Ardón, lectura popular de los Decreta: algo más que una 'nodicia de kesos'

Lectura popular de los Decreta en Ardón.

Máximo Soto Calvo

Propuesto por Amigos de los Decreta y bien aceptado por la Junta Vecinal de Ardón –de la UPL, por lo tanto leonesista–, tuvo lugar la lectura de los Decreta el domingo día 15 de agosto, en Ardón. Así lo recoge una noticia, buena en sí y con proyección de futuro para otros lugares, que le dan un doble valor.

Conviene dejar dicho que este acto fue lanzado como oferta por Javier Callado en la exposición itinerante sobre los Reyes Leoneses, que la Asociación La Parva mostraba en Ardón; y felizmente acogida la idea, fue llevada a cabo con gran diligencia y bien participada por los ardoneses, en el paraje de la ermita, o la antigua era, a la sombra de hermosos chopos, más generosa que de eficacia plena; perdóneseme alguna imprecisión. Hasta aquí en plan crónica, ahora unas letras en clave de recordar y por supuesto reflexivas.

Cuando Juan Pedro Aparicio, José María Merino y Rogelio Blanco, en 2017 bien sopesado el tema, primando la enorme necesidad de poner en valor lo leonés, emprenden la 'Lectura de los Decreta' en la plaza de San Isidoro de la capital legionense, en tal momento nace y empieza su desarrollo un colectivo organizador que se autodenominó Amigos de los Decreta: Callado, Hermengildo López, Barreñada, Bandera y un largo etcétera (perdónenme quienes no he sabido citar).

En la medieval efeméride que tratamos de rememorar, el pueblo leonés asistió a la llamada del Rey, sus componentes tomaron valor y cuerpo como electis civibus para las Curias Regias a partir de abril de 1188, abriendo así una senda impensada hacia el sistema de gobierno que se iría adoptando como parlamentarismo. Pasar de vasallo a estamento en las Curias, para participar en tareas del gobierno del territorio del reino, fue sin duda un gran paso. Los leoneses de hoy toman voz en acto popular para recordar lo legislado entonces, revivificar y dar a conocer lo que tan largos años ha estado silenciado.

Los ciudadanos en León no tienen más remedio que trabajar en solitario para promocionar lo de aquí, evitando el control usurpador de la Junta autonómica; sabedores de que con su presencia y patronazgo nos desluce lo leonés y se otorga supuestos méritos

Los leoneses Aparicio, Blanco y Merino, con la prestancia que les otorga su personalidad y por supuesto su excelente disposición para ponerlo cada año en valor en Legio, tutelaron con su presencia el acto que marcaba trayectoria provincial (en este caso) ya que, fuera de nuestro territorio regional leonés, se había ensayado con éxito en Bilbao, Santander... y Madrid, en este caso último con el control usurpador de la Junta autonómica sabedora que con su presencia y patronazgo nos desluce lo leonés y se otorga supuestos méritos.

Recordemos sobre esto último que el entonces alcalde legionense, Antonio Silván (supuestamente necesario para la movilización de pendones, y folclore) dio toda clase de facilidades a la Junta para que ésta se otorgara capacidad real para organizar el acto allá, en el Parlamento de la nación. Eso sí, sin alertar a los grandes medios, sin destacados prolegómenos de propaganda, sin deseos de darlo a conocer con amplia positividad leonesa, no en balde los dirigentes del ente autonómico se sienten dueños de todo lo leonés. Por supuesto fue invitado Juan Pedro Aparicio, que asistió, y dejémoslo ahí.

Volvamos al hoy. Javier Callado que asumió el peso organizativo de la parte efectiva de la lectura en Ardón, junto a Maite Fernández Zambrón, fue dando paso a quienes se involucraron en el acto, lucido y bien marcado el tempo.

Es tanto el valor que encierran todos y cada uno de los Decreta que a poco que uno sienta lo leonés, escuche con atención y valore su contenido, le embargará la emoción ante lo que fue y ahora pretendemos que se respete y potencie.

Abriría el acto Aparicio, con sugerente decir que nunca defrauda, además, por sus razones de peso. Para la ocasión debo dejar citados a la alcaldesa pedánea Amaya Ferrero, en la máxima responsabilidad y a Gonzalo G. Cayón, vecino del municipio, siempre viviendo nuestras tradiciones, leonés de enorme arraigo familiar que me aportó datos para llenar de contenido vivo estas páginas. O Alicia Valmaseda que dictó su charla durante la exposición también citada.

Ahora entro en un dato muy a tener en cuenta. Entre las gentes del pueblo y municipio leyeron niños y jóvenes. Y éstos suponen semilla de futuro, tanto en plan lector como sencillamente asistentes al acto, estoy seguro que no olvidarán, y no dejarán de darlo a conocer a sus condiscípulos.

Estos datos los podemos contemplar en las fotografías que, dada la generosa aportación de Antonio Barreñada, permitiéndolo con gran agrado, ofrecemos como testimonio de enorme valor, marcando un futuro que intuimos nosotros y ellos irán viviendo como presente para que el pueblo leonés no pierda su valor histórico, tampoco el cultural y por supuesto el desarrollo económico que esta tierra que ha de ser libre a golpe de Decreta, en forma de laboriosidad escrita y vivida, nos lo viene demandando.

Conviene dejar señalado que los niños y jóvenes leoneses escolares están siendo adoctrinados en lo castellanoleonés cuando no 'castellano' maliciosamente a secas, que propone el ente autonómico, sus dirigentes, sin solución de continuidad, para entorpecer en ellos lo leonés, según patrones y normas elaboradas a tal fin.

El acto de la Lectura de los Decreta, que ha de merecer el máximo respeto, tanto en ejecutoria como en momento, acaba de marcar singladura. ¡Feliz y provechoso rumbo!

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