, a modo de escaparate, entre los establecimientos colaboradores al inicio de la siguiente temporada.