El 'amor líquido' del siglo XXI

Amor

Marta Cuervo

'Te querré toda mi vida'. De acuerdo, pero de manera diferente. Hoy en día todos, o casi todos, estamos de acuerdo con que el amor evoluciona, cambia, y basándonos en datos objetivos que demuestran que más de la mitad de los matrimonios acaban en divorcio, no parece que esa sea la realidad de que las mariposas en el estómago duren para siempre.

“Asegurar o tratar que la pasión sea eterna es una expectativa irreal, y las expectativas irreales siempre generan frustración”, explica el psicólogo Julio César Alvárez, parte del equipo de profesionales de Valenda Psicólogos. Según el experto, Máster en Psicología Clínica y Psicopatología, lo cierto es que han cambiado los formatos de relación porque también ha cambiado la sociedad. “Antes la nuestra era una sociedad basada en la religión, basada en la lealtad, en los compromisos férreos. Pese a tener amantes, las mujeres lo permitían todo y por eso funcionaban los matrimonios, no había casos diferentes a los que nos ocurren hoy en día”, argumenta, asegurando que el cambio ha surgido porque, entre otros motivos, “la mujer ya no lo aguanta todo y no tiene por qué aceptar una relación en la que no cree”.

El amor es un invento moderno, pero como invento moderno es uno de los elementos en los que tenemos una fe ciega

La 'droga' del amor

La biología dice que el cerebro, después de entre tres o cuatro años de relación, deja de generar dopamina y otras sustancias (serotonina y oxitocina) que cuando nos enamoramos son las responsables de hacernos sentir excitados, llenos de energía y felices. “Somos biología, y la naturaleza lo que provoca es un 'colocón' tremendo en una persona para que se sienta unida profundamente a otra, pero claro, no puede tenerte 'drogado' durante demasiado tiempo. Esa sensación que nos gustaría que durase para siempre se acabará. Si aceptamos que la primera fase es el entusiasmo y luego llegan otras fases mas de compañerismo, de lealtad, entenderemos que eso es lo natural, y nos haremos a ello. Sino, es inevitable llevarse un chasco”, declara Julio, escritor polifacético.

Amor sólido versus amor líquido

Vivimos en una economía de mercado, hasta las relaciones se han convertido en relaciones de consumo. Siempre buscamos el mejor producto

¿Qué ocurre si tras unos años de relación con nuestra pareja aparece alguien que nos devuelve a la 'magia del amor'? “Siempre va a aparecer otra persona que vuelva a iniciar ese proceso, porque biológicamente estamos hechos para tener la mayor descendencia posible. La cuestión es el tipo de lealtad y compromiso que tengas con ella”, apunta el psicólogo de Valenda. Esto conecta con nuestros tiempos. “Nuestros abuelos tenían un compromiso rígido total, aunque tuvieran amantes -hombres y mujeres-. La religión también decía que no era posible la división. Ahora, herederos de una situación económica y social determinada, somos más individualistas y vivimos en una economía de mercado, hasta las relaciones se han convertido en relaciones de consumo, hasta el punto de que siempre buscamos 'el mejor producto'”.

Además, Julio asegura que existe adicción al 'subidón inicial'. “Hay gente que engancha una relación con otra, porque necesita esa 'droga', es literalmente así, la genera nuestro cerebro”.

En este punto, Julio compara las relaciones sólidas de antes, con el amor líquido de nuestros tiempos. “El amor líquido es un concepto creado por el sociólogo polaco Zygmunt Bauman, acerca de la fragilidad de los vínculos humanos, para describir el tipo de relaciones interpersonales que se desarrollan en la posmodernidad. Ahora tenemos relaciones con falta de solidez, calidez y con una clara tendencia a ser cada vez más fugaces, superficiales, y con menor compromiso”, apunta el psicólogo y escritor. “En nuestra sociedad se huye del amor sólido, estamos en una época de follamigos, de relaciones a distancia, de 'hoy sí mañana no'. Sólo cuando nos entra el temor de vernos solos queremos un compromiso fuerte”, añade.

Pero las personas, a diario, nos vemos obligados a elegir, a la toma de decisiones, y en el amor más de lo mismo. ¿Cómo saber quién es la mujer, o el hombre de nuestra vida?

“Eso nunca se sabrá. Toda la mitología ha ido perdiendo mitos, pero en el amor tenemos y conservamos una especie de fe ciega. El amor es un invento moderno, pero como invento moderno es uno de los elementos en los que tenemos una esperanza sin medida. No estamos dispuestos a perderlo. A veces, las ideas son románticas no realistas. Por amor se han hecho barbaridades. En defensa del amor, aunque a veces ni siquiera lo sea. Hay que tener en cuenta que el amor es, sobre todo, más que querer a alguien comprenderlo”.

El amor, mas que querer, es comprender

El amor a primera vista

¿Existe el amor a primera vista? “Por supuesto, pero por propia biología”. Bajo esta cuestión, Julio se basa en la 'Teoría del gen egoísta': “La idea básica de que hay algo instintivo, biológico que a mí me dice por tu simetría de la cara, por tu olor, o por ciertas cuestiones, si tu puedes ser una buena pareja genética. Ese atractivo, que advierte a los organismos de genes compatibles, a veces se confunde y se llama amor romántico”, explica el psicólogo experto. “Si encima el sentimiento es mutuo, el 'colocón' también es doble. Hay personas que nos atraen, sin saber explicar el motivo. Se trata de una sensación que todos hemos tenido”.

Para finalizar, Julio aconseja que no debemos obsesionarnos con tener la pareja perfecta. “Es peligroso comparar con el modelo de nuestros abuelos, de ver envejecer a personas juntas. No hay que olvidar que esas parejas han tenido crisis profundísimas, todas. El conflicto es natural en una pareja. Si dos personas no discuten, es que una de las dos está cediendo continuamente. Buscamos ese ideal, pero no nos han contado todo...”.

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